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El gran triunfo que la derecha española ha obtenido el 28 de mayo puede verse oscurecido por egoísmos personalistas contrarios al sentido común y a las formas de entendimiento político habituales.
Sánchez no ha tenido el menor reparo, para alcanzar y mantenerse en el poder, en integrar en su Gobierno de coalición a toda la izquierda incluyendo a comunistas y separatistas. Se frenó, de momento, a abrir la puerta a gobernar con filoetarras, pero les hizo concesiones políticas, impensables antaño, ya que en ningún momento se han arrepentido de su historia de crímenes sino todo lo contrario. Además, no ha tenido la menor vacilación en dar una patada al Estado de Derecho en la persona del Código Penal, eliminando el delito de sedición y reduciendo el delito de malversación, de manera que hoy un posible uso de dinero público para compra de votos quedaría impune, si no ha habido enriquecimiento personal.
Cosa bien distinta ha sido el comportamiento de la derecha que ha sido incapaz de crear Gobiernos de coalición de forma generalizada y proporcional a los resultados obtenidos por cada partido. Políticamente no ha sido muy beligerante a la hora de levantar alfombras para detectar casos de corrupción que hayan podido suceder tras largos periodos de gobierno socialista en diversas Autonomías. También le ha faltado firmeza para enfrentarse a las leyes ideológicas, aprobadas por la izquierda, y para derogar sus leyes autonómicas de Memoria Histórica o eliminar las estatuas o nombres de las calles dedicado al Che Guevara y otros comunistas.
No ha querido aplicar, como si no fuera políticamente importante, y más aún en España donde la izquierda ha vuelto a resucitar el guerracivilismo, la Resolución del Parlamento Europeo de septiembre de 2019 que propugna, con especial referencia al comunismo y al nazismo, que se incluya “la historia y el análisis de las consecuencias de los regímenes totalitarios en los planes de estudios y los libros de texto de todas las escuelas” y que se eliminen en “parques, plazas, calles, etc. monumentos y lugares conmemorativos que ensalzan a los regímenes totalitarios”
Pues bien, los grandes resultados, que ahora ha obtenido la derecha, pueden verse dañados si el PP y VOX no son capaces de enfatizar lo que les une, o si el PP pretendiera no aplicar la fórmula de gobiernos de coalición que ha utilizado con Ciudadanos.
En esos gobiernos de coalición, Ciudadanos traicionó al PP en Murcia y estuvo a punto de hacerlo en Madrid y en Castilla-León. La disolución anticipada de los Parlamentos y la rápida convocatoria de elecciones autonómicas impidió que pudieran lograrlo, dando lugar al vigente Gobierno de coalición PP-VOX en Castilla León y al de Ayuso en solitario, en Madrid con el apoyo de VOX.
Estamos ahora en otra etapa política tras las elecciones del 28 de mayo, cuyos resultados permiten que importantes Autonomías puedan ser gobernadas por la derecha, al igual que muchas importantes capitales de provincias. La convocatoria que Sánchez ha realizado hoy de elecciones generales para el 23 de julio próximo, hace urgente que PP y VOX acuerden, a la mayor brevedad, los programas de gobierno de coalición, apropiados para cada caso, lo que no debería ser difícil si hay voluntad para ello.
VOX ha actuado con lealtad absoluta a los acuerdos con el PP; no así el PP que incumplió en menos de 24 horas el acuerdo de reparto de Consejerías y Concejalías que, el 15 de junio de 2019, habían firmado Teodoro García Egea, en representación del PP, y Javier Ortega Smith, en representación de VOX.
Ese tiempo ya ha quedado atrás. Es hora de pensar en la gravedad de la crisis política, que amenaza a la unidad de España, y económica, en especial en lo referente al nivel de deuda y déficit público, prima de riesgo y desempleo, en varios de los cuales estamos en la peor posición entre todos los países de la Unión Europea. VOX puede y debe ofrecer de nuevo su Lealtad Absoluta a los acuerdos que ahora se firmen. Por su parte el PP, debe dejar de lado sus pretensiones de obtener un Gratis Total de VOX. Ambos deben actuar con sentido común y sería responsable quien por intransigencia no lograra llegar a un acuerdo. Los españoles el 23 de julio próximo valoraremos muy positivamente a quienes hayan priorizado el interés de España.
Autor
- Administrador Civil del Estado.
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En política no hay lealtades, ni absolutas ni limitadas.
En cambio, abundan las traicones, y las puñaladas traperas.
El 90% de la casta política, y eso como mínimo, SON GENTUZA, y se comportan como tales.