21/11/2024 11:51

Armando Robles

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Lo peor que podemos decir del sistema partidocrático es que ningún diputado de la derecha se atrevería defender verdades empíricas que solo podrían ser refutadas en el actual clima de depravación moral e ideológica en el que sobrevive este sistema.

Restos de una iglesia profanada por socialistas en la España previa a la Guerra Civil.

Las libertades del ser humano no se limitan solo al ámbito político, ya que éstas son solo una dimensión de la libertad humana. En efecto, la vida humana opera a muchos niveles, se desarrolla en muchos planos y dimensiones, de las cuales la esfera política es la menos importante. Por ejemplo, ¿es democrático que la gente vote a quien se le dice en unos medios de comunicación totalmente controlados por el psicopático clan mundialista, que son quienes eligen verdaderamente a los que deben ostentar el poder de acuerdo con sus luciferinos intereses? ¿Se puede llamar a esto democracia? ¿Se puede llamar a esto libertad política? Frente a esta farsa, frente a este trampantojo, está la democracia orgánica, fundamentada en que todo individuo pertenece a una familia, un municipio y un sindicato, que son las tres instancias que verdaderamente representan a los ciudadanos, y no los políticos, que anteponen sus intereses a los de la Patria y el Bien Común.

El líder derechista Calvo Sotelo tras ser asesinado en julio de 1936 por miembros del PSOE, el suceso que desencadenó la guerra civil.

La Ley de Memoria Democrática viene a criminalizar la España de Franco, epítome de todas las maldades humanas. Procede preguntar a los promotores de la citada ley por qué la inmensa mayoría de los que vivieron en la España de Franco jamás tuvieron la sensación oprobiosa de vivir bajo una sanguinaria tiranía, ni mucho menos, ya que disfrutaron de una inmensa panoplia de libertades. De ahí la abrumadora adhesión al Caudillo, y la nula oposición democrática que tuvo durante 40 años.

Sí, la España de Franco fue una dictadura, aunque más bien habría que calificarla de «dictablanda», pues dictadura es una palabra que hay que reservar para regímenes totalitarios como los comunistas, como el que quería implantar la Segunda República, con un Estado policial dirigido por un partido monolítico controlando absolutamente la vida y las creencias de los ciudadanos. Contra este régimen que quería implantar la dictadura del proletariado se levantó Franco, y no contra una democracia legítima.

Armamento de los golpistas socialistas que se alzaron contra la II República en Asturias.

Cuando una ley no es justa y responde a una concepción sectaria y arbitraria de unos determinados hechos históricos, se convierte en imperio su derogación, que es lo que ha prometido hacer Alberto Núñez Feijóo tras el más que previsible cambio de gobierno este domingo. No se puede aceptar como justa una norma que actúa con una doble vara de medir en base a interpretaciones ideológicas. No se puede penalizar una parte de nuestra historia estableciendo un fraudulento maniqueísmo de buenos y malos. Los malos, por supuesto, son los franquistas; los buenos, los que con la mascarada del antifranquismo prohíben cualquier debate en torno a su responsabilidad en los hechos que hicieron inevitable la contienda civil. Y es curioso que se defienda la Ley de Memoria Democrática en nombre de un partido que ha sido sobre todo ejemplo de subversión del orden legal.

De las evidencias acerca de los antecedentes criminales del PSOE preferimos que se ocupe directamente la narración de los siguientes hechos históricos:

Marey, tras ser liberado de su secuestro perpetrado por los GAL, banda terrorista creada por el gobierno socialista de Felipe González.

El 14 de septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, marqués de Estella, encabeza un golpe de Estado. Antes dirige un telegrama conminatorio al capitán general de Madrid. Dice que tiene la fuerza y el pueblo. Alfonso XIII transige. Como algunos borbones a lo largo de la historia, lleva ya muchos años transigiendo en tono menor y quizás pensó que el animoso general jerezano le evitaría tomar por sí mismo decisiones más graves. El PSOE recibe la dictadura ‘fascista’ con entusiasmo claramente mayoritario.

