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La Historia, es la composición de los hechos ocurridos, que nada tiene que ver con las valoraciones de unos y otros, que la cambian a su gusto y antojo, según les convenga, sin pestañear e incluso la imponen, firmada por Decretos y Leyes, que unos mamones, perjuros, traidores y vividores Borbones, que estampan su firma, para que se lleve a cabo.
Es mentira que Franco estuviera con Hitler y a su favor, a pesar que éste nos ayudara en nuestra Guerra de Liberación.
Nada más tenemos que ir a la conversación que en territorio neutral (Hendaya), mantuvo con Adolfo Hitler, que durante horas intentó convencer a nuestro Caudillo de la incorporación a su lado y el entrar de lleno en la Gran Guerra. El Caudillo, muy osado y con las ideas muy claras, le puso condiciones, que el Führer, no podría asumir a tantas peticiones que le hizo, a cambio de su intervención y postura para entrar en guerra.
El Caudillo era un zorro y perro viejo, que sabia como llevar a Hitler, a la cuneta y quitándoselo de encima. Tanto fue así, que después de horas de conversación, en la que el General Invicto llevaba la batuta, consiguió doblegar a la bota, que pisaba y era temida por el mundo entero. Y consiguió engañarle, para evitar entrar en la gran guerra.
Los acercamientos de Franco con Hitler y Mussolini | Franco. La vida del dictador en color
No debemos olvidar, que fue el General Invicto, el único que venció al comunismo, la anarquía, la masonería y los derrotó en los campos de batalla.
Pero a nuestro insigne Caudillo, se le daba la posibilidad, de derrotar al comunismo en sus propias cuevas, allí en la Estepa Rusa, en donde caen todos los ejércitos, aunque vayan bien equipados.
Los rusos, aquellos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), ni en la gran guerra, ni contra Napoleón, ni contra nadie vencieron. En su lugar lo hizo el frio polar de la estepa rusa, que siempre hay sido su mejor aliado.
La gran posibilidad que se le vino al Generalísimo, fue que ni pintada, pero debería quedar con claridad, que no era la ayuda a Hitler, sino la oportunidad de vencer al comunismo en sus propias cuevas.
Hitler y Franco: choque de trenes en Hendaya
En la reunión, entrevista o conferencia de Hendaya, Francisco Franco se entrevistó con Adolf Hitler en presencia de sus respectivos ministros de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano Suñer y Joachim von Ribbentrop. Tuvo lugar en la estación de ferrocarril de la localidad francesa de Hendaya, junto a la frontera hispano-francesa, el 23 de octubre de 1940.
El objeto de la entrevista fue intentar resolver los desacuerdos sobre las condiciones españolas para su entrada en la guerra del lado de las potencias del Eje. Sin embargo, después de siete horas de reunión, Hitler siguió considerando desorbitadas las exigencias españolas: la devolución de Gibraltar (tras la derrota del Reino Unido); la cesión del Marruecos francés y de una parte de la Argelia francesa a España más el Camerún francés que se uniría a la colonia española de Guinea; el envío de suministros alemanes de alimentos, petróleo y armas para paliar la crítica situación económica y militar que padecía España. El único resultado de la entrevista fue la firma de un protocolo secreto en el que Franco se comprometía a entrar en la guerra en una fecha que él mismo determinaría y en el que Hitler garantizaba solo vagamente que España recibiría «territorios en África»
¿Qué Opinaba Hitler de Franco? La Insoportable reunión en Hendaya de 1940
A las 15:20 horas llegó el tren oficial “Erika” de Hitler desde París. El tren de Franco, por su parte, llegó ocho minutos tarde desde San Sebastián (a donde Franco había llegado en automóvil desde Madrid) debido al mal estado de las vías férreas españolas. Para cuando descendió del vagón, Hitler y Von Ribbentrop le esperaban al pie de la escalerilla. Franco vestía uniforme militar con gorro cuartelero, mientras que Hitler usaba el uniforme del partido, con gorra de plato. El barón von Stohrer, embajador en España del régimen nazi, hizo las presentaciones y luego, juntos, los dos jefes de Estado revistaron las tropas alemanas de la guardia ceremonial.
