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Es común decir la expresión ‘joder la marrana’ o alguna de sus variantes (como ‘se jodió la marrana’, ‘joderse la marrana’…) para hacer referencia a algo que se fastidia/estropea. Por poner un ejemplo, estar en un lugar tranquila y plácidamente y de repente llegar alguien de forma escandalosa y molestando: «Con lo tranquilos que estábamos y llega este a jodernos la marrana«.
Pero antes de explicar el origen de la expresión es conveniente conocer el significado de los dos términos que la componen. Por una parte el vocablo ‘joder’, palabra ampliamente conocida que además de ser un vulgarismo para referirse al acto sexual también se utiliza como sinónimo de jorobar, dañar, fastidiar, estropear, descomponer, deshacer o vulnerar.
Por otra parte, la ‘marrana’ a la que alude la expresión, al contrario de lo que algunas personas puedan pensar, no se refiere a la hembra del marrano (cerdo) sino al eje de la rueda de la noria (teniendo en cuenta que esa noria no es la que nos encontramos en una feria o parque de atracciones, sino el artilugio compuesto de dos ruedas engranadas con la que, mediante recipientes, se subía el agua de los pozos).
El chirriar de ese engranaje al girar recordaba en cierta manera al gruñido del animal, de ahí que se utilizase ese término, debido a que antiguamente era muy común asignar a algo el nombre cuya onomatopeya evocaba alguna cosa, por ejemplo, «follar» proviene de «fuelle» debido a que el jadeo del acto sexual recordaba al resoplar de un fuelle utilizado para avivar el fuego.
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, os aclaro que, dado que follar y joder son dos vulgarismos que pueden tener el mismo significado, muchas son las formas utilizadas para referirse al acto sexual y entre ellas podemos encontrarnos la de ‘echar un polvo’, ‘echar un kiki’, ‘coito’, o ‘fornicar’ , siendo una de las más utilizadas en su forma más vulgar el término ‘follar’.
Su origen etimológico lo encontramos (como otras tantas expresiones) en el latín y proviene directamente de ‘follis’ cuyo significado es ‘fuelle’ (pieza que sirve para soplar aire y se utiliza, entre otras cosas, para avivar el fuego) y es precisamente esta palabra la que deriva en follicare, convirtiéndose en el acto de soplar con el fuelle y que da el significado de ‘resollar’ y/o ‘jadear’.
Ese resoplar o jadeo realizado con el fuelle (follis) unido al movimiento que se hace al bombear fue el que con el tiempo terminó derivando en la palabra follar que conocemos y tanto se utiliza para referirse vulgarmente a la práctica del coito.
Pero, volviendo al tema inicial, el origen de «joder la marrana», el dicho que aplicamos a Pedro proviene de la acción de sabotear la noria a través de atrancarla con algún palo o barra de hierro e incluso echando arena. De ese modo se impedía el giro de la misma siendo un perjuicio para el propietario del pozo. Cabe destacar que algunas fuentes también apuntan a la noria de los molinos y a la disputa que había entre los campesinos que iban a moler el trigo por el turno en que les tocaba: el que primero molía antes tenía su harina y podía venderla, así que, en algunas ocasiones, los otros agricultores trataban de sabotearlo jodiendo/estropeando la marrana.
Pedro Sánchez está haciendo daño a la ciudadanía, a las inversiones y a España por acción y por omisión. Parece ser que su capacidad de razonamiento no llega más allá de hacer daño, como no llegó más allá de hacer el copia-pega en su tesis doctoral; copia-pega que la universidad ha negado en dos ocasiones como si pretendiera hacerla desaparecer o escondiera algo comprometedor. Nunca perdonará que tuviera que dimitir por mafioso y mentiroso. Llego con ganas de «joder la marrana» y, de momento, lo está consiguiendo con creces.
Cada vez supera más a su antecesor, Rodríguez Zapatero, que en vez de trabajar se dedicaba a malmeter y medrar; ya decía Voltaire que lo mejor es trabajar con responsabilidad y sentido porque el trabajo aleja de nosotros cuatro grandes males: el aburrimiento, el vicio, la necesidad y la necedad.
Recuerden que Rodríguez Zapatero fue capaz de negociar con ETA, a espaldas de los intereses de España, y esconder ‘a posteriori’ los atentados de los trenes, mientras a Aznar le decía que colaboraría con el Gobierno. Ya vieron cómo dejó el país, por lo que no se precisan más comentarios. Y ya ven lo que está haciendo en Venezuela: no representa a nadie ni ha ido de parte de alguien, pero deja que Maduro le utilice como pelota de tenis: con su sonrisa bobalicona parece que no ha roto un plato, pero destrozó un país, lo dejó en una crisis indecente y regada de corrupción en las comunidades donde gobernaban sus huestes.
Siendo Pedro Sánchez más ambicioso y menos tonto que Zapatero, de los que se rodea para que nadie se interponga, es claro que ha venido y está a/para «jodernos la marrana».
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