Primo de Rivera instaura al principio un Directorio exclusivamente militar. Más tarde entraron en sus gobiernos personajes tan notorios como José Calvo Sotelo, excelente ministro que fuera de Hacienda; el ex gobernador militar de Cataluña Martínez Anido, como responsable del Ministerio de Gobernación y Joaquín Benjumea y Burín, conde de Guadalhorce, al frente de Fomento. Junto a estos, la presencia nada menos que de un notabilísimo representante del PSOE. Y es que Primo de Rivera, implacable con anarquistas, separatistas y comunistas, buscó y obtuvo la cooperación oficial del Partido Socialista y de su central sindical, la UGT. El jefe de los socialistas españoles, Largo Caballero, fue nada menos que consejero de Estado en la dictadura militar primorriverista. El decreto de organización corporativa de noviembre de 1925 instituyó los comités paritarios dominados por los socialistas que, luego, trataron de sacudirse el sambenito de colaboracionismo explicando el uso propagandístico que habían hecho de esos comités. Como siempre, embusteros compulsivos y tramposos con sus bases.

Felipe González abraza José Barrionuevo antes de que este y Rafael Vera entren en prisión para cumplir la condena del caso Marey, en 1998

Las elecciones de 1933, las segundas que celebraba la agitada II república, se saldaron con el aplastante triunfo electoral de la CEDA de Gil Robles, lo que desconcertó por completo a las izquierdas. Aquel inesperado y rotundo triunfo vino a confirmar el fortísimo entronque popular de las derechas, algo que el PSOE no quiso ni pudo aceptar nunca. “Frente a la traición, nuestro deber es la revolución”, peroraba Largo Caballero en uno de sus incendiarios discursos post electorales. Es decir, si las urnas no nos dan la razón, quitémosle la razón a las urnas y apostemos por la asonada revolucionaria. Ni Ceaucescu lo hubiese expresado mejor.

El Partido Socialista se pone francamente a preparar la revolución. Ojo, la revolución no fue otra cosa que el intento de revertir de facto el curso de los acontecimientos electorales. Si el PSOE hubiese tenido de su lado al ejército, es fácil deducir cuál habría sido su estrategia.

El diario “El Socialista” pasaba por alto los esfuerzos conciliadores de Besteiro para proclamar, contra los lamentos de concordia lanzados por “El Debate”: “¿Concordia? No, ¡guerra de clases! ¡odio a muerte a la burguesía criminal! ¿Concordia? Sí, pero entre los proletarios que quieran salvarse y librar a España del lubridio”. El entonces líder socialista, Largo Caballero, inicia también su largo ciclo de amenazas con la invitación a la lucha callejera.

La responsabilidad golpista del Octubre Rojo fue predominantemente socialista. La Comisión organizadora de la revolución de octubre estuvo compuesta por Largo Caballero, Enrique de Francisco y Anastasio de Gracia. Detrás de Largo Caballero estaban ya los cerebros del socialismo de la época: Araquistain, Álvarez del Vayo y Baraibar. Amparándose en su condición de diputados, los conspiradores contra la legalidad resultante de las urnas republicanas buscaban armas y preparaban planes. Indalecio Prieto, con la colaboración del financiero bilbaino Horacio Echevarrieta, preparaba lo que luego se llamó “el alijo de la turquesa”, fantástico contrabando de armas descubierto en la localidad asturiana de San Esteban de Pravia el 10 de septiembre de 1.934.

Otra prueba de la capacidad socialista para jugar todas las cartas la encontramos en un interesantísimo episodio ocurrido en las convulsionadas Cortes de entonces. Lo protagonizaron los en teoría antagónicos Prieto y José Antonio Primo de Rivera. En plenos preparativos de la revolución, el mismo Prieto defiende a Primo de Rivera de un suplicatorio para procesarlo por tenencia ilícita de armas. Ambos se elogiaron en una rocambolesca sesión plenaria.

Los resultados de aquella revolución golpista son por todos conocidos. Centenares de víctimas mortales, ciudades asturianas destruidas, una fractura social que tardaría décadas en restañar sus heridas y, para muchos, el preludio de la ya inevitable contienda civil. Solo el PSOE fue responsable de aquel agrietamiento súbito que, a partir de entonces, haría irreconciliables las posturas. Si pudiera emplearse en historia política el lenguaje penal, la culpa de aquella revolución-golpista y trasgresora de la voluntad popular fue de las izquierdas representadas por el Partido Socialista, en un puro movimiento de reacción ante la inminente toma del poder por las derechas, a quienes democráticamente correspondía.

