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Las comunidades de la Orden de San Agustín de todo el mundo celebran el 13 de noviembre la figura del fundador de la Orden, que nace en esa misma fecha, pero del año 354 d.C en Tagaste, Argelia, al norte de África. Siglos después, los seguidores de Agustín están presente en los cinco continentes y desarrollan una importante labor en el ámbito de la evangelización, la educación y la cultur

El religioso agustino P. Pio de Luis, OSA, experto en la figura del santo de Hipona, explica que Agustín fue un obispo que afirmaba no querer salvarse si no era junto con sus fieles: “ fue un predicador que concitaba en el templo para escucharle a católicos y no católicos; un polemista amante del debate, de palabra o por escrito, tan estimado y alabado por sus seguidores como temido y calumniado por sus adversarios; un inspirador de vida religiosa que supo combinar la referencia imprescindible a Dios con la vida en común entre hermanos”.

Agustín es un santo africano cuya vida muchos creen saber, ya que su pensamiento suele ser muy citado dentro y fuera de la Iglesia, y algunas anécdotas de su vida circulan por doquier. San Agustín “es un santo cuyos vicios de joven son tan conocidos como desconocidas sus virtudes de adulto, y al que se le encuentra antes en los centros de estudio que en los ámbitos de piedad”, indica el P. Pio de Luis.

De la pluma de San Agustín han salido escritos magistrales para la posteridad como las Confesiones, la Ciudad de Dios o la Trinidad. Para el P. Pío de Luis, Agustín es un pensador muy consciente de no poseer siempre la verdad y de poder equivocarse; un escritor del que, a menudo, se ignora lo que dijo y al que se le suelen atribuir muchas cosas que no dijo. De hecho, es frecuente encontrar en los portales de Internet de citas célebres, frases que se ponen en boca de Agustín que nunca salieron de la misma.

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San Agustín y la Iglesia Catótica

La Iglesia Católica de su tiempo le debe a San Agustín, entre otras cosas, la solución del problema vocacional, gracias a la fundación de sus monasterios; el haberla levantado de la postración que sufría por obra de un grupo cismático local –los donatistas–; y el disponer de sus escritos como luminoso faro doctrinal, en vida y después de su muerte.

Pero el legado del fundador de la Orden de San Agustín va más allá del ámbito estrictamente religioso. La sociedad de su tiempo le debe la lucha por la paz social que él juzgaba unida a la paz religiosa; la administración de la justicia de una forma imparcial, a la que dedica buena parte de su jornada, ya que ejerce de juez; así como la frecuente intervención ante las autoridades civiles para suprimir o humanizar determinados aspectos de la vida social.

Afirma el P. Pío de Luis que después de San Pablo, San Agustín es quien más ha influido en el pensamiento de Occidente: “es uno de los grandes creadores de su cultura, síntesis de la tradición clásica y de la fe cristiana”.

A lo largo del mes de noviembre, en las comunidades, parroquias y colegios agustinos se dedica especial atención a religiosos ilustres que han destacado por sus grandes virtudes, no solo en su vida personal, sino también en su trabajo apostólico en la evangelización, cultura, educación, obras de caridad, defensa de los derechos humanos, de la fe católica. Son los Santos de la Orden de San Agustín, a los que también se recuerda el día 13 de noviembre, aniversario del nacimiento de San Agustín.

El P. Pío opina que, entre los aspectos más relevantes del legado espiritual de Agustín destaca la complementariedad entre fe y razón para alcanzar la verdad; la relación entre caridad y verdad; la interioridad como ámbito del encuentro con una y otra; el énfasis en la sociabilidad del hombre con sus exigentes consecuencias, o el modo de entender la libertad.

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Aunque este legado dejado por San Agustín es universal, a lo largo de los siglos ha habido quienes han hecho de ella su santo y seña. Son los agustinos, –hombres y mujeres– que han profesado encarnar en su vida los valores del santo de Hipona.

En España una de las labores más significativa de los agustinos es la tarea educativa, desarrollada en los 17 colegio concertados que dirigen y los tres centros universitarios. Uno de los principales valores añadidos de estos centros es la vocación e implicación de los docentes, quienes manifiestan un gran compromiso con la formación de los miles de niños y jóvenes que estudian en estos lugares. El P. Pio de Luis señala que, en la medida en que el educador es un transmisor de herencias, “el educador agustino ha de ser un trasmisor de la herencia agustiniana, con su vida y la palabra”.

Momentos como el mes de noviembre sirven para fomentar el conocimiento sobre San Agustín y los agustinos, así como su espiritualidad. Y no solo de cara a los profesores, alumnos y familias de los colegios, sino todas aquellas personas vinculadas a los agustinos en las parroquias, capillas, ONGs, y demás espacios de presencia de la Orden de san Agustín.

“Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”, es una de las citas más conocidas de San Agustín y que hace referencia a la expresión “corazón inquieto” con la que a menudo se denomina a sus seguidores.

Transcurridos 1.666 años después de su nacimiento, la herencia espiritual de San Agustín sigue estando de plena actualidad y sigue aportando mucho a la Iglesia y a la sociedad de nuestro tiempo.

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REDACCIÓN