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Ramón Méndez Alanís

Uno de los personajes que más contribuyó al desarrollo de la Policía Gubernativa tras la promulgación de Ley de 27 de febrero de 1908, que marca el inicio de la moderna Policía Española, fue, sin duda, Ramón Méndez Alanís quien, entre 1909 y 1915 ocupó puestos de máxima responsabilidad en la cúpula policial, primero como Jefe Superior de Policía de Madrid, en 1909, y más tarde como Director General de Seguridad, en 1912.

Perteneciente al Cuerpo Jurídico Militar, su vinculación con la Policía comienza el 31 de diciembre de 1908 (Gaceta del 1º de enero siguiente), fecha en la que aparece nombrado como Jefe Superior de Policía de Madrid, figura creada por la Ley de Presupuestos de 1909, otorgándole el mando de los Cuerpos de Vigilancia y Seguridad de Madrid, quedando bajo sus órdenes tanto el Comisario General de Vigilancia como el Jefe del Cuerpo de Seguridad de la Capital de España.

En junio de 1910 comenzó a trabajar en un nuevo proyecto de reforma policial que exigía la concesión de un crédito presupuestario de 2.000.000 pts. destinado mayoritariamente al incremento de los efectivos de los Cuerpos de Seguridad y Vigilancia y su despliegue, especialmente el de Seguridad, por las capitales de provincia de primer orden lo que supondría un aumento de la plantilla del Cuerpo en unos 2.000 Guardias. Este proyecto, que en buena medida se llevó a efecto, incluía igualmente el incremento de efectivos en aquellas ciudades donde ya existían dotaciones del Cuerpo.

Se preveía igualmente la división territorial de España en cuatro zonas o regiones policiales con un Inspector –sería lógico pensar que su empleo sería de Comisario, caso de ser del Cuerpo de Vigilancia o de Teniente Coronel o Comandante, en el caso del de Seguridad- al frente de cada una de ellas, residiendo todos en Madrid, y con potestad para inspeccionar los servicios de sus respectivas zonas.

El proyecto también hacía referencia a un aumento en los sueldos del personal tanto de Vigilancia como de Seguridad y la vinculación de las Secciones Especiales o Rondas Volantes con los Comisarios de los respectivos Distritos.  

Otra preocupación que, por aquellos años, ocupaba a la cúpula policial era la de avanzar en una mayor capacitación profesional e intelectual del personal de los Cuerpos integrantes de la Policía Gubernativa. En esta línea se enmarca la disposición por la que se crea, el 24 de septiembre de 1910, el Distintivo de conocimiento de idiomas para el personal del Cuerpo de Seguridad.

Otra de las innovaciones de Méndez Alanís mientras ocupó el cargo de Jefe Superior de Policía de Madrid, fue la de suprimir el patrullaje callejero del personal del Cuerpo de Seguridad por parejas, dejándolo en individual, asignado la vigilancia nocturna de las zonas radiales a la Sección Ciclista, creada en 1905, integrada por un Teniente, dos Cabos y 14 Guardias.

De igual modo, avanzó en la coordinación con otros Cuerpos o funciones que, por su trabajo, podían colaborar en el mantenimiento del orden público y en la prevención de la comisión de hechos delictivos, Guardias Municipales, serenos, porteros de fincas, personal del servicio de alcantarillado, cocheros, etc.

Durante este periodo, logró erradicar la prostitución de las calles céntricas de Madrid, reduciendo su presencia a zonas limitadas.

Guardias de Seguridad protegiendo un tranvía en Madrid

Otra de sus preocupaciones fue la de conocer, en todo momento, el despliegue de los efectivos a sus órdenes, para ello dispuso la colocación en su despacho un gran plano de Madrid en el que figuraba, marcada con banderitas, la ubicación de los servicios en cada barrio.

Con relación al Gabinete de Identificación, creado en Madrid en 1911, dispuso la publicación del Registro Manual de Identidad, para facilitar los servicios de la Policía, utilizando los medios más modernos para la identificación de las personas.

A finales de noviembre de 1910, se producen en Madrid una serie de algaradas de las que son protagonistas los estudiantes de la Facultad de Medicina San Carlos de la Capital de España.

El origen de estas algaradas se encuentra en el estreno, en el Teatro “Novedades”, de la obra teatral “Luz en la fábrica”, en uno de cuyos pasajes aludía, de forma muy crítica, a los estudiantes de medicina, motivo por el cual consideraron que aquellas frases resultaban agraviantes para todos ellos lo que provocó que se organizase una manifestación de protesta ante el Teatro.

De nada valió que tanto el empresario como los autores indicasen a la comisión de estudiantes que se retiraría la frase de la discordia, ni tan siquiera que la obra sería retirada de cartel. Más de 800 universitarios habían ya comprado las entradas de acceso exigiendo la puesta en escena de la pieza teatral.

Comenzada la representación al llegar al pasaje retirado del libreto, exigieron, de forma tumultuaria, que se recitase la pieza en su totalidad; aquella exigencia, acompañada de la ocupación del escenario por algunos estudiantes, seguida de un monumental alboroto provocó la intervención de las fuerzas del Cuerpo de Seguridad, presentes en el Teatro, a las órdenes del Inspector Caro y del Teniente Rúas, que procedieron al desalojo del recinto.

