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La actriz vivió deprisa y murió joven: falleció a los 36 años a causa de una sobredosis de barbitúricos. Su cuerpo fue hallado sin vida en su casa de Brentwood, California, y el informe forense determinó que se había suicidio. Aquella calurosa madrugada del verano de 1962 nació el mito de la eterna rubia de Hollywood.
Marilyn tuvo una vida tan galmurosa como abrupta. Detrás de la estrella que sólo dormía con una gotas de Chanel Nº 5 se encontraba Norma Jean Baker (nacida el 1 de junio de 1926), cuyos primeros años de vida no tuvieron tanta luz como los últimos. Nunca conoció a su padre y su madre ingresó en un sanatorio mental cuando ella era una niña. Su infancia y adolescencia transcurrió entre orfanatos y casas de las familias que la adoptaron.
Pero Marilyn estaba destinada a dejar huella en la historia. Descubierta por un fotógrafo de moda que quedó impactado por su belleza, la joven comenzó su carrera como modelo y actriz con papeles insignificantes en varias películas.
Por aquel entonces tenía el pelo de color castaño, hasta que su representante, Emmeline Snively, le sugirió teñirlo de rubio platino y transformar su imagen para siempre.
Tras varios años interpretando personajes secundarios, le llegó su oportunidad con obras como Eva al desnudo (1950), Niágara (1953), Los caballeros las prefieren rubias (1953) o La tentación vive arriba (1955) y Con faldas y a lo loco (1959).
Si bien consiguió sus primeros papeles relevantes, se fraguó su imagen de «rubia tonta» y sin cerebro. Algo que molestaba a la actriz y le llevó a tomar clases de interpretación en Actors Studio, la academia que el director y dramaturgo Lee Strasberg tenía en Nueva York.
Convertida en una diosa del séptimo arte y uno de los mayores iconos sexuales de todos los tiempos, sedujo a algunos de los hombres más apuestos de la época como Frank Sinatra, Marlon Brando, Elia Kazan o Yves Montand.
Y, a pesar de ser la mujer más deseada, siempre se sintió sola. Se casó en tres ocasiones: la primera boda fue de forma prematura a sus 17 años; la segunda, en 1964, con el jugador de béisbol, Joe DiMaggio (del que se separó a los pocos meses); y la tercera, en 1956 con el escritor Arthur Miller.
A pesar del fracaso de su matrimonio, Miller le regaló a su mujer el mejor papel de su carrera. En 1961, John Huston dirigió Vidas Rebeldes basado en la novela del dramaturgo y para la que contó con Clark Gable, Montgomery Clift y Marilyn Monroe. Los tres tenían varias cosas en común: eran grandes figuras de la interpretación y se encontraban en el ocaso de su vida.
La conquista amorosa habría sido el presidente del país más poderoso del mundo, John Fitzgerald Kennedy. Su sensual e inolvidable interpretación de ‘Happy Birthday , Mister President‘ despertó los rumores de una relación entre el demócrata y la artista.
Esta sugerente felicitación se produjo el 19 de mayo de 1962 en el Madison Square Garden (Nueva York), dos meses antes de la muerte de Monroe. Aunque el caso sobre su fallecimiento estaba cerrado, muchos especularon con que se trataba de una conspiración de asesinato detrás de la cual estaban altas esferas del país norteamericano. A día de hoy, su muerte continúa siendo un misterio.
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