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Ni siquiera se esperó a que la tentativa golpista tuviese la complicidad de los errores gubernativos. El nuevo gobierno, con tres ministros de la CEDA, se conoció el 4 de octubre. A la mañana siguiente, cuando los ministros aún no habían tomado posesión aún de sus despachos, comenzó en toda España la huelga general revolucionaria decretada por el PSOE y la UGT.

Entierro del jefe de la oposición derechista en la II República, Calvo Sotelo. De las 16 personas que iban en la camioneta de la muerte 15 eran de las Juventudes Socialistas Unificadas o del PSOE y uno del PCE

El Consejo de Ministros decreta el día 6 el estado de guerra en toda España. En Madrid fracasa la revolución golpista tras esporádicos tiroteos en dependencias públicas. El ministro de la Guerra, Diego Hidalgo, nombró asesor especial al general Franco, quien llamó inmediatamente al teniente coronel Yagüe para mandar una columna de desembarco sobre Asturias, que desde el principio apareció como el foco principal de la rebelión golpista. Franco se convirtió así en el principal valedor y defensor de la legalidad vigente, recibiendo las mismos parabienes y las mismas adhesiones que 48 años más tarde recibió el jefe del Estado español, a la sazón Rey, con ocasión de los hechos, bien conocidos, del 23 de febrero.

Con la rebelión golpista de 1934, el PSOE perdió toda la autoridad para condenar el Alzamiento de 1936, sin duda uno de sus argumentos recurrentes en los últimos años. No así el dato de que fuese un socialista, Prieto, el encargado de arramblar con todas las reservas del Banco de España. Pero eso ya es harina de otro capítulo.

Y es que los socialistas, como los nacionalistas, armados o desarmados, siempre han tenido un mismo objetivo: alterar la convivencia entre los españoles. Siempre se han distinguido por su resentimiento a España, a lo español. A diferencia de los comunistas, nunca lo han admitido, lo que eleva el grado de vileza de muchos de sus dirigentes.

El PSOE ha sido siempre un proyecto sin salida, un oximonon antiespañol, sustentado en las mentiras, la corrupción y las pistolas. Largo Caballero ya nos ofreció un amplio catálogo de propuestas violentas, como las aparecidas en “El Socialista” durante los agitados años de la república.

Cabe reseñar que socialistas fueron también los miembros de la Guardia de Asalto que asesinaron al dirigente derechista José Calvo Sotelo. O que ETA difícilmente habría sobrevivido tantos años sin el soporte y el apoyo político de una parte nada desdeñable de la izquierda nacional.

Otegui y Zapatero (OK Diario)

Así que no nos engañemos más ni nos extrañemos de que hoy, este país no sea otra cosa que el resultado de aquello en lo que el PSOE ha querido convertirnos desde la famosa frase guerrista de que a España no la reconocería ni la madre que la parió.

Los reproches habría que repartirlos a partes iguales entre la izquierda y la derechona acomplejada que es incapaz de defender la España franquista con la misma determinación con la que la izquierda defiende sus orígenes chekistas. ¿Se imaginan a un dirigente de Vox o del PP posando junto a un mural de Franco o defendiendo su fecunda obra? Esa y no otra es la razón de que la izquierda convierta sus guerras culturales en normas criminalizadoras que pueden conducirnos a la cárcel si decimos que el origen de las dos pagas extras fue la España de Franco y no del gobierno de Pedro Sánchez.

PSOE: una historia repleta de crímenes y mentiras

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Armando Robles
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Hakenkreuz

Y por desgracia de votos, nunca bajan de 5 millones de votantes. El PSOE es el partido históricamente más votado de España. Es inaudito. Cuanta gente mala hay en el mundo… Por cada espiga de trigo, cinco brotes de cizaña.

Chema

La presencia, reiterada, de este bulto sospechoso llamado Armando Robles, en ÑTV, no redunda, en mi opinión, en el prestigio de este medio, si lo dudan no tienen más que entrar en el truño de publicación en la red que edita este señor y comprobar cual es su orientación política y a quien denigra a cuatro días de las elecciones, Alerta CNI.