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Sin embargo, aquellos hechos, que se saldaron sin heridos, tuvieron su continuación en las siguientes jornadas donde los estudiantes de medicina protagonizaron una serie de altercados, deteniendo tranvías y persiguiendo a todos los miembros del Cuerpo de Seguridad con los que se cruzaban por las calles.

Consecuencia de estos hechos, el 30 de noviembre de 1910 (Gaceta del 1º de diciembre), se acepta la dimisión de Ramón Méndez Alanís como Jefe Superior de Policía de Madrid.

El 12 de noviembre de 1912, se registra en Madrid el atentado que costó la vida al Presidente del Consejo de Ministros, José Canalejas Méndez. Este magnicidio provocó, de inmediato, que tanto el poder político como los medios de comunicación, volviesen la vista hacia la Policía, a la que culparon, casi con exclusividad, de no haber evitado la comisión de este atentado, señalando con mayor énfasis a la denominada Sección Especial de Anarquismo que no fue capaz de controlar los pasos de Manuel Pardiñas, autor del magnicidio.

Una de las primeras medidas que se adoptan es la recreación, por tercera vez, de la Dirección General de Seguridad como órgano directivo de la Policía. Con anterioridad, en 1858 y en 1886, ya había sido creado un organismo con idéntica denominación que, en ambos casos, tuvo efímera existencia.

Sin embargo, hay un dato que resulta desconocido para la mayor parte de los españoles, incluso para muchos de los estudiosos de temas relacionados con la Historia de la Policía Española; un dato que puede resultar de interés conocer, incluso premonitorio de algo que finalmente sucedería pasados los años.

Revista del Cuerpo de Seguridad en Madrid

Por las fechas de las que hablamos, el Gobierno, bajo la presidencia del Conde Romanones, sucesor de Canalejas tras su asesinato, trabajó en el proyecto de creación de un nuevo organismo que, con la denominación de Dirección General de la Policía, unificase, en uno solo, los dos Cuerpos integrantes de la Policía Gubernativa, el de Vigilancia y el de Seguridad.

De esta forma, el nuevo Cuerpo resultante de la fusión, estaría constituido por cuatro Divisiones: Policía de Seguridad; Policía Gubernativa; Policía Judicial y Policía Política. No parece complicado, a la vista de esta división, colegir las funciones que asumiría cada una de ellas. De esta forma, entendemos que la Policía de Seguridad sería la responsable de asumir la dirección de los efectivos uniformados y las misiones asignadas al Cuerpo de Seguridad; la Policía Gubernativa podría atender todo lo relacionado con las funciones de policía administrativa, establecimientos, hospederías, extranjeros, pasaportes, etc. La Policía Judicial las propias de esta especialidad y la Política encargada de la represión del anarquismo y socialismo, así como todo aquello que pudiera ser de su esfera competencial en materia de investigación social.

Sin embargo, este macroorganismo despertó recelos entre la clase política ya que para la izquierda se trataba de centralizar en un solo Cuerpo el poder absoluto en materia de orden público, mientras que para la derecha suponía dar de lado a la Guardia Civil, motivos más que suficientes, a juicio de los políticos, para que el proyecto no pasase de borrador.

Creada, con fecha 27 de noviembre de 1912, la Dirección General de Seguridad, como instrumento canalizador al que fluya la información de todo el territorio nacional referente al mantenimiento del orden, prevención y persecución de delincuentes, terrorismo y todo aquello que sea competencia de la Policía, para que organizados, relacionados y complementados, sean base de iniciativas y órdenes que de tal Centro partan, para su cumplimiento en donde corresponda, unificando y sistematizando este servicio público en todo el Reino. A tal fin, los Gobernadores Civiles, sin perjuicio de hacerlo al Ministro, comunicarán también a la Dirección General cuantas noticias y datos tengan relacionados con tales servicios, y ésta se entenderá directamente con aquéllos a los propios objetos, efectuándolo siempre, de una manera directa, con el personal de Vigilancia y Seguridad de todas las provincias.

Al Director General de Seguridad se le asigna el mando de los Cuerpos de Vigilancia y Seguridad, así como de la Guardia Civil de Madrid, sin perjuicio de las funciones y cometidos que corresponden al Director General de este Instituto.

Consecuencia de la creación de la Dirección General, se dispone que se cree, tanto en Madrid como en Barcelona, el cargo de Inspector de Seguridad, con las atribuciones y retribución que se le reconocían al Jefe Superior de Policía gubernativa de aquella provincia.

Con esta misma fecha, 27 de noviembre (Gaceta del 28), se nombra Director General de Seguridad a Ramón Méndez Alanís.

Su trabajo al frente de la Dirección General fue especialmente fructífero, marcando su impronta desde el primer instante de arribar al organismo.

Una de las primeras medidas operativas que se adoptan el 30 de diciembre de 1912, es la reorganización de los servicios de Vigilancia, quedando organizados en Brigadas especializadas y asignando el personal necesario para la ejecución de las funciones que a cada una de ellas les corresponde.

