La mentira tiene las patas muy cortas Por Francisco Bendala Ayuso

La noticia ha dado la vuelta al mundo… pero sotto voce. En unas declaraciones al diario alemán Die Zeit, la ex canciller Angela Merkel afirma que los acuerdos de Minsk se firmaron con el único objetivo de dar tiempo a Ucrania para fortalecerse, así como también a la OTAN para hacer lo mismo, cerrar filas y poder suministrar a Kiev la ayuda que iba a precisar porque en aquel entonces no le hubiera sido posible como ahora. Recordemos que Angela Merkel era jefe del Gobierno alemán en aquel año de 2014 en que los EEUU propiciaron un golpe de Estado —«Que se joda la Unión Europea» (Victoria Nuland dixit)– disfrazado de “revolución democrática espontánea y popular” con el que derribaron al presidente Victor Yanukovich que había sido elegido democráticamente pero que se mostraba reacio a dejarse manipular por los norteamericanos y otanistas, optando claramente por no tocar las narices a Rusia con el asunto del Dombas y potenciar el entendimiento con Moscú. Como resultado de aquellos incidentes, y propiciados por Alemania, o sea por la propia Merkel, se firmaron entre Kiev y Moscú los denominados «acuerdos de Minsk» por los cuales Ucrania se comprometía a detener el genocidio que llevaba a cabo en el Dombas, a modificar su Constitución recogiendo en ella los derechos de los habitantes de dicha región y su autonomía; nada de lo cual hizo, sino todo lo contrario, y además bajo la ceguera premeditada y alevosa de la UE encargada de la supervisión de dichos acuerdos.

Es decir, que, como también ha reconocido Merkel en sus declaraciones, todo aquello para Occidente no suponía nada, sino que sólo era una treta, una artimaña, por demás rastrera, para ganar tiempo tanto la OTAN como Ucrania de forma que la provocación a Rusia pudiera continuar hasta ponerla entre la espada y la pared. Caso de elegir la pared, Rusia tendría que tragar con una Ucrania en la OTAN, o lo que es lo mismo con los yanquis y sus armas incluso nucleares en sus mismas barbas; es decir, con lo que los EEUU no tragaron cuando lo de Cuba en 1962. Caso de invadir el Dombas para hacerse con él y proteger a su población mayoritariamente rusófila salvándola de la extinción a manos de los ucranianos, hacer parecer a Putin como un tirano ávido de sangre y violador del derecho internacional, justificando la implicación de la OTAN y su ayuda militar a Ucrania de manera que poniendo aquélla las armas para alimentar el fuego y ésta la carne para freirla en él, impedir el renacer de una Rusia que con Putin iba derecha a volver a ocupar el lugar de potencia que le corresponde mal que le pese al imperio norteamericano que ya se sabe que no quiere rival.

¿Quién es entonces el malo de la película? ¿Quién estaba ávido de sangre? ¿Quién es el agresor? ¿Quién el violador real del derecho internacional? ¿Quién el imperialista? ¿Quién el criminal de guerra? ¿Y quiénes con él? Pues los EEUU, junto con los mamporreros otanistas con España incluida, el más tonto de todos, y Zelensky y los ucranianos los asesinos, unos, el títere y sus esbirros, y los tontos, los otros, el pueblo ucraniano que se ha dejado destruir para nada.

¿Y ahora qué tienen que decir los gobiernos europeos, los medios de manipulación y tantos «analistas» civiles y militares, por ejemplo en España donde seguimos viendo a toda una pléyade de “articulistas” bien pagaos y Generales y Coroneles que dan pena parloteando cual papagayos la “historia oficial” en artículos y entrevistas?

Pues ahora nada, ya lo verán. Las declaraciones de Merkel han sido ocultadas en lo posible, que ha sido mucho; tanto como los únicos crímenes de guerra demostrados hasta con vídeos que han sido realizados por los ucranianos. Nadie asumirá la responsabilidad de lo que está ocurriendo. La expansión al Este de la OTAN seguirá justificándose, así como su propia existencia. Los «refugiados» ucranianos, que no se quedaron a luchar por su país muy posiblemente por olerse la tostada, nunca volverán porque para eso les estamos amamantando gratuitamente nosotros. Y Putin seguirá siendo una bestia y un criminal de guerra, un inútil estratega y un sanguinario déspota. Y todo porque estamos sometidos al globalismo imperialista norteamricano al que se pliegan gobiernos, medios y “analistas”, sin falta Generales y Coroneles pelotas y bisagreros que llegaron a serlo a base de lamer culos; con los mismos lametones amparan la destrucción de España y la implantación de una dictadura frentepopulista al más rancio estilo bolchevique.

El problema del crimen perfecto ideado por los EEUU y la OTAN junto con el comediante títere y sus secuaces hace casi una década, es que no es perfecto y hace aguas porque Rusia es Rusia, Rusia es mucha Rusia, Putin es Putin y mucho Putin y Occidente está en plena decadencia y vamos de capa caída y… la salida airosa para Zelensky y quienes le apoyan dentro y desde fuera no existe porque… antes se coge a un mentiroso, y a muchos, que a un cojo.

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REDACCIÓN

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