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Rosario nació en Madrid en el mes de mayo de 1904, era hija de un militar amigo de D. Miguel, el padre de José Antonio, y de una vasca ultracatólica de ideología carlista.
Desde muy pequeña se inicia en los estudios de pintura abrazando el «academicismo», aunque va evolucionando hacia el nuevo realismo y el «neo-cubismo».
Tanto Rosario como Alfonso Ponce de León, estaban unidos no solo por su militancia falangista, sino también por las nuevas corrientes pictóricas de la España de los años 30, especialmente el movimiento pictórico vanguardista denominado «Nueva Objetividad».
Ya a principios de la década de los 30, nos encontramos a una Rosario que centra su trabajo en la ilustración de libros de María Teresa León y otros de Concha Espina.
En 1932, Rosario ganó el Premio Nacional de Pintura por su obra «Adán y Eva», cuadro que hoy se puede ver en el Museo Reina Sofía, curiosamente con el dinero que ganó en el premio se fue de viaje a Rusia para conocer la realidad del socialismo, influenciada también por su gran amiga María Teresa León, que como sabemos era la mujer de Rafael Alberti.
A su vuelta de Rusia conoció la realidad del comunismo soviético, lo que no le hizo desistir de sus ideas progresistas, de las que siempre que podía hablaba con su fiel amigo José Antonio.
A Rosario le seducía el carácter «socialista» de la primitiva Falange Joseantoniana.
Rosario de inmediato ingresa en la Falange y colabora asiduamente con Pilar, la hermana de su amigo José Antonio, aunque mantiene sus preferencias personales e ideológicas por el concepto revolucionario y antiderechista de la nueva Falange que va proclamando José Antonio por los pueblos y ciudades de España.
A pesar de su militancia falangista y que el inicio de la guerra la sorprende en Madrid, Rosario no intenta huir de la capital, se cree protegida por sus amistades izquierdistas, pero al poco tiempo en el verano del 36 se traslada a la localidad barcelonesa de San Andrés de Llavaneras, pues la familia Gili le había encargado unos retratos.
Un día unos milicianos de la CNT llaman a la puerta de Rosario en Llavaneras y se la llevan detenida, ya que su vecina de Madrid de la calle Guzmán del Bueno, había denunciado a Rosario por su condición de falangista.
Es cierto que antes de trasladarse a Barcelona y ya en plena guerra, Rosario desde su balcón madrileño vio cómo unos rojos sacaban a unas pobres monjas de un convento para asesinarlas, y a Rosario no se le ocurrió otra cosa que meter varias bombillas en un trapo y lanzarlo a los milicianos, que ante el estrépito de la detonación huyeron del lugar, salvando la vida de esa manera a las monjitas.
Los anarquistas de la CNT se llevaron a Rosario a la cárcel Modelo de Barcelona, pero gracias a la intervención de un nuevo conocido de Rosario, que tiempo después se casaría con él, el Doctor Farrerons, este por medio de un conocido de la cárcel, el también Doctor Sala, pudieron sacar a Rosario de la Modelo escondida en una carretilla.
Si no hubiera sido por estos dos doctores, Rosario hubiera sido fusilada al día siguiente, como así ocurrió con su compañera de celda, también falangista, a la cual no pudieron salvar.
Las casualidades del destino hicieron que al poco tiempo Rosario se casara con el Doctor Farrerons por la Iglesia en una ceremonia casi clandestina, pero la vida de Rosario seguía peligrando si se quedaban en Barcelona, por lo que a los pocos días la familia de los Gili y los Farrerons escaparon de Barcelona cruzando los Pirineos, previo pago a un guía local, para inmediatamente volver a España por las Vascongadas alojándose en el pueblo burgalés de Espinosa de los Monteros.
Rosario queda embarazada pero es muy alto el riesgo, por lo que de forma increíble su marido el Doctor Farrerons decide trasladarse de nuevo a Barcelona a visitar a un colega, el Doctor Dexeus, ya entonces famoso ginecólogo.
Felizmente y gracias a los consejos del que luego sería una eminencia de la ginecología española, el Dr. Dexeus, Rosario dio a luz a una niña, aunque no pudo tener más hijos, pues contrajo el tifus.
Al acabar la guerra, Rosario, su marido Javier y la niña volvieron a Barcelona donde fijaron su domicilio para siempre, aunque el Dr. Farrerons, por trabajo se trasladó a Estados Unidos durante mucho tiempo, curiosamente Javier Farrerons fue también uno de los pioneros españoles en la especialidad de alergología.
Rosario sigue con su obra pictórica aunque sabemos que se separó totalmente de la nueva Falange del General Franco, pues claramente entendió que no tenía nada que ver con su Falange, la Falange de su amigo y Jefe José Antonio.
Rosario, que como siempre se declaraba bohemia, se rodeó de buenos amigos y viejos camaradas, tales como Dionisio Ridruejo, Eugenio D’Ors, Carmen Conde y Pere Pruna.
De Rosario Velasco, vieja guardia de la Falange, se contaba que había sido la persona que había hecho la última foto a José Antonio, la conocida foto en la cárcel de Alicante en la que el Jefe de la Falange se encuentra agarrado a unos barrotes junto a su hermano Miguel.
Efectivamente, Rosario fue a visitar a José Antonio a la cárcel de Alicante a principios de julio, le acompañaban las hermanas Chabás, Vicenta y María, el Jefe Provincial de la Falange valenciana Enrique Esteve, y la también camarada Ana María Perogordo (la famosa golfista campeona de España de la cual ya hablaremos en una futura reseña).
Parece ser que la dueña de la cámara que hizo la última foto a José Antonio no fue Rosario, sino la camarada Ana María Perogordo, y cuando le dijo al Jefe «voy a haceros una foto», José Antonio bromeando le contestó «Te vamos a romper la cámara». A los pocos segundos se despidieron del Jefe y la foto que le sacaron pasó a la historia como la «última foto de José Antonio.»
Rosario falleció en Barcelona el 2 de marzo de 1991.
Una vez más, recuperamos para la auténtica historia de la Falange otra camisa vieja prácticamente desconocida, que sin lugar a dudas merece este reconocimiento no solo por su estrecha relación tanto personal como política con José Antonio, sino también por ser una de las más afamadas pintoras del vanguardismo español.
(Fotos de Rosario de Velasco del Archivo de los Guardianes de la Memoria Azul)
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