El entierro de Méndez Alanís

El Cuerpo de Vigilancia de Madrid queda estructurado en Brigada de Investigación Criminal, Brigada Móvil, Brigada de Viajeros y Extranjeros, Brigada de Información o de Informes, Brigada de Espectáculos, Brigada Nocturna, Brigada de Anarquismo y Socialismo, Brigada Ciclista y de comprobación -esta Brigada utilizaba un uniforme, empleando la bicicleta como medio de transporte, menos el Jefe que lo hacía en motocicleta. Daban escolta a los Reyes en sus recorridos callejeros-, Brigada Especial de Barrios y Brigada de Servicios Especiales -de esta Brigada depende la Ronda de S.M. el Rey y la Ronda del Presidente del Gobierno-. Es de suponer que, salvando las dotaciones de personal, esta misma organización o una similar sería de aplicación en las provincias.

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También se procede a reorganizar en Madrid el patrullaje callejero del Cuerpo de Seguridad, a base de rondas de inspección por los diferentes Distritos, apoyadas por el personal destinado en la Sección Ciclista.

Aun cuando el Gabinete de Identificación de la Jefatura Superior de Policía de Madrid comienza a funcionar el 25 de junio de 1911, antes de la creación de la Dirección General de Seguridad, desde 1912, además de la reseña dactiloscópica, se realiza la fotográfica, con equipos de filmación “Bertillón”, tomando fotografías a los reseñados en dos posiciones, perfil derecho y frente, incluyendo una cartela con el lugar, la fecha y el número de reseña.

Dado que el proyecto de unificar los Cuerpos de Vigilancia y Seguridad de 1912 resultó fallido, en 1913, se comienza a trabajar sobre una nueva reorganización de la Policía que traería aparejada la creación de una Dirección General del Cuerpo Militar de Seguridad, con la creación de un escalafón propio de Jefes y Oficiales, una pretensión que tampoco se vio cumplida.

Como curiosidad señalar que, desde la llegada de Méndez Alanís a la Dirección General, ordenó colocar sobre la puerta de su despacho tres luces, una de color rojo, otra verde y una tercera blanca, a modo de código de señales. Mientras la luz roja permaneciese encendida, el Director General no podía ser molestado bajo circunstancia alguna; si la encendida era la verde, era señal de que se podrían despachar los asuntos urgentes; en tanto que la blanca indicaba que podía abordarse cualquier asunto.

Falleció, siendo Director General de Seguridad, en la madrugada del 5 de diciembre de 1915, tras haber sido ascendido en mayo de 1914 a Auditor General del Ejército. El sepelio se celebró en Madrid el lunes 6 de diciembre.

Autor

Eugenio Fernández Barallobre
Eugenio Fernández Barallobre
José Eugenio Fernández Barallobre, español, nacido en La Coruña. Se formó en las filas de la Organización Juvenil Española, en la que se mantuvo hasta su pase a la Guardia de Franco. En 1973 fue elegido Consejero Local del Movimiento de La Coruña, por el tercio de cabezas de familia, y tras la legalización de los partidos políticos, militó en Falange Española y de las J.O.N.S.

Abandonó la actividad política para ingresar, en 1978, en el entonces Cuerpo General de Policía, recibiendo el despacho de Inspector del Cuerpo Superior de Policía en 1979, prestando servicios en la Policía Española hasta su pase a la situación de retirado.

Es Alférez R.H. del Cuerpo de Infantería de Marina y Diplomado en Criminología por la Universidad de Santiago de Compostela.Está en posesión de varias condecoraciones policiales, militares y civiles y de la "F" roja al mérito en el servicio de la Organización Juvenil Española.

Fundador de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña, del Museo Policial de la J.S. de Policía de Galicia y de la Orden de la Placa y el Mérito de Estudios Históricos de la Policía Española.

Premio de narrativa "Fernando Arenas Quintela" 2022

Publicaciones:
"El Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII. 1908-1931" (Fundación Policía Española)

"La uniformidad del Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII 1887-1931 (LC Ediciones 2019)

"Catálogo del Museo Policial de La Coruña". Tres ediciones (2008, 2014 y 2022)

"Historia de la Policía Nacional" (La Esfera de los Libros 2021).

"El Cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico 1941-1959" (SND Editores. Madrid 2022).

"Policía y ciudad. La Policía Gubernativa en La Coruña (1908-1931)" (en preparación).


Otras publicaciones:

"Tiempos de amor y muerte. El Infierno de Igueriben". LC Ediciones (2018)

"Historias de Marineda. Aquella Coruña que yo conocí". Publicaciones Librería Arenas (2019).

"El sueño de nuestra noche de San Juan. Historia de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña". Asociación de Meigas (2019).

"Las Meigas. Leyendas y tradiciones de la noche de San Juan". Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña (2011).

"Nuevas historias de Marineda. Mi Coruña en el recuerdo". Publicaciones Arenas (2022). Ganadora del premio de ensayo y narrativa "Fernando Arenas Quintela 2022".