Alberto Mallofré

La publicación de Armando Robles en la red no es ningún truño. Y este señor dice verdades como puños. Si a usted le molesta, no le lea y en paz.

Aliena

Vaya, ahora resulta que el caballero voxero ( huy, un pareado ) quiere censura y acusa de espionaje. ¿Será lo siguiente tachar de loco a quien no babee por «Sólo-queda-VOX» y enviarnos a un gulag de Navacerrada?

Última edición: 1 año hace por Aliena
Aliena

Un artículo para enmarcar, claro y preciso. Una buena relación de hechos. Una tristísima verdad que explica muchas cosas. Otras, no, por ejemplo, ese curioso reparto de papeles entre los actores de este régimen del 78, en el que la «derecha» ha asumido, al parecer con gusto, el más ingrato ( en el doble sentido ): así Aznar condenó en sede parlamentaria el 18 de Julio y concedió la nacionalidad española a los miembros de las Brigadas Internacionales ( toma ya ); VOX reniega de Franco con declaraciones como las de Rocío Monasterio acerca de que la dictadura de Franco era como la de Hitler, Stalin o Castro ( y cómo es que la señora y sus padres aterrizaron en ella ) o de Ortega-Smith sobre la necesidad de resignificar el Arco de la Victoria, por ejemplo. Yo ya no creo en los «Mari complejines».
Pero tengo algo que precisar respecto a esta declaración: «Procede preguntar a los promotores de la citada ley por qué la inmensa mayoría de los que vivieron en la España de Franco jamás tuvieron la sensación oprobiosa de vivir bajo una sanguinaria tiranía, ni mucho menos…» Obviamente, yo no tengo la menor idea de cómo se sentían, miembros de mi familia aparte, pero sí me entero, como el resto de los españoles y parte del extranjero, de las declaraciones que hacen personas o personajes que no parecían, ni mucho menos, pasarlo tan mal: Fernando Fernán-Gómez ( que debía de empalmar una película con otra o rodar varias a la vez alternándolas con la recogida de premios ), Concha Velasco, la de la soltura un tanto ordinaria ( que ídem, televisión y revista aparte ), Emilio Gutiérrez Caba, que nos engaña totalmente pareciendo tan entregado en «El alcalde de Zalamea», «Hamlet», «Aprobado en inocencia», «Un pueblo veraniego» y del que ahora sabemos que padecía; Jaime Blanch, luchando contra la censura ( «Un paraguas bajo la lluvia», «El burgués gentilhombre», «Las mujeres sabias», «En la ardiente oscuridad»… por no hablar de «La gran familia» o «Jeromín» ). Entonces, si ellos relatan – con un pelín de retraso, es cierto, aunque más vale tarde que nunca – sus desdichas, ¿quién les va a contradecir?

Geppetto

El psoe fue recreado desde el poder tras la muerte del Caudillo y desde entonces no ha parado de destrozar España.
En la actualidad el Psoe esta haciendo lo que no pudo hacer en 1977, enlazar con la epoca de la revolucion socialista de 1936 para borrar todo rastro de esa benéfica revolucion patriotica llamada 18 de Julioque dio a España la posibilidad de volver a la senda de la legalidad y la legitimidad que da el ejercicio del poder para todos los españoles.
El Psoe esta borrando su historia criminal sustituyéndola por una inventada que le de esa legitimidad que jamas tuvo

Aliena

Eso pienso yo, Felipe González no actuó como Zapatero o Sánchez porque en su momento no pudo, aunque ya quitó el nombre de Franco de varios lugares e incluso , por lo visto, se subió al «Azor» ( pero no repitió pues se armó jaleo, era pronto ). Lo increíble es que el PSOE, en su «reconstrucción» de una historia suya imaginaria, encuentre tantos colaboradores.

Geppetto

Lo primero que hizo el mequetrefe llamado Felipe Gonzalez fue subirse a un Jeep y revistar la Brigada Acorazada pretendiendo hacer creer que el dominaba el cotarro… despues se subio al Azor como simbolo y si no lo hizo mas fue porque el Azor era una castaña antidiluviana que nada tenia que ver con un Yate y si mucho con un barco auxilar de puerto

BdT

Muy cierto. Y todavía más.

Sin embargo, pierde valor el artículo cuando no se hace otro similar con respecto a los hermanos gemelos: el PP.

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