19/05/2024 07:39
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Tras el montón de artículos escritos últimamente, me voy a relajar un poco hablando del más excéntrico de los emperadores romanos. Superó a Calígula, Nerón y Cómodo en sus escandalosas conductas y cayó sobre el la damniato memoriae una vez que fue asesinado.  Pero los del partido senatorial cargaron las tintas sobre él y su comportamiento.  Acusándolo incluso de travestismo. Yo voy a intentar poner un poco de orden y razón en su historia con lo que he leído sobre él.
 
Vario Avito Basiano, hijo de Julia Soemia Basiana, sobrino de Julia Mesa y nieto de Julia Mesa y sobrino nieto de Julia Domna, era un ciudadano romano sacerdote del dios El Gabal en Emesa. En el 217 Caracalla fue asesinado y su asesino, Macrino, subió al poder e hizo exiliar a toda la familia de Caracalla. Pero la tía de Heliogábalo, Julia Mesa compró a la tercera legión Gallica y lo nombró emperador.
 
El emperador y el Senado mandaron sus fuerzas pero estas se pasaron al lado de Marco Aurelio Antonino Agusto, que es como se hacía llamar ahora Vario Avito.
Volvieron a enviar a la legión cuarta y en la batalla de Antioquía estas fueron vencidas por las huestes del muchacho de 14 años.
 
En el viaje de Antioquía a Roma los legionarios ya advirtieron lo que se les venía encima. Heliogábalo seguía con sus ceremonias a la piedra que representaba a El Gabal, y sus costumbres eran ya de lo más disolutas. Este concedió una amnistía a los senadores y los senadores lo reconocieron como emperador en Roma.
 
Pero el muchacho quería armarla y bien que la armó. Para ir empezando mando matar a su general, el eunuco Gannys, por insistirle en que refrenara su corrompida vida sexual. Puso a un tal Comazón de jefe de la guardia del pretorio, leal a el, y comenzó a escandalizar a Roma y al mundo conocido.
 
En primer lugar, como Akenaton en Egipto mil años antes, instauró en Roma el culto a El Gabal como principal deidad en Roma, con el nombre romano de Sol Invictus, e hizo participar a los altos cargos senatoriales en las orientales ceremonias. 
Con danzas y trances místicos incluidos.
 
Avito era un hombre apuesto y no un afeminado, como han dicho de el sus enemigos. Pero indudablemente era bisexual. Casó con cinco mujeres, entre ellas una virgen vestal, que en teoría no podía mantener relaciones sexuales bajo pena de lapidación. Pero tuvo amantes varones, la mayoría de baja estofa. Sus ceremonias acababan en invitaciones a la plebe a pantagruélicos banquetes, algunos de los cuales es posible que terminaran en la bacanal y en la orgía.
 
Su tía y su abuela intentaron al principio dirigir sus pasos. Estas fueron además las primeras y las últimas mujeres que fueron admitidas como senadoras. Pero el chico hizo caso omiso a sus consejos y continuó escandalizando a Roma.
 
Viéndolas venir, su abuela hizo que Heliogabalo nombrara como sucesor a su primo Alejandro Severo. Cosa que quiso revocar al comprobar que Alejandro era más popular que el entre los pretorianos.Y en el 222, las legiones, hartos de mamarrachadas, mataron al chico de 22 años y a su madre. Y pusieron a Alejandro de emperador.
 
Cayó sobre el la damniato memoriae del senado y le fueron adjudicadas toda clase de infamias. Desde el travestismo a la participación en orgías sangrientas. También se dijo de él que vestido de mujer se había prostituido en tascas y en tabernas.
 
Y esta es la historia de otro reformador religioso que acabó mal igual que el egipcio. Ambos intentaron instaurar el culto a un dios supremo en sociedades politeístas y que no estaban preparadas para ello. Los tradicionalistas acabaron con ellos y con su memoria, pero en el caso de Heliogábalo, este aceleró su fin con su conducta moral desordenada. Dando pie al descontento y a la animadversión. Aparte de empeñarse en hacer participar a los severos romanos en ridículas ceremonias orientales que rompían con tradiciones de muchos siglos.
 
Pero el culto al Sol Invictus le sobrevivió pues las clases cultas, por influencia griega, ya creían en un solo Dios absoluto, y emperadores posteriores como Decio y Aureliano lo proclamaron como religión oficial del Imperio para frenar a un cristianismo en ascenso.
 
Y esta es la historia del más loco de los emperadores. He intentado separar el grano de la paja. A pesar de cierta decadencia la sociedad sana siempre tuvo recursos para parar a tiempo los excesos de estos emperadores que comenté más arriba, con el tiranicidio. Cuestión que tiene una larga literatura escolástica en nuestra iglesia católica. El desvarío y la crueldad sin freno alguno, han de ser cortados en seco cuando el que tiene el poder se considera por encima de toda norma moral.
 
Y en estos tiempos de aborto y leyes LGTBI y de ateismos. ¿Cual es la norma moral que pone freno a nuestros gobernantes? Dejo ahí la pregunta para quien la quiera responder.
 
En fin, espero que hayan disfrutado con este artículo y con la historia de Heliogabalo y de Akenatón. Dos reformadores religiosos incomprendidos pero dos excéntricos también. Sobre todo el romano,  que no se si le dio tiempo a ser cruel o no. Pero no olvidemos que nuestros gobernantes también pueden ser crueles, aunque sean elegidos democráticamente, y ahí está el informe Royuela para demostrarlo, si este es verdad. Así pues reflexionen sobre todas estas cuestiones que les he planteado sobre la virtud y el poder para sacar algo de provecho de este humilde artículo.