La entrevista se celebró en el coche-salón del tren alemán. En el momento de subir se comunicó al embajador de España en Berlín, Eugenio Espinosa de los Monteros, que ni él ni Eberhard von Stohrer iban a participar en la reunión. Así pues, a la entrevista asistieron únicamente Franco, Hitler, Von Ribbentrop, Ramón Serrano Suñer y, como intérpretes, por parte alemana Gross y por parte española Álvarez de Estrada, barón de las Torres.24 Tampoco se permitió la presencia en el vagón del traductor oficial de Hitler, Paul-Otto Schmidt.
Adolf Hitler hizo una larga digresión sobre el Nuevo Orden europeo en el que España tendría su lugar, si bien era necesario que participara de manera activa en la victoria del Eje. Cuando acabó, Franco hizo también una larga exposición. Habló de Marruecos y de suministros, preguntando si Alemania estaba en condiciones de enviar a España 100 000 toneladas de trigo.Hitler respondió explicando a Franco que sus ambiciones sobre Marruecos chocaban con la necesidad que tenía Alemania de conseguir la cooperación de la Francia de Vichy, con lo que las esperanzas de Franco de conseguir «una gran conquista territorial a prácticamente ningún coste» se desvanecieron completamente.
Según algunos historiadores favorables a Franco, el almirante Wilhelm Canaris, a espaldas de Hitler, había asegurado al generalísimo que Alemania no ganaría la guerra, y, por otro lado, Franco exigió al Führer condiciones prácticamente imposibles de cumplir, como la entrega del Marruecos francés lo que chocaba directamente con los intereses de la Francia de Vichy, con quien Hitler no deseaba enemistarse, y también suministros de material militar, especialmente aéreo, del que Hitler no podía prescindir. La larga lista de reclamaciones de Franco hicieron que Hitler mencionara posteriormente a Mussolini que «antes que repetir la entrevista, preferiría que me sacaran tres o cuatro muelas».
La entrevista terminó a las seis y cinco. Mientras le acompañaba hasta el coche-salón del tren español, Franco comentó a Serrano Suñer: «estos tíos lo quieren todo y no dan nada» —por su parte Hitler comentó: «con estos tipos no hay nada que hacer»—.Luego Serrano regresó al tren alemán para entrevistarse con Ribbentrop a quien le dijo que «en lo que concernía a las peticiones territoriales de España, las declaraciones de Hitler habían sido muy vagas y no constituían una garantía suficiente para nosotros». Según el intérprete de Ribbentrop, éste «maldecía al jesuita Serrano y al ingrato cobarde de Franco, que nos lo debe todo y ahora no se unirá a nosotros» y Hitler también despotricó contra el «cerdo jesuita» y «contra el orgullo español fuera de lugar», lo que según Paul Preston, no prueba que «Hitler y Ribbentrop estuvieran rojos de ira porque la hábil retórica de Franco y su cuñado estuviera conteniendo la fuerza alemana» sino que «los insultos son más indicativos de un desdén teutónico por las egoístas pretensiones del Caudillo y su engreído convencimiento de estar en el mismo plano que el Führer»
23/10/1940 EL ENCUENTRO ENTRE FRANCO Y HITLER
El protocolo secreto
Durante la entrevista que mantuvieron los ministros de Asuntos Exteriores acordaron elaborar un protocolo secreto. Los alemanes presentaron un borrador pero Serrano Suñer y Franco entre las dos y las tres de la madrugada elaboraron una nueva propuesta en el palacio de Ayete de San Sebastián a donde habían vuelto tras la entrevista. El texto fue llevado a Hendaya por el embajador español en Alemania, el general Eugenio Espinosa de los Monteros, aunque las enmiendas introducidas al texto alemán no fueron aceptadas por Ribbentrop, lo que Serrano ocultó a Franco. El protocolo comprometía a España a unirse al Eje en una fecha decidida por «común acuerdo de las tres potencias», pero una vez concluidos los preparativos militares, lo que en la práctica suponía que Franco sería el que decidiría cuando entraría en la guerra. Por su parte Hitler hizo una promesa firme sobre Gibraltar pero fue muy impreciso sobre la aceptación de las reivindicaciones españolas sobre el norte de África. Tres copias del protocolo secreto llegaron a Madrid el 9 de noviembre y fueron firmadas por Serrano Suñer, devolviendo las copias alemana e italiana mediante un correo especial. Goebbels escribió en su diario: «El Führer no tiene una buena opinión de España y de Franco
Autor
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Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún. Aficionado a la escritura y a la historia de España.
