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La Comunidad de Madrid ha estrenado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital público Universitario del Sureste, en Arganda del Rey, un programa pionero de salidas al exterior para sus pacientes. La iniciativa de la sanidad pública regional, denominada #paseosquecuran, está incluida en el Plan de Humanización del servicio de Medicina Intensiva, y pretende aumentar el bienestar de las personas ingresadas con estancias prolongadas y prevenir el síndrome confusional agudo asociado a la enfermedad crítica. Asimismo, este tipo de actividades aceleran la recuperación y reducen el síndrome postcuidados intensivos.
La duración de la salida se estima dependiendo de las condiciones y el estado de cada uno. En cualquier caso, siempre irá acompañado, al menos, por dos miembros del equipo, además del personal para el Transporte Interno y Gestión Auxiliar (TIGA) y, salvo excepciones, siempre formará parte de este el médico responsable.
El paciente se traslada en su propia cama o en el sillón, en función de las características de su enfermedad y sus necesidades, y sale con el material preciso para tener la mayor seguridad posible: bala de oxígeno, bolsa de ventilación/resucitación, maletín de soporte vital o monitor de transporte, entre otro instrumental.
Se realiza preferentemente en un lugar acotado del Hospital público del Sureste, como es la zona posterior, donde se puede asegurar su movilidad y privacidad, así como el fácil acceso de la familia. Se trata de un gran espacio diáfano en donde pueden sentir el sol, la brisa, la luz natural directa o el monte que rodea al centro, todo ello fuera de la actividad diaria de la instalación.
La humanización también en la UCI
La actividad #paseosquecuran está incluida en el Programa de Humanización del servicio de Medicina Intensiva, que los considera como un tratamiento o cuidado más, de la misma importancia que cualquier otro proporcionado allí. Como beneficio adicional, las salidas programadas permiten ampliar las visitas familiares en un entorno seguro y distendido y facilitan, si el paciente lo desea, el contacto controlado con sus mascotas.
Están especialmente indicados en estancias prolongadas en UCI que superan las dos semanas, aunque se analiza también individualmente en otras más cortas, y en casos de riesgo de síndrome confusional al ingreso o durante la permanencia en esta Unidad.
Además, de cara a los trabajadores y a las familias, sirven para aumentar la colaboración y confianza entre ambos. También se incrementa la satisfacción entre el personal y se reduce la incidencia de la fatiga por compasión.
El ingreso en una Unidad de Cuidados Intensivos supone una ruptura brusca y total con la vida cotidiana. Conlleva la pérdida de estimulación sensorial y de contacto con el exterior algo que, junto a los cambios en el ritmo circadiano en los críticos, se toman como factores de riesgo para el desarrollo del síndrome confusional agudo asociado a este tipo de pacientes.
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