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El “23 de febrero” se cumplirán cuarenta años de una de las fechas que, en mis escritos y conferencias,  años llamo “agujas de ferrocarril”. No hace falta mucha imaginación para captar la razón de semejante calificación. El ferrocarril es el transporte que siempre me ha encantado. Tiene encantos difícilmente superables, si no es un viaje por mar sin prisas, Soy un enamorado del tren  a pesar de los tormentos masoquistas que la Renfe nos obsequió durante décadas. Con todo, siempre que podía usaba el tren en vez del avión, en mis viajes frecuentes a Madrid. Cada  cena en el restaurante,  solía proporcionarte un nuevo  amigo después de una hora de charla Y, luego,  tenías aun 6 o siete hora de sueño en la cama. No me impedía dormir perfectamente ni el vaivén ni la “música” del tren. Tengo esa suerte. Y siempre me ha llamado la atención la técnica que encierra el sistema ferroviario. La vida del mundo cambió con el ferrocarril

En concreto, es fundamental y deslumbrante, la importancia de la “agujas” de sus vías; de ellas  — de estar abiertas o cerradas–  depende el destino del tren y el que te encuentres en Paris, en vez de verte paseando por Madrid. Una cosa tan simple y tan decisiva.

Desde que leo Historia me he topado siempre con “sus” agujas de ferrocarril, y he contemplado con admiración cómo la Humanidad  han cambiado su destino  gracias a “ellas” Una “aguja fue Lepanto”  y otra la “Toma de Granada” por Isabel de Castilla, una fue el 12 de octubre de 1492  y otra la “llegada a España del primer Borbón”… Y así, podríamos enumerar decenas de “agujas”  trascendentales en la Historia Universal”. Cualquier bachiller podría hacer una lista importante.

Estamos en vísperas de celebrar los cuarenta años de “una aguja” que cambió el destino de España. Ignoro si los agentes mediáticos al servicio de la Sinagoga de Satanás,  le van a dedicar tiempo y manipulaciones al “23 F”,  yo,  al menos algo diré sobre el mismo, empezando por recordarlo ya hoy.

El fundador del CORREO DE ESPAÑA ha escrito un libro sobre el teniente coronel Antonio Tejero Molina: Tejero un hombre de honor, un héroe al que admiro como uno de esos hombres cabales que dan lustre a la raza hispana. Lo admiro y me honro con su amistad iniciada a la sombra el hombre y la mujer –fallecidos ambos no ha mucho—que se preocuparon de arropar a Carmen en Figueras — los esposos Fernando Gallego y Carmen–.  Era yo entonces Director Gerente de Instruías Relax S.A. y me pidieron un colchón para  la vivienda provisional, de la esposa del “recluido en el Castillo de Figueras” (por haberse negado a aceptar doscientos millones y rechazar el irse a disfrutarlos fuera de España, en alguna isla paradisíaca…)…mientras estuviera pagando ese “error” en los miles de metros cuadrados que generosamente le habían dado por prisión.  El pueblo sano e inteligente del Ampurdán, le llevaba como “castigo” los productos del mar de  la rica costa catalana hasta que lo prohibieron.

La “aguja” del 23-F lo vimos algunos desde el primer momento  tenía una trascendencia vital y como tal, la Sinagoga de Satanás la había calculado al milímetro. Son de risa las versiones que se han inventado para que no se vea ni el cerebro que la planeó y ni los fines que se buscaban y se alcanzaron.

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Admiro el genio de Lucifer.  Su inteligencia le cegó y pagó su orgullo con el infierno pero por un  misterio –y como tal incomprensible—Dios le ha dejado libertad para tentar a su obra predilecta, el Hombre  y para poder  organizar la lucha contra su Obra.  Él lo hace a las mil maravillas.  Alguno “proyectos” han sido perfectos en su organización. He comentado alguno y escrito mucho sobre otros.

La “neutralización de la Cruzada” y la “traición de los hijos de los vencedores regalando la Victoria a los vencidos,  son proyectos modélicos de concepción y ejecución.

El “23 F” no tienen nada que envidiar a los dos anteriores. Dedicaré algún artículo más al tema. Hoy me limitaré a decir que la “Sinagoga de ´satanás” –que con la Constitución y la Transición había liquidado el “Régimen de la Victoria”– tenía claro que no estaría tranquila mientras hubiera militares que habían vivido la Cruzada ya en activo al frente del Ejercito Nacional, ya en pasivo “entrenados por los anteriores” en las Academias militares.  Se imponía eliminar ese peligro que podía ser letal si no se arrancaba de cuajo.

La forma de  lograrlo es digna de un estudio en la Universidades. Solamente Lucifer en persona puede superar el proyecto.

Mezcló tres “golpes de estado” (llamando “golpe”, a los tres grupos que buscaban tres fines distintos) y  consiguió su objetivo con una maestría inimaginable. El resultado fue perfecto para su objetivo: El Ejercito de la Victoria fue borrado del mapa. Pero sobre todo lo “desprestigió para siempre” El Ejército que trajo a España cuarenta años de paz y prosperidad  a las órdenes de Franco, quedó como el “Ejercito golpista y anti demócrata digno del paredón”.

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Y una segunda consecuencia terrible, a partir de 1981 “ser franquista”  equivale, casi,  a ser criminal, y la gente decente  ve con terror que puedan  recordar que el noventa por ciento de los españoles, fue durante un cuarto siglo al menos, más franquista que Franco… Eso  da liberta absoluta a los vencidos para manipular todo,  no solo la verdad histórica sino las leyes, las costumbres y la voluntad del pueblo sano y sencillo es anulada por completo hasta el punto que hoy podemos ver a dos locos , desequilibrados mentalmente, y dieciocho hembras acompañan  a estos  candidatos a la protección de San Juan de Dios.

El 23 F fue la “aguja” que nos enfiló hacia el marxismo  de locos que nos rige hoy. Sin el 23 F la Historia de estos últimos cuarenta años habría sido otra. Lo explicaré en próximas colaboraciones.

Autor

Gil De la Pisa
Gil De la Pisa
GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.