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Llegó casi por sorpresa y siendo un verdadero desconocido del pueblo español. Sólo tenía 43 años y era Ministro Secretario General del Movimiento, aunque ya había sido también Gobernador de Segovia y Director General de RTVE. Cuando aquel día del mes de julio del año 1976 fue nombrado Presidente del Gobierno por el Rey Juan Carlos I ni él mismo se lo creía. Se llamaba Adolfo Suárez González. Fue el primer Presidente de la España democrática. Ganó las primeras elecciones libres que se celebraron el 15 de junio del 77 y durante su Gobierno se aprobó la Constitución de 1978. También ganó las elecciones de 1979 y, también sorpresivamente, tal día como hoy del año 1981 presentó su dimisión al Rey, quien enseguida le concedió el ducado de Suárez con grandeza de España.

 

Repasando hoy algunos de mis «recuerdos políticos» ( escritos entre 1969 y 2002 y reservados para incluirlos en mis «Memorias») he llegado a una conclusión: debo publicarlos en vida, aunque sólo sea por mi amor a la Historia, no sea que luego se pierdan, como les pasó a los de mis amigos Torcuato Fernández Miranda y Sabino Fernández Campos. Además ahora gozamos de una libertad de prensa y una pluralidad política que no sabemos cuánto puede durar.

Y comienzo con la dimisión de Adolfo Suárez como Presidente del Gobierno en 1981. Ya sé que desde aquel 29 de enero se han dado muchas razones para justificar su inesperada decisión y variadas versiones, aunque la más extendida fue que lo hizo para evitar el Golpe que ya se preparaba (y que se produciría el 23 de febrero). Pues, como las cosas no fueron así y la «verdadera verdad» corre el peligro de perderse para la Historia, me parece obligado publicar lo que, en verdad, en verdad, motivó la Dimisión más sonada de la Transición… según tengo escrito en mis «papeles»

«Entre las muchas cosas que estoy leyendo estos días sobre lo que está sucediendo en Cataluña (que ya no se sabe lo que es) he leído, por boca de un comentarista político, de los que saben de todo, que Rajoy debería dimitir como dimitió Adolfo Suárez en 1981 ‘para evitar que se produjera el 23-F’, es decir para salir del atolladero que ha provocado el Procés y la aplicación del 155. No entro ni salgo en esa cuestión, pero sí me gustaría aclarar lo de la dimisión del Presidente Adolfo Suárez González, el «padre» del desastre actual.

Según dicho comentarista, y según ha pasado a la Historia de la Transición, Suárez dimitió cuando supo que se preparaba un Golpe de Estado. ¡Y eso no se ajusta a la verdad! La realidad no fue esa, la realidad fue que Adolfo Suárez dimitió cuando supo que se preparaba una Moción de Censura para derribarle como Jefe del Gobierno. Y sí es verdad que con su dimisión se cargó la Moción de Censura, que no era otra cosa que el ‘Plan A’ del general Armada y los socialistas. (Famosa se hizo la entrevista de Armada con Enrique Mújica en Lérida).

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Según mis fuentes (y por ellas sí pongo las manos en el fuego) las cosas sucedieron así aquella mañana del 29 de enero de 1981.

Suárez tenía aquel día Audiencia con el Rey Juan Carlos I fijada para las 10:30, pero como otras veces se presentó en La Zarzuela media hora antes, con la intención de tomar un café con ‘Don Sabino’ (Sabino Fernández Campos) antes de pasar a ver a S.M.. ‘Venía muy contento, alegre, dicharachero como siempre’. ‘Sabino -me dijo- ayer resolví el problema que tenía con mi Partido, tuve una reunión con los barones y llegamos a un acuerdo. Nada de luchas externas, lo que tengamos que discutir lo haremos de puertas adentro. Creo que le va a gustar al Rey saberlo. Bastante tengo con Alfonso Guerra’.

Luego Suárez entró en el despacho del Rey, donde ya le esperaba S.M., y allí permaneció casi una hora. Naturalmente lo que hablaron sólo ellos lo podrían haber contado (cosa que yo, al menos, no sé si contaron). Lo que sí sé es lo que Sabino había escrito en varias páginas de sus ‘Recuerdos’ (así llamaba a sus ‘Memorias’): ‘Cuando Adolfo salió del despacho del Rey se detuvo conmigo y ya no era el mismo -reproduzco textualmente- Venía desencajado, triste, como muy cabreado. Sabino -dijo sin sentarse- me voy. Hoy mismo dimito. ¿Qué ha pasado?, le pregunté yo también sorprendido. Me ha contado que hay preparada una Moción de Censura para echarme del Gobierno… y eso no lo voy a permitir. Bastante tuve con una. A mí no se me humilla… Lo sabía, sabía que Armada no era trigo limpio… ¿Armada? ¿qué tiene que ver Armada con esa Moción de Censura?, le pregunté todavía más sorprendido. ‘Eso que te lo diga el Rey, a mí sólo me ha dicho que era una idea del Maquiavelo’-respondió- Me voy, dimito. ¿Se lo has dicho a S.M.? ‘No, se enterará por la tele’… y con mala cara se despidió.

