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Cuando siento un amago de desaliento y cansancio, después de tantos años de batalla, confieso que recupero fuerzas con solo pensar en la Cruz del Valle de los Caídos protegida por el poder divino contra los hijos de Satanás –…el Gobierno de canallas que nuestra estupidez nacional ha hecho posible tras la muerte del Caudillo– ¡Están rabiosos por no poder derruirla!…
Y, sin querer, pienso en el emperador Constantino y-como él- participo en la convicción tan bien expresada por el vencedor de Puente Milvio–con sus hechos–: “¡Con esta señal venceremos!”.
Me contó un amigo mejicano, piloto de los Boeing 747 de la Compañía trasatlántica mejicana de aviación que, a veces, para ver mejor la Cruz del Valle, inclinaba el avión al salir de Madrid rumbo a Méjico. (¡Debe ser maravilloso y emocionante poder contemplar esa cruz desde el asiento de piloto!…)
Elijo el tema, porque estamos viviendo una situación tristísima en España y peor, si cabe, en la Iglesia Católica. El Poder supremo “sin rostro” ha puesto todos sus batallones en pie de guerra para intentar liquidar definitivamente a la nación odiada y a la Obra de Cristo. Y en esa movilización general ha decidido que trabajen a destajo todos sus medios de comunicación, todos sus infiltrados, todas sus organizaciones secretas, todos los organismos internacionales por él controlados.
Sus objetivos son satánicos y múltiples, empezando por los dos frentes de moda: la muerte de los no nacidos, aun en el vientre de sus madres, y el asesinato de los ancianos, tanto los olvidados o arrinconados — a los que más fácilmente les pueden aplicar la “eutanasia”—como los puestos en sus manos para sanarlos, y que, en vez de cumplir como médicos, los envían al sepulcro con la mayor naturalidad, engañando a sus familias, que no se enteran, porque confían en los profesionales de la salud.
Otro objetivo muy rentable para quienes odian a la Humanidad y sirven al “enemigo del Hombre” está haciendo estragos en la estabilidad de la sociedad. Han decidido y conseguido, suprimir casi el sacramento del matrimonio y sustituirlo por la moda de las “parejas”… Hoy nadie tiene marido o mujer, ¡todos tienen “pareja”! -del mismo o de distinto género-.
No cabe duda de que se ha impuesto ese “uso”…De ese modo ha sido fácil divinizar la “sexualidad” y promocionar los instintos en perjuicio la inteligencia y del autocontrol propio del ser racional de debe imponerse a nuestra realidad animal que cuando imperaba, permitía considerar al hombre como un animal inteligente.
Estamos consiguiendo una sociedad en la cual todo lo que es corruptible degenera casi espontáneamente, y a marchas forzadas, pues han desaparecido todos los frenos de la razón humana. ¿La causa? La “divinización” del hombre deslumbrado por sus logros tecnológicos y olvidado de lo trascendente. El orgullo perdió a Lucifer y hará lo mismo con la Humanidad si no reacciona a tiempo y acaba viendo “claro”.
No será fácil porque muchos jerarcas de nuestra Iglesia han picado el mismo anzuelo, -y conocemos sus frutos-. Escándalos y desorientación, iglesias vacías, y doctrinas que escandalizan al pueblo sencillo y creyente. Viví los tiempos en que Irlanda, Polonia y España eran naciones reconocidas por el mundo entero como católicas y veo la nueva imagen de las mismas.
¿Es esta la “primavera de la Iglesia” que nos anunciaron a bombo y platillo, antes, durante y después del Vaticano II? Lógicamente -y para alegría de los verdaderos católicos- la promesa de Cristo se cumple y tenemos algunos cardenales, arzobispos, obispos, sacerdotes y monjes que se mantienen fieles al Evangelio, aunque se los ignore y arrincone, e incluso de los persiga. Además -algo muy especial-, contamos también con luchadores seglares -¡excelentes!- que dan la cara por la Verdad y la Tradición y son el verdadero rebaño de la Iglesia encomendada a Simón Pedro.
Considero interesante terminar este escrito con una pregunta: ¿Por qué la Cruz del Valle de los Caídos y todo el complejo de Cuelgamuros no es conocido –¡y hasta resulta “familiar”!—de los católicos del mundo como lo son la basílica vaticana de San Pedro o los monumentos del catolicismo mundial, que son reconocidos con total naturalidad lo mismo por un católico australiano, que por un canadiense, un francés o un inglés…, e igualmente por un angoleño que por un camerunés, un japonés o un chileno? ¿A qué se debe semejante desconocimiento de una de las grandes maravillas modernas de la Fe en Cristo y en su Religión? No son preguntas para dejar sin respuesta… Vale la pena intentar hallar la respuesta. .
Autor
- GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.
Conoce Vd el antiguo dicho que dice:
A Dios rogando y con el mazo dando
O aquel otro que dice:
Y vinieron los moros y nos molieron a palos, que Dios ayuda a los malos si son mas que los buenos
Pues eso
Rece y sea pio pero de leña sin parar para defender lo que es suyo