05/05/2024 06:26

Josué Cárdenas

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Ser joven es sinónimo de querer pasárselo bien. Puedes tener 13, 42, 73 u 89 años, que, si te lo quieres pasar en grande, eres joven. Debería ser un derecho constitucional o de la humanidad, en fin, estar escrito en algún sitio, que no sea en una simple pared de un barrio, que pasárselo bien y ser joven debe ser un derecho. El ocio no es opio, ni una distracción o un mal necesario para el pueblo. La gente como dicen los de Podemos, tiene que tener su derecho reconocido a una juerga, un beso, una fiesta, una carcajada o un momento de olvidarse de todo. Existen muchas definiciones del concepto pasárselo bien, es una canción de Hombres G y es la sensación y a la vez la convicción de ser tu mismo sin que eso le importe a nadie. Nos da miedo ser nosotros mismos, porque tenemos errores, flaquezas, debilidades, pasiones desenfrenadas, locuras, fantasías bochornosas, miedos escénicos, un pasado persecutorio y una vida a las espaldas que nos hace temblar cada vez que el espejo de la vida nos muestra nuestra realidad. Precisamente en ese momento, cuando eres tú mismo y pasas de todo lo demás, ahí en ese punto, te lo estás pasando bien y eres plenamente joven. Los complejos son totalmente contrarios a la juventud. A pesar del acné, del vello de entre las cejas, y de esa voz que desafina cuando quiere, si eres un tipo listo, eso te debe dar igual. Los peores complejos no son los físicos sino los que afloran en tu carácter. Cuando te lo pasas bien, no hay complejos, te da igual que la chica que te mola te esté mirando y tú estés en plena fiesta gritando: ¡Viva la muerte, muerte a la inteligencia! Da igual, puedes estar meándote encima que no pasa nada, tienes derecho a hacerlo, siempre y cuando acredites que te lo estabas pasando bien.

Nuestra clase política debe garantizar a cada ciudadano su derecho a pasárselo bien. Si no lo hacen son una farsa y merecen barricadas, fuego en las calles y hasta una moción de censura o una demanda de inconstitucionalidad. Diga lo que diga la Constitución, que hace tiempo que me importa un comino, un Gobierno cenizo y contrario al disfrute de sus gentes es un Gobierno al que se puede catalogar de criminal y de indigno. No puede ser que las normativas hagan más apetecible quedarse en casa pensando en los problemas del trabajo que irse de copas. Los impuestos que paga Netflix, que se pagan por un sillón o por una alfombra o por unas cortinas, deberían ser infinitamente mayores que los del Vermú o los de un Bourbon con hielo. La política fiscal de un Gobierno tiene que eximir a los locales de noche, a los cines, a los teatros y a los bares de cualquier tipo de impuesto. La ilusión de la vida de cualquier español es abrir un bar, y sino es la suya entonces no es usted joven, cualquier legislación debería dejarte abrir un bar como el que abre un sobre de cromos. Hay que freír a impuestos el menaje del hogar, las pizzas a domicilio y las plataformas audiovisuales.

Un Gobierno que favorezca el salir de casa, enamorarte y poder reír de lo bien que te lo estás pasando, ese es mi Gobierno. Los salones de bailes deberían ser patrimonio de la UNESCO, los sitios de cócteles lugares protegidos, y los bares de barrio un bien de interés cultural. Habría que hacer visitas guiadas por los karaokes y leyes educativas que hicieran que los chavales estuvieran en la calle más que en las aulas y que el lunes trajesen una redacción de cómo se lo han pasado y a quién han conocido. Un Gobierno que se preocupe de la diversión del español medio y no de crearle problemas. Ayudas a las familias que no pueden comer los domingos paella en un establecimiento, incentivos en forma de cheque a los que les haya dejado la novia para que puedan beber una noche todo lo que quieran. Tablaos flamencos y garitos de rock con licencia las 24 horas. Cines de barrio y de verano todos los días, aunque sea invierno. La mantita en lugar de en casa, en el descapotable viendo El último caballo de Edgar Neville. En cada pueblo de España, por pequeño que sea una biblioteca pública y un cuentacuentos a cargo popular. Por supuesto todo español tiene su legítimo derecho a cantar y tocar en la calle, faltaría más, y a pasar la gorrilla, si es a Perales entonces se le habilita todo lo necesario para que lo haga con soltura, micrófono, altavoces… Una España de luz y color, de jolgorio constante, alegre y “faldicorta”, con mucha vitalidad, muy joven, muy contenta y muy orgullosa de su cultura popular. No podemos permitirnos un Gobierno de prohibiciones, vetos y censura. Por cada bar que se cierra, se deberían cerrar mil institutos de empresa, 1500 sucursales bancarias y 13 mil gimnasios. Necesitamos un Gobierno que deje fumar donde se quiera, que reduzca la jornada laboral a 4 días y que ayude con BECAS de mayor cantidad a los alumnos de griego o filosofía que a los de ADE o económicas.

