14/05/2024 23:33
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Pasadas las elecciones, las campañas electorales, las promesas y otros protocolos cada día de elecciones, como si fuese el de la marmota puede decirse aquello de “nada nuevo bajo el sol”. No ha cambiado nada, los españoles siguen sin despertar y, a priori, esta afirmación podrá repetirse un día después de la próxima llamada a las urnas, bien sea a finales de diciembre o dentro de cuatro años. El sopor es máximo y da la razón a quienes afirman que el combate se libra, primero con la búsqueda de la verdad y, después, ayudando a los cercanos a despertar.

Lo cierto es que poco importa que haya ganado el PP, que lo haya hecho el PSOE, que se junten con los unos y con los otros, porque el sistema está perfectamente estructurado para que la degradación moral avance sin freno con independencia del gobierno. A la hora de la verdad, lo mismo da uno que otro, porque unos se dedican a destruir la sociedad y otros a prometer que construirán lo destruido. Y eso es algo que, por supuesto, nunca sucede. El ejemplo más evidente lo puso Rajoy.

Democráticamente se condenó a muerte a Cristo, y democráticamente el gobierno de España está compuesto por quienes odian su patria de manera pública. Tampoco hay que estar muy inmerso en la conspiración para saber que, independientemente del color que gobierno, las manos supranacionales hacen y deshacen a su antojo. España está vendida, ha perdido su soberanía y se rige desde Bruselas o Estados Unidos, que disfrutan como auténticos buitres. Con lo cual, eso de democracia, además de su problemática esencial, estaría por verse.

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La esperanza humana en los españoles está absolutamente perdida en este momento. La batalla está con los cercanos, para que con caridad se les cuide, se les ayude, se les aconseje, se les rece y se les vayan abriendo poco a poco los ojos. No hay que pensar en más. A la vista está que no puede haber un movimiento tan grande que tumbe el régimen del 78 a estas alturas y su democracia liberal, tan opuesta a los valores de la España de bien.

Sin fijarse más objetivos que el hacer el bien en cada momento, ya se verá hasta donde se llega. Y en cualquier caso, la desesperanza y la desesperación no son buenos aliados. Porque como dice la famosa frase, que únicamente puede tener sentido si se le da una perspectiva cristiana, “iremos de derrota en derrota hasta la victoria final”.

Autor

Luis Maria Palomar
Luis Maria Palomar
Joven periodista zaragozano nacido en 1996 y profesional desde 2019.

Defensor de lo bueno, lo bello y lo justo; de Dios y de la auténtica España.

Solo la verdad puede hacer libre a la persona, y para ello escribo.

No te preocupes por el mañana, que mañana seguirá reinando Dios.
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