23/11/2024 10:47
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Entrevista con Julian Angelov, secretario de organización del partido IMRO (VMRO en búlgaro y cuyas siglas corresponden a Fe, Moralidad, Patriotismo y Responsabilidad) y diputado nacional desde 2014. IMRO forma parte de la coalición Patriotas Unidos que obtuvo un 15% de los votos en las últimas elecciones nacionales (tercera fuerza política), y que gobierna Bulgaria con el partido de centro derecha GERB. El presidente de IMRO, Krasimir Karakachanov, es el Ministro de Defensa y vicepresidente de la Asamblea Nacional de Bulgaria. IMRO tiene dos eurodiputados en el Parlamento Europeo, afiliados en el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR).

El pasado 8 de octubre el Parlamento Europeo aprobó una resolución contra Bulgaria por la situación del Estado de derecho. Bulgaria fue acusada de corrupción, falta de independencia judicial y deterioro de la libertad de prensa. ¿Qué hay de cierto en esas acusaciones?  

Algunas de las conclusiones de la resolución del PE (Parlamento Europeo) sobre el Estado de derecho en nuestro país se corresponden con la realidad, otras no y algunas quieren crear una falsa realidad. En su mayor parte esta resolución fue inspirada por dos eurodiputados que, en su deseo de hacerse populares y ganar algo de peso electoral en nuestro país, enviaron a los fascistas rosas y verdes del PE a hacer una campaña sucia contra Bulgaria. Lo extraño es que uno de ellos fue elegido por el BSP (Partido Socialista Búlgaro) aquí en Bulgaria, que al mismo tiempo hace campaña sobre temas como la Convención de Estambul, el Pacto de Migración, etc. Pretenden ser grandes patriotas y hablan en contra de la ideología de género, y su familia política en el Parlamento Europeo, el Partido de los Socialistas Europeos, son los que realmente los han posicionados como políticos al nivel de la Comisión Europea y el PE. ¿Ve la hipocresía de todo este asunto?

Esta resolución habla del Estado de derecho, y al mismo tiempo hay una interferencia directa en el trabajo del tribunal más importante del país, el Tribunal Constitucional. Fue criticado por su decisión de declarar inconstitucional el Convenio de Estambul. También reprocha otra decisión, la ilegalización de OMO-Ilinden (una organización macedonia prohibida por separatista), y habla abiertamente de una minoría macedonia. Esta es una página cerrada para Bulgaria. El preámbulo de la Constitución consagra el principio de una sola nación. Que los burócratas europeos planteen estas cuestiones es una condición previa seria para plantear la pregunta de si existe un derecho de legislación nacional, ya que una pequeña cantidad de diputados liberales de izquierda pueden exigir responsabilidades y criticar al tribunal más importante de un país y a su ley fundamental. 

Y al mismo tiempo esta resolución habla del hecho de que hay grupos étnicos que no pueden hacer campaña en su lengua materna. ¿Qué es esto si no un nuevo intento de dar derechos e inculcar un sentido de diferencia étnica? También se habla de los derechos de las comunidades LGBTI+ y otras similares, que nunca han sido discriminadas, pero que también quieren mostrar su diversidad ante la sociedad de una manera particularmente irritante y arrogante. Durante años han tratado de discriminar a la mayoría. Mientras la coalición Patriotas Unidos, en la que se incluye IMRO, esté en el poder en el parlamento, eso no sucederá.

Otra de las cuestiones mencionadas en esa resolución fue la negativa de Bulgaria a firmar el Convenio de Estambul. ¿Qué opinión le merece estos intentos de imposición de la ideología de género? 

Desde hace varios años, hemos sido testigos de intentos sistemáticos y cada vez más agresivos de sustituir la esencia de la Unión Europea como lugar para la libre circulación de personas, bienes y capitales, sujeta a tratados y basada en los valores de la democracia, la ilustración y la civilización cristiana. Hay un intento a gran escala de revisar todo esto, una experiencia impulsada por la ideología izquierdista que busca acabar con las tradiciones y las reglas del sentido común.

Nosotros, IMRO, detuvimos el escandaloso documento en el que se introducía la ideología de género bajo la noble protección de la violencia contra las mujeres y los niños. Este es otro ejemplo de la estricta política de discriminación positiva de la Comisión Europea a favor de la comunidad LGBTQI, así como de la publicidad y promoción de la homosexualidad. Nos oponemos a la imposición forzosa del matrimonio entre personas del mismo sexo, una tendencia que se ha perseguido metódica y consistentemente a través de los diversos mecanismos de la Unión Europea. Para nosotros, se trata de una política dirigida contra los fundamentos nacionales y cristianos tradicionales de la familia y la sociedad búlgaras. Esta es una política que nos empuja definitivamente hacia la autodestrucción de todos los logros de la civilización europea. En un momento en el que Europa se enfrenta al desafío sin precedentes de sobrevivir económica, política y tal vez demográficamente, esto solo muestra una hipocresía bien disimulada. Estas tendencias peligrosas ponen en duda la legitimidad del Tratado de la Unión Europea.

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El 24 de noviembre Bulgaria volvía a ser criticada desde el Parlamento Europeo aludiendo de nuevo al Estado de derecho. ¿Cree que podría iniciarse una campaña contra Bulgaria en la UE como la que se está llevando a cabo contra Polonia y Hungría?