Caballero Legionario que fue del IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.
Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas
Luchador nato por el Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.
Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.
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Combatieron con honor, con medios, nada que ver , con el régimen , que se vendió a la plutocracia, residente en usa.
El Régimen de Franco no se vendió a nadie. No entró en la OTAN, no envió tropas a Vietnam, no participó en el bloqueo de Cuba, buscó recuperar Gibraltar, pero no tenía el ejército de Hitler para recuperarlo y defenderse de todos sus enemigos mundiales, luchó contra una autarquía criminal genocida antiespañola impuesta por la ONU, no solo por USA, que asesinó a españoles por holodomor internacional, defendió el espacio aéreo español de Canarias y el Rif sin contemplaciones contra cazas y bombarderos anglonorteamericanos durante la guerra en el Atlántico y el Mediterráneo sin la más mínima contemplación, para enfado y amenazas de Churchill y Roosevelt. Defendió la dignidad de España como nadie lo hizo desde Felipe II. Tuvo que abandonar el Rif por presión de USA y cederles a estos bases para poder dedicar fondos a la industrialización de España ahorrando en armamento y munición. Hasta Franco reconoció que era necesaria la ayuda USA para evitar que españoles muriesen de hambre, por cierto, españoles que antes de la guerra eran rojos y que sus líderes abandonaron aquí con un puñado de lentejas y que desde el exterior, donde huyeron cargados de oro y riqueza, hicieron todo lo posible para matar de hambre a los suyos en España.
Franco, cuando acudio a Hendaya, dejo un sustituto para que no hubiera vacio de poder si no regresaba.
La Division Azul fue la respuesta entusiasta de los vencedores de la guerra civil a la llamada gubernamental para que los españoles le devolvieran la visita a aquellos rusos que se divirtieron en España matando españoles y robando a base de bien, porque los españoles sabian mas que de sobra que el comunismo era el culpable de todo lo que habia pasado en España y de lo que podia pasar en Europa y con entusiamo de lo mas patriotico se apuntaron a la División que se organizaba para ir a combatir al comunismo en su propia guarida.
Fueron al combate cantando, murieron cantando, vencieron cantando, se organizaron en el gulag cantando y cuando fueron devueltos a España llegaron cantando en Semiramis.
Unos héroes de cuerpo entero.
La División Azul libró a España de entrar en la guerra mundial. Tal cual. Fue un tributo para mantener a España fuera de la guerra que se complicó sobremanera con la actitud de USA.
Pero lo de que Franco temía ser capturado por Hitler es otra estupidez que no hay por donde cogerla. Podrían haberse reunido en un país neutral, como Portugal o Suiza, por ejemplo, si verdaderamente hubiese alguna suspicacia. Hitler no capturó ni a Antonescu, ni a Mannerheim (que se retiró de la guerra en julio de 1944), ni a Mussolini (al revés, libró a este de ser ejecutado por el último rey italiano en 1943), ni a ningún otro líder aliado del EJE, lo cual hubiese hecho abandonar inmediatamente la guerra a sus aliados uno tras otro. No era tan loco y tonto como se le cree por sus descerebrados, pervertidos, degenerados y genocidas enemigos, todos responsables ante Dios y ante la historia de haber ayudado a Stalin a extender el comunismo por toda la tierra.