Naturalmente en cuanto se marchó Adolfo -sigo reproduciendo- me fui a ver al Rey y me llevé otra sorpresa, porque nada más entrar en su despacho S.M., casi riendo me dijo:

¿Qué? ¿qué te ha contado Adolfo?
Señor, me ha dicho que se va, que dimite.
Vaya hombre, ya era hora… no sabía cómo decirle que se fuera y mira por donde lo de la Moción de Censura lo ha arreglado
¿Y qué es eso de la Moción de Censura? -le pregunté muy serio-.
Sí, es un plan que Armada ha ideado con los socialistas.
¿Armada? Pero si Armada no es ni siquiera diputado… Además, Señor, una Moción de Censura la tiene que plantear un Partido, y tiene que presentar un candidato a la Presidencia del Gobierno –yo seguía sorprendido-.
Pues eso, el PSOE presenta la Moción y presenta a Alfonso como Presidente. La Constitución no prohíbe que sea un Independiente, civil o militar.
¿Y cómo no me había dicho nada de esto, Señor? -le dije algo molesto.
Ay, Sabino, Sabino, hay cosas que la mano derecha no debe decirle a la mano izquierda o al contrario –me respondió sonriendo.
Señor -me atreví a decirle todavía-, pero el PSOE no tiene mayoría en las Cortes y la Moción puede perderse.
No, según Alfonso, el PCE y algunos diputados de la UCD también apoyarían.
Majestad, pues siento decirle que no me gusta este asunto.
Sabino, te aseguro que a mí no me va a pasar lo que le pasó a mi abuelo, que por alejar a la Izquierda perdió la Corona… Además, creo que los objetivos merecen la pena –y entonces abrió un cajón de su mesa y me entregó un papel, un simple papel doblado. “Ten -dijo alargándome el papel- lee esto y luego me lo comentas”.

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Y con aquel papel, que conservo, me volví a mi despacho. Y en cuanto entré leí su contenido, que era muy simple.

OBJETIVOS NUEVO GOBIERNO.

Acabar con el «pasteleo político» en el que ha caído Suárez para mantener la Presidencia.
Acabar con el terrorismo de Eta y cualquier terrorismo.
Reconducir el disparate de las 17 Autonomías y reorganizar la Administración del Estado.
Acabar con los separatismos y defender a ultranza la Unidad de España.

y 5. Acabar con la corrupción que ya mina la Administración, los Partidos y hasta los Sindicatos.

Era el ‘Plan A’ del general Armada y fue lo que se cargó Suárez con su dimisión, pues al dimitir voló la posibilidad de la Moción de Censura pactada cpn el PSOE, ya que no podrían presentarla al nuevo Presidente, que iba a ser Leopoldo Calvo Sotelo. Pero, al mismo tiempo provocó la puesta en marcha del ‘Plan B’ ¿Qué habría pasado entonces si no dimite Suárez?, pues que no se habría producido, seguro, el ‘23-F’ que se produjo. Pero, de este plan y lo que sucedió desde la dimisión de Suárez hasta la entrada de Tejero en el Congreso hablaré otro día.»

 

 

Nota: Las palabras de Don Sabino que recojo las copié de los folios de sus ‘Recuerdos’, que me dio a leer algunos años después, una mañana mientras desayunábamos en la cafetería Riofrío de la calle Génova en Madrid. Parece ser que esos ‘Recuerdos’ o ‘Memorias’ desaparecieron, pero de que los escribió el Jefe de la Casa Real no tengo dudas, pues a mí me leyó muchas, muchas, de aquellas páginas. Y me comprometo a contarlas, si Dios me alarga la difícil estancia que tengo ahora mismo en este mundo…  y encuentro quien quiera publicarlas.

Adolfo Suárez en tres momentos de su vida política: A la izquierda el día que tomó posición como Gobernador de Segovia. Al centro el día que tomó posesión como Vicesecretario General del Movimiento y a la derecha el día que tomó posesión como Presidente del Gobierno.

 

Autor

REDACCIÓN