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Vamos a trasladarnos hoy, con la imaginación y con lo que los arqueólogos submarinos que indagan en el año 1446 antes de C., y en los restos de un gran ejercito egipcio sumergido en las aguas del Mar Rojo, a 1,5 Km de la actual ciudad de Ras Ghariv. Los arqueólogos estaban buscando antiguos restos de barcos y objetos relacionados con el comercio en las edades de piedra y bronce. Y lo que encontraron fue una enorme masa de huesos humanos oscurecidos por el paso del tiempo.

Los científicos, liderados por el profesor Abdel Mohammad Ghaderi, asociados a la Facultad de Arqueología de la Universidad de El Cairo, han recuperado más de 400 esqueletos, además de armas, objetos diversos y algunos carros de guerra. Estiman que puede haber más de cinco mil esqueletos en aquella zona.

El Dr. Hassan confirmó que una rueda hallada en la zona fue utilizada únicamente durante la época de Ramses II y Tutmoses (Moisés); cajas de carruajes, esqueletos humanos y de caballos, ruedas y otros objetos, han permanecido durante largos siglos en los fondos submarinos del Mar Rojo, y que podrían demostrar el milagro de la división del Mar Rojo que la Biblia relata durante el Éxodo del pueblo judío.

El Nilo, el río más largo del mundo, divide en dos a Egipto. En sus riberas y en el delta de su desembocadura se concentran los principales núcleos urbanos y los campos de cultivos. El Valle del Nilo mide casi 900 Km de largo, los que hay entre El Cairo y Asuán. El Cairo es una megalópolis de algo más de veinte millones de personas a orillas del Nilo, que en este punto se abre como un abanico.

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El profesor de hebreo antiguo, Michael Rood, ha publicado en imágenes algo que promete cambiar la comprensión bíblica del Éxodo, en especial el cruce del Mar Rojo. Todo está documentado en una película de dos horas, titulada: “The Red Sea Crossing” (El Cruce del Mar Rojo), que Incluye grabaciones de video bajo el agua de lo que parecen ser las ruedas de los carros egipcios.

Algunos científicos ateos se han burlado de las primeras conclusiones del hallazgo arqueológico. Pero la realidad es tozuda y nadie puede negar la evidencia científica y arqueológica que se ha conservado en piedra de coral de los restos del ejército egipcio en el Mar Rojo. Debemos dar tiempo a arqueólogos y antropólogos a que faciliten sus informes.

Michael Rood viajó con un equipo internacional de científicos y exploradores para documentar los hallazgos. Fueron con cámaras robóticas submarinas para grabar los carros de guerra del ejército del faraón. Así ha comenzado una gran aventura humana y científica que intenta demostrar la veracidad de los relatos bíblicos.

Numerosos exploradores y arqueólogos han visitado ya estos lugares, encontrando otras evidencias históricas sobre el verdadero Monte Sinaí, el Cruce del Mar Rojo por el pueblo de Israel cuando salió de Egipto, el lugar de la crucifixión, las ruinas de Sodoma y Gomorra, el Arca de Noé y el Arca del Pacto.

En Egipto no falta ni arena ni agua. Algunos de sus mayores secretos están bajo tierra y en el fondo del mar. Si en el desierto se encuentran las célebres construcciones de la civilización antigua, en el Mar Rojo hay pecios, jardines de coral, un “Agujero Azul” y tiburones ballena, martillo y longimanus. Un paraíso para los buceadores.

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Por el Nilo se navega, por los mares Mediterráneo y Rojo se bucea. La costa del Mar Rojo, incluidos los golfos de Suez, en el lado occidental y el de Aqaba, en el oriental, alterna acantilados con playas de grava. El Mar Rojo se caracteriza por sus aguas una gran riqueza y nutrientes que alimentan a sus corales. Existen dos zonas de buceo: la Ruta Norte y la Ruta Sur, en ambas se pueden ver pecios, corales y colorida fauna marina.

A 86 kilómetros al norte del estrecho de Tiran, se encuentra Dahab. Un centro de veraneo, muy parecido al resto de los que hay en el Sinaí. Aquí los buceadores más expertos vienen a sumergirse en el “Agujero Azul”, una poza de 80 metros de profundidad en medio de un arrecife.

En el golfo de Suez se bucea en el Parque Nacional de Ras Mohammed, donde hay extraordinarios arrecifes de coral en sus 480 kilómetros cuadrados protegidos de la pesca. Se bucea en Shaab Abu Nus, un grupo de islas sumergidas en medio del mar que han causado numerosos naufragios, y en tres espectaculares pecios de barcos hundidos.

Esperamos con gran interés los datos que puedan ofrecernos los científicos para confirmar este interesante hallazgo arqueológico, de tanto interés bíblico e histórico.