Por otra parte, Hitler buscó con mucha mayor intensidad militar y diplomática la entrada en guerra de Turquía junto al Eje. Turquía, país pobre, pero con mucha infantería, además de vías férreas que hubiesen podido situar divisiones panzer a pie del petróleo de Irak y de Oriente Próximo, hubiese sido mucho más determinante para el resultado de la guerra que España. Pero claro, los historietadores no están autorizados para publicar eso en la demo dictadura actual. Los ingleses tuvieron que reclutar soldados sudafricanos, indios, pakistaníes, palestinos, judíos, etc., para no ser arrollados por Rommel dejándole vía libre al petróleo. A cambio de ese reclutamiento, cedió el imperio a los líderes independentistas. Ese fue su pacto.
Los rusos nos dieron hasta en el carné de identidad menos globos fueron a una guerra que no era suya provocada a dos bandas por los judios Stalin Higtler el lobby americano
NO
En Krasny Bor, febrero de 1943, la mayoría de cifras ofrecidas señalan 2500 bajas españolas (mitad muertos y el resto heridos, con unos 300 prisioneros españoles) y entre 11000 y 17000 soviéticas, es decir, una baja española por cada 5 o 6 soviéticas. Ese promedio, para una división de infantería es una heroicidad, sencillamente, de ahí los encendidos elogios de Hitler, que comprendió que los españoles evitaron en el norte lo que los italianos y rumanos no pudieron evitar en el sur. Esas proporciones solo las lograron las divisiones panzer, las motorizadas y, sobre todo, las Waffen SS, lo que da una idea de la importancia de la moral de combate y la causa por la que se lucha, aparte de los medios con los que se dispone, los de la División Azul no fueron malos, pero los propios de una división de infantería, sin más. El comandante soviético del ejército que atacó a los españoles reconoció su derrota.
1º Franco tuvo la tentación de entrar en la guerra aliado a Alemania, tentación apoyada por una inmensa mayoría de altos mandos españoles, intentando sacar la máxima tajada territorial y como modo de saldar viejas deudas históricas con los enemigos seculares de España, Francia y UK. Pero UK seguía luchando debido al mayor error de toda la guerra mundial cometido por Hitler, no destruir a los ingleses en Dunkerke con las divisiones panzer, y no invadir la isla buscando la paz con sus mercaderes dirigentes. Y USA ya había empezado a ayudarla de modo masivo desde el año anterior. USA ya estaba en guerra con Alemania, aunque no de forma oficial. Y eso lo expuso Franco en la reunión, a pesar de que Hitler le insinuó con mentira que UK estaba ya «vencida», justo cuando la batalla de Inglaterra no había conseguido doblegar la isla, tampoco la misión diplomática de paz de R. Hess ni ninguna otra iniciativa de paz, siempre por parte alemana, que nunca quiso combatir contra UK ni contra su imperio.
2º Franco para nada engañó a Hitler, ni fue con esa intención a Hendaya en absoluto. Su postura fue coherente con sacar el máximo beneficio para España, especialmente en un momento histórico irrepetible que España podría también haber aprovechado para forjar también su propio lebensraum recuperando sus provincias en Hispanoamérica si hubiese tenido medios suficientes. Aparte de las peticiones de territorios de África, alimentos, armas y munición, pidió inversiones alemanas en España, especialmente astilleros militares (Ferrol y Cartagena), que hubiesen sido letales contra UK en el Mediterráneo y Atlántico. España disponía de bases navales y astilleros para construir, con la tecnología alemana, una armada de superficie muy potente que hubiese podido añadir a los u-boote, el potencial suficiente para ganar la guerra, pues España disponía de mucho más hierro que Alemania y siderurgia. Téngase en cuenta que los corsarios alemanes y los buques de superficie alemanes hundieron muchos más buques de guerra aliados que los que los ingleses hundieron a los alemanes, especialmente en duelos en el mar. Y los submarinos alemanes echaron a pique nada menos que 3500 buques, especialmente mercantes. Si España hubiese tenido una marina de guerra construida en sus astilleros por ingenieros y marinos alemanes y españoles, difícilmente hubiese acabado la guerra como acabó.
