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Construida por los cartujos de El Paular, sirvió como refugio durante la Guerra Civil
Madrid, 5 de noviembre de 2020-. Se trata de una interesantísima construcción en ladrillo y sillería, levantada en el siglo XVIII por los frailes cartujos de El Paular (Madrid), y de un extraordinario ejemplo de bodega conventual. Sin embargo, se encuentra abandonada y en estado ruinoso. Nos referimos a la Bodega del Arrabal, en Talamanca del Jarama (Madrid), que no goza de ninguna protección legal específica y que acaba de ser incluida en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra (www.listarojapatrimonio.org) y que recoge cerca de 800 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato.
La bodega fue construida en el siglo XVIII por los cartujos de El Paular como dependencia auxiliar de su Granja de Talamanca, fue excavado en una ladera y se unió a La Cartuja mediante un laberinto de pasadizos subterráneos, que servían para transportar el vino hasta las tinajas allí almacenadas, a través de unos conductos de piedra.
Durante la Guerra Civil sirvió como refugio ante los incesantes bombardeos que se produjeron. Para ello se horadó una entrada inclinada desde la superficie de las Eras de Abajo o Eras del Duque de Osuna.
Se encuentra situada al borde del Arroyo Valdejudíos. Su fachada principal da a la calle de San Isidro y su fachada trasera a la del Barrio Nuevo. La bodega cuenta con aproximadamente 100 metros de longitud, mientras que de profundidad mide entre 4 y 6 metros.
El edificio se compone de tres plantas, la primera, construida en ladrillo y cubierta a dos aguas, es la que da acceso a la cueva. Su fachada se asienta sobre un basamento de sillería, en ella se encuentran dos arcos de medio punto, también de ladrillo, simétricamente dispuestos, que componen la puerta de acceso y una ventana. La fachada está rematada por un frontón curvilíneo con óculo ciego situado en el centro. El interior alberga un vestíbulo cuadrado del que parten dos galerías paralelas cubiertas con bóveda de cañón, también de ladrillo, que se comunican con otras galerías más pequeñas con idéntica cubrición.
El segundo y tercer cuerpo son de mayor altura que el de entrada, y estaban dedicados a pajar. Fueron construidos nuevamente en ladrillo con cajas de mampostería. La cubierta a dos aguas con teja curva.
La fachada trasera se estructura en torno a un eje de simetría sobre el que se sitúa la puerta de acceso, rematada por un arco de descarga. Debajo hay un dintel de ladrillo a sardinel adovelado. A ambos lados se colocan dos ventanas, también con dintel de ladrillo a sardinel, una de las cuales lo ha perdido por haber sido agrandada.
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