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Se acercan las elecciones y en el puchero de los futuros votos empieza a, presuntamente, cocerse «el pucherazo» para asegurarse la continuidad los que ahora nos gobiernan. Como toda estrategia bien planificada, ésta se organiza en varias fases según sean las circunstancias que conllevan cada una de ellas.
El pucherazo que sin duda prepara el partido gobernante para seguir al menos una legislatura más, ya ha comenzado y tiene su expresión en cada una de las fases: pre y electoral, votaciones y recuento de votos. Hoy me referiré a la primera.
A la chita callando y con el silencio de la mayoría de la oposición, ya hace tiempo que el gobierno ha dado el primer paso para influir en los resultados a su favor. Se trata de modificar el censo electoral para aumentar el número de votantes que presumiblemente lo van a hacer mayoritariamente a su favor.
Para ello, ha modificado la legislación, abriendo la puerta no sólo a los ciudadanos españoles residentes en el extranjero sino también a todas aquellas personas, que al amparo de la ley llamada de memoria democrática, hayan sido represaliadas por el franquismo y tanto para los unos como los otros, hasta sus descendientes en varias generaciones: padres, hijos, nietos y biznietos. Decir «represaliado por el franquismo» es como abrir las puertas al campo y que entre el que quiera, que ancha es Castilla.
En el ámbito nacional, también se ha abierto la puerta a la inmigración ilegal que esté empadronada a los cuales no se les exige la renuncia a su nacionalidad de origen. No olvidemos que esta franja de población residente en España es de obediencia musulmana y siempre seguirán las instrucciones e intereses de su país de origen, en este caso muy mayoritariamente Marruecos.
Como se puede observar, el gobierno está trapicheando con la nacionalidad española con la finalidad de obtener réditos electorales, concediendo la condición de españoles a diestra y siniestra, devaluando las condiciones para su obtención, todo por un mero interés partidista.
Finalmente, por si algo quedaba por atar en esta fase también se ha modificado la logística del «voto por correo» que al margen de las tradicionales trabas en embajadas y consulados por eso de que mucho voto proveniente de los países hispanoamericanos siempre, hasta ahora, tendía hacia el voto conservador. Hasta ahora este voto era custodiado por la Guardia Civil en dependencias ad hoc y hasta el momento de incorporación a las mesas para los recuentos.
Ahora, ello ya no es así y se ha suprimido la custodia policial para ser responsabilidad de la propia empresa pública Correos, que preside un amigo del presidente del gobierno, quedando este tipo de voto expuesto a todo tipo de tropelías y de falsificaciones masivas, o menos masivas.
Todas estas «facilidades» anteriores son perfectamente legales ya que lo que se ha hecho es, dicho en roman paladino, amañar la legislación o crear una nueva que satisfaga los intereses que se persiguen.
Una vez ampliado el censo al gusto del poder actual, las fases sucesivas se refieren a las votaciones en si mismas y en el conteo y transmisión de éstos a los medios y posteriormente a las Juntas Electorales y la Electoral Central. Toda una cadena que hace agua por muchos sitios y que muestra una gran vulnerabilidad respecto de las voluntades reales de los electores.
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Pucherazo el que le ha dado el sistema a España llenándola de fulanos a los que se les regala, como si nada valiera, la nacionalidad española.
El pucherazo es a la Patria Española, no a esa birria que llamamos democracia constitucional