Feijóo y la sospecha de traición a sus votantes. Por Ignacio Fernández Candela

Traidor a sus votantes que no a su propio partido moldeado en estos últimos años con la ineptitud de Casado y continuista en el estiramiento radical de unos cuantos progresistas afectos a Feijóo y a las tesis radicales del socialcomunismo y el independentismo. La apariencia crítica de Feijóo frente a Sánchez es correcta en el escenario de la liza política. El problema surge con la sospecha de acuerdos entre las bambalinas donde Sánchez pergeña sus trampas. Feijóo siempre acaba por satisfacer las conveniencias sanchistas, de ahí la sombra de la traición.

Errado y prepotente, su inercia es la ambigüedad: la retención del votante decepcionado con el pseudo liberalismo que representan los populares y el intento de repesca sobre el banco de los frustrados votantes de izquierda, inconformes con la deriva sanchista y los innúmeros perjuicios provocados por un sátrapa cuyo mayor objetivo es mantenerse en la poltrona monclovita al precio de la ruina y la destrucción de España. A pesar de los severos discursos del gallego en el Senado apalizando la inepcia malintencionada y corrupta de Sánchez,  cabe preguntarse por qué le allana el camino para que renueve legislatura. Crítica y consentimiento: dos lindes separadas por el precipicio de la inconsistencia ideológica, incapaz de una proyección programática que cumpla la expectativa electoral que indefectiblemente debería pasar por alianzas funcionales con VOX, luego se vería,  para garantizar primordialmente la derrota del mal que aqueja a la inmensa mayoría de ciudadanos presa del oportunismo ideológico de la siniestra frentepopulista.

Lejos de conciliar posiciones en pro de un consenso que permita cesar la deriva radical de un desgobierno aberrante y destructivo, Núñez Feijóo se empecina en proponer el gobierno de la lista más votada y espantar a los votantes indecisos, al proclamar que dejará desierta la plaza para que la ocupen los de Sánchez en caso de no conseguir gobernar en solitario.

La necedad de Feijóo es afín a los planes de La Moncloa y planta en desigualdad de condiciones los desempeños electorales del Partido Popular, en incongruente liza contra VOX por la intensificación de unos recelos autodestructivos con origen en la primigenia escisión de los populares que abandonaron a las Víctimas del terrorismo y obligaron a la fundación de VOX.

Los últimos e infames movimientos estratégicos de Feijóo entregando el Tribunal Constitucional son señales de pactos secretos que muchos votantes del PP no aceptarían. En contraste, noble y decente en el cumplimiento de sus premisas frente a la afrenta permanente de Feijóo contra Santiago Abascal, ha sido el gesto de VOX que ha retirado su candidatura en las Municipales de Durango para facilitar la victoria del valiente popular Carlos García y desalojar a Bildu de la alcaldía. Feijóo debería aprender de los errores y dejar de empatizar con los enemigos de España,  expectantes y solícitos para aprovechar el próximo error del inconsistente candidato traicionando a su propio electorado.