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Entrevista de Lionel Baland, para Breizh-info, con Claudiu Târziu, copresidente del partido nacionalista rumano Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR).

¿Cuál es la historia de su partido político y cuántos cargos electos tiene en los distintos niveles de poder? ¿Cuáles son los principales objetivos de la AUR?

El partido Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR) se fundó a finales de 2019 y, tras las elecciones legislativas de diciembre de 2020, entró en el Parlamento rumano. AUR es el único partido parlamentario nacional-conservador de Rumanía. Tenemos 40 diputados en el Parlamento, 3 alcaldes y 80 concejales.

Nuestro objetivo es que el pueblo rumano, a través de sus representantes, recupere el control del Estado, que actualmente está en manos de políticos corruptos, promotores de la agenda globalista que es contraria a nuestros intereses nacionales. También queremos la unión de los dos estados rumanos, Rumanía y la República de Moldavia. Al igual que hubo dos estados alemanes como resultado de la Segunda Guerra Mundial, hoy sigue habiendo dos estados rumanos, una lamentable reminiscencia del Pacto Hitler-Stalin.

Apoyamos firmemente una Europa de naciones soberanas que trabajen juntas para preservar y promover la identidad de las naciones y la civilización europeas, la herencia y los valores cristianos.

¿Su partido también actúa en Moldavia? ¿Qué relaciones debería tener Rumanía con Moldavia? ¿Debe anexionarse Moldavia a Rumanía? ¿Cuál es su posición sobre la cuestión de Transnistria, un estado no reconocido internacionalmente situado en el este de Moldavia y satélite de Rusia?

Sí, el partido AUR también actúa en el otro Estado rumano, la República de Moldavia. “Anexión” no sólo es un término inexacto, sino que además es el que prefiere la propaganda rusa. Nosotros, como partido, no tenemos ambiciones expansionistas hacia nuestros vecinos. La República de Moldavia es un asunto diferente y especial. Apoyamos la unión de los dos estados como solución para la reunificación de la nación rumana, fragmentada artificial y abusivamente por Hitler y Stalin.

Si los alemanes o los vietnamitas han encontrado la manera de superar la división nacional, estoy convencido de que también debe haberla para el pueblo rumano, para que deje de vivir dividido. Creo que es sólo cuestión de tiempo.

Transnistria no es un Estado, sino una invención de Moscú, destinada a presionar a la República de Moldavia, pero también a Ucrania. Según el derecho internacional, la República de Moldavia está perfectamente legitimada para reclamar su soberanía sobre ese territorio. Rusia y los grupos del crimen organizado se benefician de la existencia de este régimen ilegal en Tiraspol. Si se resuelve este conflicto enquistado, aumentaría la seguridad de Europa del Este y se facilitaría el proceso de reunificación de los rumanos.

¿Cuál es la posición de su partido sobre la guerra en Ucrania y los dos protagonistas de este conflicto, Ucrania y Rusia? ¿Debería el norte de Bucovina, actualmente en Ucrania, unirse a Rumanía?

El norte de Bucovina y la región de Hertsa son antiguos territorios rumanos que formaban parte del antiguo Principado de Moldavia y, posteriormente, del Reino de Rumanía. La composición étnica de estas regiones cambió mucho debido a la política de desnacionalización de los rumanos de la zona, llevada a cabo por la URSS. Al firmar un tratado con Ucrania en 1997, la clase política traidora de Bucarest renunció a estos territorios.

En la actualidad, hacer reclamaciones territoriales a Ucrania, por muy justificadas que estén desde el punto de vista histórico, nos pondría a los rumanos en el mismo campo que Putin y su política agresiva, lo que sería contrario a nuestros principios y valores.

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En cuanto a la guerra en Ucrania, mi impresión es que estamos asistiendo a un conflicto entre Estados Unidos y Rusia que se libra en el territorio de Ucrania, en el que también participan otros países de la OTAN. Esta guerra no comenzó con la invasión de Putin, sino que forma parte de un proceso más amplio de división de esferas de influencia. Esta competencia por Ucrania lleva décadas. Uno de sus episodios fue el Euromaidán, mediante el cual las fuerzas proamericanas y prooccidentales dieron un golpe de Estado en Ucrania en 2013. Otro episodio fue la anexión rusa de Crimea en 2014. Las cosas deben verse y entenderse en perspectiva. Esto no significa, sin embargo, que la guerra de Rusia en Ucrania sea aceptable. De hecho, el partido AUR fue el primer y único partido político que protestó contra la Federación Rusa, frente a su embajada en Bucarest, el segundo día de la guerra.

Es lamentable que esta competición geopolítica entre grandes potencias tenga tantas víctimas humanas, con ciudades destruidas y enormes disfunciones económicas que afectan no sólo a los Estados de la región, sino a toda Europa.

¿Cuál es la actitud de la AUR hacia los húngaros de Rumanía?

Los húngaros étnicos son ciudadanos de Rumanía y creemos que son ciudadanos leales. Nosotros, como partido, no tenemos políticas públicas específicas para los distintos grupos étnicos. La etnia no importa, sino las cualidades y los méritos individuales.

