21/11/2024 11:54

Barallobre

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En la noche del día 18 de enero, en la sala de Cultura del Sporting Club Casino, gentilmente cedida por su junta directiva, organizada por la Asociación Nacional Cultural e Histórica de Víctimas del Frente Popular y la Delegación Provincial de la Fundación Nacional Francisco Franco de La Coruña,  se celebró, ante un numeroso auditorio una conferencia titulada “1934. Los preparativos para la revolución socialista de octubre», que fue impartida por el Vicepresidente de la Asociación Nacional Cultural e Histórica de Víctimas del Frente Popular, y Delegado Provincial de la Fundación Nacional Francisco Franco en la Coruña,  Carlos Fernández Barallobre, colaborador de ÑTV ESPAÑA.

En  el transcurso de la charla, Carlos Fernández, se refirió a que la revolución del mes de octubre de 1934, contra el gobierno legalmente constituido de la II república, salido de las urnas de las elecciones del 19 de noviembre de 1933, en que triunfaron con enorme amplitud las candidaturas de derechas, fue un auténtico golpe de estado, urdido y preparado desde aquel noviembre de 1933 por socialistas y separatistas catalanes.  Relató los pormenores de la compra de una gran cantidad de armas por parte de Horacio Echevarrieta, gran amigo del líder socialista Indalecio Prieto  al Consorcio Nacional de Industrias Militares, con destino a  armar a los mineros asturianos con su posterior traslado a las costas del Principado a bordo del buque “Turquesa”. Un soplo de un vecino echaría por tierra, en parte, aquella clandestina operación. Pero la revolución ya no tenía marcha atrás y estalló el 5 de octubre, destruyendo de forma devastadora la ciudad de Oviedo y otros muchos pueblos asturianos, junto al separatismo traidor, un crimen de lesa patria contra la Unidad de España,  por parte de la generalidad de Cataluña, se convertiría en el primer golpe de estado en toda regla de socialistas, comunistas, separatistas y Azaña contra la II república española; el segundo vendría como consecuencia del robo fraudulento y descarado de las elecciones de febrero de 1936, que auparía al poder al frente popular.

El octubre rojo  recorrería toda España, siendo sofocado de forma decidida y valerosa por el Ejército, Guardia Civil, Cuerpo de Seguridad y Asalto y Cuerpo de Carabineros, bajo la dirección suprema, delegada por el ministro de la guerra del gabinete de Alejandro Lerroux, Diego Hidalgo,  del general Francisco Franco Bahamonde, leal en todo momento al gobierno legal de la II república española, ante el ataque artero y traidor de socialistas, comunistas y separatistas. La revolución de octubre costaría 1400 víctimas, entre ellas 111 miembros de la Guardia Civil; 129 del Ejército; 70 Cuerpo de Seguridad y Asalto, y 11 Carabineros.

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REDACCIÓN
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