3º Pero el factor fundamental que Franco expuso en su reunión con Hitler, que molestó sobremanera a éste, incluso haciéndole retorcer el gesto cuando se lo tradujeron por segunda vez (Franco insistió dos veces en ello), fue la condición previa ineludible de invadir UK para que España tomara Gibraltar entrando en la guerra. Hitler sabía que ante ese argumento no podía forzar a España en absoluto, no le quedaba más remedio que ejecutar León Marino o abstenerse del apoyo español. Además, Franco es seguro que solicitó la captura de Malta, algo en lo que también insistió Mussolini y no pocos altos mandos alemanes con posterioridad, como el mariscal de la Luftwaffe A. Kesselring. Malta acabó siendo mucho más dañina para el Eje, para las líneas de aprovisionamiento del Grupo Panzer Africa de Rommel, que Gibraltar, cuyo estrecho era fácilmente controlable con submarinos desde el Atlántico y desde el Mediterráneo, una ratonera para los convoys de la Royal Navy, que optaron casi siempre por rodear África para entrar por el Mar Rojo a abastecer a las tropas de la Commonwealth en Egipto hasta la operación Torch. Eso también se adujo en la reunión de Hendaya, pues Malta era una base aeronaval británica y amenazaba las Baleares.
4º El 23 de octubre de 1940, Wavel estaba arrollando a los italianos en África, los cuales se rindieron casi sin luchar por decenas de miles, que no por pelotones, entregando cañones, tanques, artillería intacta, equipo, aprovisionamientos, etc., haciéndoles perder la Cirenaica libia y dejando en evidencia la nula «voluntad» de lucha italiana. Hitler ya empezaba a lamentar la entrada de Italia en la guerra de su lado, pues su neutralidad hubiese sido mucho más provechosa para proteger el vientre sur de Europa del peligro inglés, además de no haber necesitado después desviar fuerzas que hubiesen sido mucho más eficientes y necesarias en Rusia que en África, en ayuda de su derrotado desde el primer día aliado trasalpino.
5º Los dimes y diretes, rabietas, insultos, etc., no valen para nada, salvo para el «sensacionalismo historietador» de los aficionados a la fábula. También calificó Hitler de cerdada, tras haber recuperado el territorio alemán de Los Sudetes, ante la prensa mundial, que no solo alemana, sino mundial, a la decisión de Franco de permanecer neutral en caso de guerra entre UK y Alemania en octubre de 1938, tras salvar el caudillo alemán las amenazas de guerra del dictador policial europeo Chamberlain, que trataba a Checoslovaquia con mayor celo que a una de sus colonias propiedades inglesas (en realidad no paraban de buscar pretextos para declarar la guerra a Alemania), todo ello en medio de la decisiva Batalla del Ebro, en la cual la Luftwaffe de la gloriosa Legión Cóndor borró del cielo español a la aviación soviética de Stalin, incluso después de esas declaraciones durante el resto de la batalla y en la siguiente batalla de Cataluña, no dejando de enviar cazas Me BF 109 y bombarderos He 111, además de los extraordinarios cañones de 88 mm. hasta febrero del año siguiente, así que lo de las rabietas de Hitler duraban lo que los enfados de cualquier hincha cuando pierde su equipo. Historietografía de pésima calidad, para lectores de tebeos.
Muy buena y estructurada exposición y con la que estoy totalmente de acuerdo excepto en lo de la recuperación de las «provincias» hispanoamericanas, plan fantasioso amén de irrealizable, pues parece que nadie cuenta, en estos casos, con que las provincias de marras están llenas de hispanoamericanos, muchos y muy diversos, y que no pueden considerarse en una amalgama ( por ejemplo, Méjico vs Argentina ).