Por desgracia, los húngaros de Rumanía son explotados a nivel político por un partido formado exclusivamente por criterios étnicos -la UDMR-, que se arroga el monopolio de la representación de sus intereses. De hecho, a través de las políticas que promueve en la educación y la administración, la UDMR pretende enclavar a los húngaros étnicos y limitar su acceso en el mercado laboral rumano.

Nuestro mensaje para ellos es que la vida de todos, incluida la suya, mejorará si el partido AUR gobierna Rumanía. Uno de nuestros principales intereses es establecer una justicia independiente y un verdadero desarrollo económico en beneficio de todos los ciudadanos.

Insto a los húngaros étnicos de Rumanía a que decidan según sus valores y principios. Independientemente de lo que algunos afirmen, el pluralismo político existe en nuestro país y funciona muy bien.

¿Y respecto a la minoría gitana de Rumanía?

Lo mismo que para cualquier otra minoría étnica. Como partido conservador, decimos a todos los ciudadanos rumanos: “Conservad vuestra identidad étnica y cultural, vuestra lengua y vuestras costumbres, pero actuemos juntos por nuestro bien común”.

El partido AUR cuenta con miembros de casi todas las minorías, incluidos los judíos, que hoy son una minoría muy pequeña en Rumanía. Lo importante no es su origen, sino el hecho de que todos estamos unidos a este país y queremos el bien común. En el caso de los gitanos, la situación es diversa y compleja. Tenemos gitanos perfectamente integrados en la sociedad e incluso cosmopolitas, pero también tenemos muchos gitanos que se debaten en la pobreza y la marginación y que, o bien son víctimas de grupos criminales, o bien ven en la delincuencia una forma rápida de superar su condición social y económica.

La principal solución que les proponemos es la educación. Si envían a sus hijos a la escuela y su comunidad les da buenos ejemplos, menos de ellos serán víctimas del crimen organizado.

 

¿Tiene referencias en los activistas nacionalistas rumanos o los escritores del pasado?

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Soy un hombre de letras. He ejercido el periodismo durante décadas y he publicado varios volúmenes. Estuve cerca de gente de la antigua élite cultural que sobrevivió al régimen comunista. Nombres como Marcel Petrișor, Gabriel Constantinescu, Valeriu Anania o Răzvan Codrescu pueden no significar nada para su público, porque son poco conocidos fuera del ámbito cultural rumano, pero para mí significan mucho. Aprendí de ellos a seguir mis creencias con perseverancia y esperanza, a pesar de los problemas que conlleva oponerse al espíritu del tiempo (Zeitgeist).

Los demás partidos políticos patrióticos o nacionalistas de Europa se desarrollaron, sobre todo, sobre el rechazo a la inmigración de una parte de la población. ¿Está Rumanía amenazada por los flujos migratorios? Muchos rumanos trabajan y viven en Europa Occidental. ¿Cuál es su actitud ante esta situación?

Rumanía es visto más como un país de tránsito, no como un destino final.

Hay que distinguir entre la libertad de circulación de los ciudadanos de la UE y la inmigración ilegal, es decir, los inmigrantes que vienen de zonas culturales muy diferentes en comparación con nuestra civilización, del norte de África, Oriente Medio o Asia.

Los rumanos que trabajan en Europa Occidental son culturalmente compatibles con sus países de destino y se integran económicamente muy rápido. Creo que las cosas son diferentes para los inmigrantes que vienen de fuera de Europa. Una gran parte de ellos no se integran en los países donde se instalan. Incluso tienden a actuar como un estado dentro de otro estado, con sus propias leyes y jerarquías, incluso con una cultura hostil a los habitantes nativos. Por ello, es naturalvistolos patriotas busquen defender su soberanía y sus intereses a nivel político.

Aunque AUR no haya aparecido como respuesta a la cuestión de la inmigración, nuestro partido es totalmente compatible con las organizaciones políticas de derechas de Europa Occidental. Nosotros, como patriotas, necesitamos colaborar a nivel europeo para oponernos más eficazmente a la agenda de los globalistas.

¿Cuál es la posición de su partido político en relación con el pasado comunista de Rumanía? ¿Qué opinión le merece el antiguo líder comunista Nicolae Ceaușescu?

Ceaușescu fue un dictador comunista. No hay duda de ello. Su régimen cayó en diciembre de 1989, pero los llamados demócratas que siguieron a Ceaușescu no fueron menos destructivos. Fueron y siguen siendo verdaderamente malignos para nuestro país.

El marxismo cultural y el globalismo que dominan Occidente tienen muchas cosas en común con el comunismo. El materialismo dialéctico ha fracasado, pero hoy existe el neomarxismo, y quiere conseguir lo mismo: la deshumanización del hombre y su transformación en un esclavo sin conciencia, sin aspiración a la trascendencia y sin su deseo natural de libertad.

Los rumanos, al igual que otros pueblos de Europa del Este, hemos experimentado el auténtico comunismo. Sabemos lo que significa y reconocemos fácilmente el nuevo comunismo 2.0. Esta es una de las razones por las que fundamos el partido AUR, para oponernos a este neobolchevismo, que pretende controlar a los individuos y a los pueblos destruyendo su identidad nacional, y restringiendo sus derechos y libertades fundamentales.