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La historia de los grandes bancos españoles es en realidad la historia del capitalismo en España. Los grandes bancos que han determinado la marcha de la economía española hasta nuestros días tienen su origen a finales del siglo XIX, durante el periodo histórico de la Restauración de la monarquía borbónica liberal, a partir de 1874.
Esa será la época que verá la expansión de los grandes bancos, sobretodo en dos áreas geográficas que acabarán dominando económicamente el conjunto de España; las Provincias Vascongadas, (en realidad, Vizcaya) y Madrid. Por el contrario Cataluña verá el inicio de la decadencia de sus bancos más importantes que terminarán por quebrar y casi desaparecer.
La burguesía catalana había sido desde mediados del siglo XVIII la fuerza más dinámica dentro de la economía española e imperial pero a partir de 1874 entró en una decadencia que llega hasta nuestros días. Aunque no fue el único factor, como veremos, la pérdida de las colonias españolas (o provincias ultramarinas si se prefiere esa denominación oficial) fue un golpe del que la economía catalana nunca llegó a recuperarse.
El origen de la decadencia económica catalana se encuentra en la fiebre bursátil de 1881-1882 conocida como » La febre de l’ or» que vivió Barcelona ( que daría pie a una novela con ese nombre del escritor catalán de la época Narcís Oller) que culminó con un derrumbamiento de la bolsa barcelonesa en 1882-1883, que produjo el hundimiento de 10 de los 12 bancos catalanes de la época. Solo sobrevivieron el Banco de Barcelona, que tenía la sede en la parte baja de las Ramblas) y el Banco Hispano Colonial (dedicado éste al comercio con Cuba).
Al mismo tiempo en la misma época el Banco de España llamado entonces también Banco de Madrid que entonces era un banco privado aunque dedicado a ayudar a financiar al Estado empieza a abrir sucursales en toda España (algo que por ley, al principio, sólo él podía hacer ) y empieza a adquirir una gran importancia. Además, en este periodo se inicia la época de esplendor de los dos grandes bancos vascos, el Banco de Bilbao y el de Vizcaya que se expandirán pronto también por toda España y se convertirán en los bancos más importantes de España.. Vizcaya vivía entonces una época de industrialización acelerada, con el hierro, el acero, los astilleros y la industria química, entre otros sectores industriales, lo cual la llevará a convertirse en la región más industrializada de España superando a Cataluña antes de 1900. Además, en el Norte surgirá también el Banco de Santander, que se convirtió también en uno de los más importantes del país.
El auténtico origen del declive económico catalán estuvo en el insuficiente espíritu emprendedor de la burguesía catalana, que la llevó a concentrar sus esfuerzos e inversiones básicamente en un sector, el textil, y en los cultivos originarios de Cuba, como el azúcar o el ron. Mientras, en comparación, la alta burguesía vasca, sin depender de los productos de Ultramar, supo diversificar sus inversiones y negocios en una multitud de industrias muy valiosas ,como las antes citadas, y en el sector bancario.
Madrid, por su parte, dio origen a otros dos grandes bancos, el Banco Español de Crédito y el Banco Hispano Americano a partir de 1900 que se convertirán también en bancos de gran importancia en España. Cataluña seguía poseyendo la industria textil como sector más importante pero poco a poco se iba quedando estancada. A partir de 1898 con la pérdida de Cuba y Filipinas el Banco Hispano Colonial ( que tenía la sede donde el hotel del mismo nombre en la parte baja de la Vía Layetana junto al edificio sede de Correos) entró en una decadencia de la que ya no salió.
Todo esto es bien conocido por los historiadores económicos. Como señala el economista Gabriel Tortella; «la decadencia económica de Cataluña no empieza en 1900 sino que se remonta a la crisis de 1881. La banca privada catalana no logró tomar la iniciativa en la financiación de nuevas actividades industriales y mercantiles «. El historiador económico Josep Fontana ha señalado también como la industria textil catalana no logró el apoyo de un sector bancario catalán que le sirviera de soporte.
«Así como los bancos del Norte están orientados a la conquista de la riqueza, el Banco de Barcelona teme los negocios arriesgados» se lamentará la prensa catalana de la época. Y el propio fundador del Banco de Barcelona, Manuel Girona, se lamentará de la falta de dinamismo empresarial que se manifestaba en Cataluña.
«El poderío y fortaleza de los bancos cantábricos se manifiesta en toda su magnitud a partir de 1899, pero ya era patente en 1885», se lee en una de las obras de referencia sobre todo este tema «La Banca española en la Restauración» ( 2 volúmenes) del Servicio de Estudios del Banco de España.
Aunque la industria catalana y el Banco de Barcelona vivieron un último resurgimiento durante la I Guerra Mundial, aprovechando la neutralidad española, que permitió a la industria española, sobre todo la catalana y la vasca, exportar todo tipo de productos a los países beligerantes, al terminar la Guerra mundial se produjo una gran crisis económica e industrial en Cataluña. El Banco de Barcelona quebró espectacularmente y desapareció en 1920. Ese hecho fue considerado el golpe de muerte simbólico al antiguo poderío industrial y económico catalán. Mientras tanto los grandes bancos vascos y madrileños, además del Santander continuaban con su expansión y crecimiento.
No obstante en 1922, Cambó y la Lliga al formar parte del Gobierno español conseguirían establecer un fuerte proteccionismo con el famoso Arancel Cambó, para proteger a la industria catalana sobretodo pero el Gobierno lo derogó parcialmente en 1923. Más tarde el general Primo de Rivera establecería de nuevo el proteccionismo (por eso la Lliga apoyó su régimen) aunque algunos años después lo relajaría en parte.
En cualquier caso la incapacidad para organizar y dominar un sector bancario potente que pudiera dominar económicamente España fue el gran fracaso de la burguesía catalana (algo que hoy en día el nacionalismo catalán, a quien le gusta presumir de la industrialización catalana, suele ocultar) La alta burguesía madrileña y sobre todo la alta burguesía vasca vivirán su época de esplendor con sus grandes bancos como máximo exponente, a partir de finales del siglo XIX. Por otra parte, en relación con la aparición de los nacionalismos catalán y vasco, a partir de finales del siglo XIX, hay que decir que la alta burguesía vasca bancaria e industrial mantuvo casi en su totalidad siempre una línea política españolista y opuesta al separatismo. Esto contrasta con la alta burguesía catalana que, después de haber mantenido una línea también absolutamente españolista, sobre todo en relación con Cuba, durante el siglo XIX, a partir de 1900 había abandonado el españolismo para promover el catalanismo, (aunque a partir de 1922 y desde luego, a partir de 1936, volviera al españolismo). Los grandes bancos vascos, madrileños y cantábricos dominaron progresivamente España desde el punto de vista económico, durante el siglo XX. Aunque finalmente la alta burguesía vasca se acabaría trasladando en buena medida a Madrid a partir de los años 70, huyendo del acoso terrorista de ETA . Un fenómeno que se acentuó con la desindustrialización de España, a partir de la entrada de nuestro país en la UE, que afectó profundamente a la hasta entonces dominante industria vasca.
En el caso de Cataluña la gran ironía histórica es que justo cuando empezaba en nuestros días a disponer de un sector bancario poderoso con La Caixa y el Banco de Sabadell, lo ha perdido a causa del proceso separatista, que ha hecho trasladarse al resto de España las sedes fiscales y matrices de estas entidades catalanas. Sin duda, el nacionalismo ha empobrecido a Cataluña en todos los sentidos.
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