22/11/2024 03:56
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Durante mi experiencia profesional he tenido que realizar previsiones. Un antiguo y apreciado compañero de Huesca (el humor de los altoaragoneses, con su toque socarrón, es de primer nivel) siempre me decía que esa palabra encerraba, en sí misma, dos mentiras: la primera, que al ser -pre- no hay certeza de que suceda; y la segunda, que al ser una -visión- puede perfectamente diferir de la realidad. 
 
Las previsiones además de esos «severos grados» de incertidumbre están sujetas a muchos otros factores desestabilizantes como por ejemplo: la intencionalidad, quien las paga, que series de datos se utilizan y otros muchos. Por ello las previsiones, tan habituales desde hace tiempo y camufladas en forma de encuestas, estimaciones, estudios de mercado, estudios sociales,  etc., permiten una amplisima modulación para que salga el resultado que le interesa al poder, al que paga, al que manda. 
 
Hago esta sucinta reflexión porque nuestra sociedad se ha idiotizado de tal manera que las previsiones (con todas sus manifestaciones) se han convertido en una de las herramientas más eficaces que utiliza el poder, a través de sus prostituidos medios de comunicación, para la consecución de sus desquiciadas políticas liberticidas y de ingeniería social. 
 
Según he leído el gran Buñuel nunca veía la televisión (gran ejemplo para las pastueñas sociedades actuales) y en una ocasión su Esposa le ánimo a verla porque echaban una de sus películas. Al final accedió a sus insistentes requerimientos y la miró unos instantes para irse enseguida maldiciendo «ese plano no lo he rodado yo», de poco valió el comentario de su Esposa «pero Luis, que es un anuncio publicitario».  Cuento esta anécdota porque pienso que la sociedad española estaría mucho mejor informada sin la «caja que atonta». La influencia de la televisión es ampliamente conocida, y reconocida, por el poder que la utiliza con indisimulada desfachatez y la riega con suntuosas subvenciones públicas para que ejecuten su pervertida labor de adoctrinar y adocenar a la población. Y en esa labor de modular el comportamiento social a los intereses globalistas y sectarios son utilizadas, masiva y espuriamente, todo tipo de previsiones, que «oportunamente» divulgadas por los medios de comunicación convierten esa doble mentira en verdad (por supuesto en mentes no analíticas, que son la mayoría todo sea dicho), condicionando no sólo las pautas de conducta de la sociedad sino sus percepciones respecto de la realidad. 
 
A pesar de todo lo expuesto sobre las previsiones, no me puedo sustraer a «recuperar» mi antiguo oficio y efectuar una previsión, en mi caso libre de intereses y de «sesudas» series históricas de datos, que voy a denominar: «EL PLAN DEL INÚTIL». 
 
Según mi previsión este malgobierno borde,  traidor, manirroto y criminal va a seguir alimentando, con dinero público y con privilegios, a todos a los que ha venido tratando así hasta ahora para perpetuarse en el poder tratando, a la vez, de mantener «sin mácula» su apariencia «filantropica» «democrática» y «de exquisita sensibilidad». No van a tomar ninguna medida económica que pueda suponer una merma en su «estimación popular»,  para que, cuando esto reviente (y lo hará más pronto que tarde), tengan que intervenir grises funcionarios Comunitarios para tomar las medidas, principalmente de tipo económico, que ellos se han negado, intencionadamente, a realizar. 
 
Después se victimizaran, echarán la culpa al «ogro Comunitario», porque «ellos nunca dejan a nadie atrás» (sencillamente los dejan a dos metros bajo tierra, y no precisamente porque les consiguen un trabajo en las cafeterías de la Estación intermodal de la Avenida de América en Madrid), y seguirán vendiendo la burra ciega con su verborrea de progresismo, que salimos más fuertes, que la violacion de los derechos de los padres sobre la educación de los hijos es algo cojonudo, nacionalismos asimétricos y desmemorias antidemocraticas, que sus políticas liberticidas y globalistas (que anulan a la persona) son la quintaesencia de la perfección y que un país sodomizado bajo el yugo del «papá Estado» es la arcadia soñada (para ellos, al igual que en todos los regímenes totalitarios comunistas a los que imitan, siempre lo es porque practican a la perfección la ley del embudo).
 
Lo que no consigo predecir (tendría que contactar con Casandra, un pitoniso o una sibila) es el grado final de éxito del PLAN DEL INÚTIL y si se materializa, de nuevo con éxito, la venta de esa mercancía ideológica averiada. Recuerden que antes de las elecciones del 2019, la PSOE se puso muy «duro» con los secesionistas catalanes y juro, y perjuro, que no pactaria con podemitas y bildutarras. Con eso y que viene la superultraextremisimafascita derechona les valió. 
 
Posiblemente algún lector piense que no hace falta tener una capacidad predictiva notable para efectuar la previsión que he realizado y tengo que darle toda la razón. Pero he preferido «aventurarme» en algo todavía no materializado, que en otras cuestiones como el esguazamiento de España y la creación de varias republiquetas, porque en esa cuestión no estamos en la fase de las previsiones sino en la de los hitos, jalones o plazos (a gusto del consumidor). La modulación temporal de esas secuencias dependerá, como en 1808, del hartazgo de los madrileños que, al fin y al cabo son los que, mayoritariamente, llevan pagando los privilegios y las orgias de los secesionistas vasco-catalanes. Renunciar a sus sueños lascivos, de los últimos 40 años, de que sea Madrid quien pague sus vicios es algo difícil de asumir por parte de estos supremacistas sacamantecas.
 
P.D.: cualquier exprésion favorable hacia este malgobierno, o los carnuzos secesionistas, debe ser interpretada con la ironía de alguna de las partes de esta Carta. 

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REDACCIÓN
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