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La Junta de Castilla y León va a incrementar una serie de medidas que defiendan la vida del no nacido, frente a la cultura de la muerte. Vox exige una serie de protocolos para cumplir su acuerdo de gobierno con el Partido Popular. De esta manera a partir de ahora cada médico tendrá la obligación de ofrecer a las mujeres que quieren abortar que escuchen el latido del feto que llevan dentro, una vida humana sin ninguna discusión.
El vicepresidente de la Comunidad, el diputado de Vox Juan García-Gallardo ha aclarado se dará cumplimiento a los puntos 12 (política de apoyo a las familias como institución básica de la sociedad y pilar del estado de bienestar) y 13 (apoyo a la natalidad mediante ayudas directas e incentivos fiscales progresivos, y conciliación de la vida laboral, social y personal). Antes de hablar de estas contundentes y necesarias “medidas pro vida” García-Gallardo ha denunciado con pena que a lo largo de 2021 se produjesen más de 2500 abortos voluntarios, un 7% más que en 2020“ y ha considerado ”escalofriante“ que para algunas de esas mujeres no fuese su primer aborto voluntario.
García-Gallardo ha seguido explicitando que las medidas tienen como fin ofrecer otras alternativas a las mujeres que en una situación extrema se ven obligadas a abortar, aunque en el fondo no lo desean. Así ponen en marcha una “atención psicosocial preferente” que tendrán que ofrecer los médicos en la primera consulta, si bien serán ellas quienes decidan si lo aceptan o no. El objetivo es que el embarazo, que según García-Gallardo es “una situación difícil para la mujer”, pueda afrontarse en las mejores condiciones. “Se trata de que todas las mujeres que acudan por primera vez a una consulta en situación de embarazo tengan posibilidades para que puedan tomar, lo más informadas posible, cualquier decisión: la de seguir o la tragedia a nivel social, por la huella que deja a las mujeres, de abortar”, afirmó.
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La única forma de acabar con los abortos voluntarios es volver a tipificarlos como delito en el Código Penal.
Por favor!!: tipificar un delito no acaba nunca con el delito tipificado. Lo castiga, sin más. Cuando estaba tipificado como delito había abortos, aquí, en condiciones espantosas, y el que podía se iba a Londres o donde pudiese. No defiendo el aborto, ni mucho menos, pero ampliar el código penal no soluciona nada. Solo da mas trabajo a policías, jueces y prisiones.
El título en si mismo distorsiona o confunde el mensaje real. No se obliga a la madre, sino que se le ofrece la posibilidad de tomar la decisión, en uno o en otro sentido. Precisamente esta tergiversación es la que aprovecha la izquierda para cambiar el sentido de lo que realmente se dice, interpretándolo de forma artera y totalmente diferente, para trasladarlo así a sus correligionarios.