21/11/2024 11:53

Serrano

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España se apagó en la decadencia de sus descendientes, con sotana y sin ella, con uniforme y sin él. Qué más da. Todos somos hijos de una sangre bastarda que reniega de nuestra Historia, que abomina del pasado y que se enfrenta al futuro con la mansedumbre de un rebaño en el que el silencio y el bostezo son los máximos actos de rebeldía que toleran los pastores del redil. Nuestros enemigos nos desprecian porque nos han catado, nos han probado, nos han desafiado y saben que no somos más que una masa invertebrada, fofa y fláccida que huye del combate, que sólo quiere paz y confort, pan barato y calimocho en bucle, y libertad, mucha libertad para colmar todos los deseos y los caprichos que nos quepan entre la boca y el ano. Tenemos lo que nos merecemos. Los frágiles y los débiles, también.

El enemigo lo sabe y actúa en consecuencia, para eso ha untado con generosidad y largueza a nuestros centinelas y a nuestros mayorales. Los sarracenos lo saben. Saben que no tenemos ni Dios ni Patria, que carecemos de conciencia nacional y de moral colectiva y que somos el  pueblo, de lo que ellos siguen llamando Cristiandad, que con más pasión escupe sobre su propia Historia. Ellos sí tienen dios, un dios brutal cuya palabra codifica la barbarie y la crueldad contra el infiel en el Corán, haciendo de ellas un imperativo moral insoslayable que todo creyente ha de cumplir en la medida de sus posibilidades:  como guerreros de Alá o como sicofantes e intendencia de los yihadistas. Primero desenvainan sus espadas contra nosotros, y sobre la sangre infiel derramada levantan sus mentiras lamentando el hecho consumado de la muerte. Y nosotros aceptamos la farsa de su lamento porque nos negamos a aceptar que para ellos mentir y engañar al infiel no es pecado, es un mandato coránico, un deber, una obligación que Alá les recompensará. Por eso, después de la masacre de Algeciras, la Confederación Islámica Española emitió un raudo comunicado de condena en el que se desmarca espiritualmente del hijo de una de las miles de concubinas de Mahoma que, al grito de “Alá es grande, muerte a los cristianos”, asesinó a un sacristán y le rebanó el cuello a un sacerdote. Es mentira. Mienten con toda la boca porque es su coránica obligación: mentir y engañar al infiel. Y si el infiel es, además, una mierda como los españoles que no creen ni en su Dios ni en su Patria, la reconquista de al-Ándalus es cuscús comido.

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Somos tan mierdas que nos da miedo sólo pronunciar el lema de los Caballeros Teutónicos: “Si vienen a por nuestras Cruces sólo encontrarán nuestras espadas”. Nada, sólo el silencio, el bostezo y el miedo se desperezan en el rebaño. Nadie gritará desde un púlpito, desde un campanario o desde un escaño ¡Viva Don Pelayo, Vivan los Reyes Católicos y Viva Cristo Rey! Nada. A seguir balando, engullendo y retozando que la Confederación Islámica ya nos ha pedido perdón por el yihadista de Algeciras. Veis qué majos y tolerantes son. Los sarracenos saben que somos una mierda colectiva. Y tienen razón.

 

Autor

Eduardo García Serrano
Eduardo García Serrano
Eduardo García Serrano es un periodista español de origen navarro, hijo del también periodista y escritor Rafael García Serrano. Fue director del programa Buenos días España en Radio Intereconomia, además de tertuliano habitual de El Gato al Agua en Intereconomia Televisión. Desde el 1 de Febrero del 2019 hasta el 20 de septiembre del 2023 fue Director de El Correo de España y de ÑTV España.
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Geppetto

Los españoles y sus gobernantes han dejado meridianamente claro que no quieren lios y que se rinde preventivamente a todo el mundo que venga con malas intenciones o que sencillamente amenace con ellas.
De manera que mas pronto que tarde vendran los de Mohame y se encontraran a unos simpaticos españoles que se pondran mirando a la Meca con alegria y donaire

Nestor

Yo no entiendo nada de nada y cada vez menos
Solo veo interés personal a costa de mensajes bonitos y un pueblo enfermizo

Con Jesús, José y María arriba España

Sí respecto a los españoles, D. Eduardo, no en cuanto a los mahometanos.
Todo parece similar a aquello de Mt 24, «si aquellos días no se abreviasen, no se salvaría nadie, pero en atención a los elegidos, aquellos días se abreviarán».
Quedan elegidos, sobre todo en España, la nación que más ha amado y ama a Jesucristo y a la Santísima Virgen María (y así lo prueban las procesiones que aquí no cesan, aunque tontos no nos faltan en nuestras filas, para qué negarlo). Nadie ha dado tanto a la fe. Y Dios NO OLVIDA. Un pequeño ejército de fieles al Rey de reyes y Señor de señores basta para exterminar implacablemente a TODOS los demás (Ap 19, 19), convénzase. Dios no defrauda, aunque el calvario no nos lo quite nadie de encima hasta entonces, Dios quiera que pronto.
Por otra parte, los moros, de Marruecos a Indonesia, mayoritariamente ya no tienen más culto que el teléfono móvil y las estrellas del fútbol europeo. Andan muy contentos con haber eliminado al equipo del asturiano en el mundial. Ya no son ni la sombra de Almanzor. Un tiro al aire con bala de fogueo por parte de algún guardia civil medio firme y masacre junto a la valla de Melilla tras estampida cobarde. Más cobardes que la mora que rabiaba por perder Granada. Tanto es así que solo asaltan capillas semivacías, nunca al orgullo gay. Así que si aquí estamos muy mal, fuera ya ni le cuento. Y eso vale por toda Europa y USA.

Ramiro

Los animales huelen la cobardía…
Aún recuerdo cuando un perro me «acribillo» el culo, despoués de tirarle piedras, en la niñez, y tras emprender una vergonzante huída.
A perro Sánchez le han olido el miedo. ¡Él sabrá por qué!

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