Una España así diría adiós a los ansiolíticos, prácticamente reduciría a cero los suicidios, salvo que haya algún Larra de la vida, se acabarían las depresiones, el estrés fruto de la vida que llevamos. Ojalá acabar con tanta tristeza y defender la alegría como decía Benedetti. El Gobierno de Zapatero, evidentemente ganó las elecciones por unos tres explotados, pero algo tuvo que ver esa campaña de apoyo de los artistas más reconocidos. Estoy cansado de ver a la derecha hablar de JUSAPOL, de el deber cumplido, de la meritocracia y de la cultura del esfuerzo. El trabajo es un medio no un fin. Basta de caras largas, de entristecer a la gente y de frustrarla continuamente, trabajar no lo es todo, pasárselo bien sí. ¿Qué votante de la derecha comenta con los amigos, años después, lo mucho que trabajó un día o los informes que realizó no se que noche? La gente normal cuenta el morreo que se pegó, el dolor de cabeza del día siguiente, el golpe que se metió su amigo cuando intentó subirse a la barra, la cobra que le hizo la piva que decía que le miraba… Está muy bien trabajar, pero disfrutar es mucho más productivo. A la izquierda le pediría que a ver si en vez de soltar violadores, suelta a chavales normales y corrientes a la calle a jugar y pasar un rato divertido. Lo que más me gustó de la moción de Tamames fue como lo vi desde la tribuna de prensa, pasándoselo bien. El señor estaba disfrutando de lo lindo diciendo al Parlamento lo que siempre quiso decir. Los discursos políticos parecen broncas contra los que nos lo queremos pasar bien, oigan déjennos en paz, y váyanse al bar del Congreso o al Ramsés.

Conocí a una chica en un Karaoke. Es de lo más bonito que me ha pasado. Más bonito como comprenderán que entrevistar a Margallo, vivir una campaña electoral o conocer a Javier Negre. Esa sensación, los momentos que he vivido a raíz de ese karaoke, no se pueden pagar y sé que no cotizan. De verdad, salgan más, diviértanse, y no dejen que nadie les amargue el día. Esa chica decidió no pasárselo bien más conmigo, ella sabrá. Se lo estará pasando bomba con otro o con las amigas, pero puedo decir que mereció la pena. Cada beso que me ha dado, cada cena que hemos vivido y cada momento caminado, ha sido especial. Si el Gobierno me pagase esa noche de barra libre por el mal de amores, se lo agradecería. Sé que no lo hará, porque nos quieren tristes, cenizos, austeros… mientras tanto, ellos con el Tito Berni se lo pasan en grande. Por eso recojo en este manifiesto la petición de nuestro derecho a pasarlo bien, a ser jóvenes y a reír siempre que haya motivos, sin que nadie te ponga una multa por hacer el ridículo. Tenemos derecho a la jarana, a la fiesta y al ocio. Luchemos por nuestros derechos.

Autor

Josue Cardenas
Josue Cardenas
Josué Cárdenas Gómez. (Sagunto 1999). Es Periodista y cronista parlamentario de primera línea en el ámbito de la Información y la Opinión.

Comenzó en el periodismo en plena crisis del Coronavirus y ha trabajado
en radio, prensa y televisión. Su interés por la Poesía va de la mano
con su devoción por la Cultura. Sus programas siempre contienen
secciones de Literatura, Música y Cine. La Poesía marca su vida y
desde pequeño sus referentes han sido claves para que los versos sean
protagonistas de sus inquietudes.

Director del programa La Burbuja en Periodista Digital de Alfonso Rojo. Sus artículos de Opinión son un referente nacional de la actualidad política y social de España, en exclusiva para ÑTV ESPAÑA.
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Charro despierto

Que gran repaso a la actualidad política actual, con que maestría y desparpajo desarrollas el tema. Eres grande Josué, no cambies.

Azul

Josué,te gradezco infinito lo bien que me lo he pasado leyendo tu artículo. .Eres genial.

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