El significado real de la Unión Europea es muy diferente de lo que vemos hoy en día. Estamos siendo testigos de la imposición imperativa y arrogante de políticas que son ajenas a los estados miembros. Muy a menudo esto se hace imponiendo prácticas y reglas que son ajenas a los valores tradicionales y que se oponen a los sistemas legales. El Estado de derecho es un tema importante para cualquier sociedad democrática. Pero es precisamente esta norma la que no debe ser socavada por la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y la Unión en su conjunto. Europa ha estado durante mucho tiempo a varias velocidades. Y los países del llamado campo socialista siempre serán vistos como de tercera clase. Por eso estamos a favor de una Europa de las naciones, no de una Europa de los países fundadores y de todos los demás después de ellos.

Otro punto de fricción con la Unión Europea es el veto búlgaro a la entrada en la Unión de Macedonia del Norte. ¿Cuál es la postura búlgara en este asunto?

No hay manera de que podamos apoyar a Macedonia para iniciar las conversaciones para la adhesión a la UE, ya que no cumple con el Tratado de Amistad y Buena Vecindad de 2017. El discurso de odio contra Bulgaria en Macedonia del Norte tampoco se detiene. Bulgaria está a favor de la integración europea de los Balcanes Occidentales, pero no permitirá la falsificación de la historia, ni permitirá que se pisoteen sus intereses nacionales. No hemos renunciado a ayudar a nuestros compatriotas macedonios a formar parte de la UE. ¡Pero esto no puede hacerse a expensas del interés nacional búlgaro!

En IMRO somos inflexibles en que los políticos del otro lado de la frontera deben detener la propaganda macedonia y reconocer la verdad histórica. Y solo una se basa en hechos y documentos. Tenemos una historia común hasta 1945. Y las figuras históricas que dieron sus vidas por la liberación de las tierras macedonias no son macedonios naturales, sino búlgaros, nacidos y encontrados por sus hermanos en este territorio. Macedonia es un nombre geográfico. Está situada dentro de las fronteras históricas de la Madre Bulgaria. Sí, hoy en día y según el derecho internacional es un estado independiente, pero esto no da a sus políticos el derecho a demonizar a los búlgaros y a Bulgaria, y a negar nuestra historia común.

No permitiremos que la historia búlgara sea robada bajo la presión de la propaganda serbia. Tampoco aceptaremos que el idioma macedonio existe y que es completamente independiente y auténtico. Según las investigaciones de historiadores y lingüistas de la Academia Búlgara de Ciencias es una forma dialectal del búlgaro. Lo declaramos clara y categóricamente en una declaración en la Asamblea Nacional de la República de Bulgaria. Nunca adoptaremos una decisión que contradiga la Declaración Marco de la Asamblea Nacional de 2019.

Permíteme también subrayar que Bulgaria fue el primer país del mundo en reconocer la independencia de la República de Macedonia el 15 de enero de 1992. Bulgaria proporcionó corredores humanitarios y de transporte durante el embargo económico impuesto por Grecia en el período 1994-1995, que pretendía cambiar la bandera, la constitución y el nombre de la joven república. En 1999, Bulgaria donó 94 tanques T-55 y otras armas al ejército de Macedonia, que en ese momento solo tenía varios tanques T34 inutilizables de la Segunda Guerra Mundial. Durante la crisis de los refugiados causada por la guerra de Kosovo, el gobierno búlgaro propuso a las autoridades de Skopje que construyeran un hospital militar de campaña búlgaro para tratar a los enfermos y que construyeran un campamento de refugiados en Radusha, a 14 km de Skopje, donde se alojaron 3.000 refugiados, apoyados, alimentados y tratados por Bulgaria. Además, la Cruz Roja búlgara envió 211 millones de lev búlgaros en forma de mantas, ropa y otros materiales. Y durante el estallido del conflicto militar en las partes septentrionales del país, en 2001, Bulgaria defendió la integridad territorial del Macedonia del Norte.

Por eso tenemos derecho a pedir garantías. Y para nosotros, la única garantía es la asunción de compromisos específicos jurídicamente vinculantes por parte de Skopje en forma de un anexo al tratado basado en la Declaración Marco de 2019. De lo contrario, Bulgaria no puede aceptar el inicio de negociaciones para la adhesión del RNM a la familia común de la UE, porque ello es contrario a nuestros intereses nacionales. Estamos convencidos de que no hay ninguna fuerza externa capaz de ejercer presión para obligar a ningún gobierno búlgaro a sacrificar nuestros intereses nacionales centenarios en Macedonia.

Entre julio y septiembre se han producido manifestaciones casi diarias en Sofía pidiendo la dimisión del primer ministro Boiko Borisov. Las manifestaciones, apoyadas por el presidente de Bulgaria Rumen Radev y la oposición socialista, han ido perdiendo fuerza e incluso ha habido contramanifestaciones. ¿Qué hay detrás de estas protestas? ¿Cuál es la situación política en este momento?

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Actualmente, ya no hay más protestas, excepto por pequeños grupos de personas que se reúnen sin mascarillas, para recorrer las calles y cometer actos de vandalismo. Sin embargo, quiero decir muy claramente que no estamos en contra del derecho de la gente a expresar sus opiniones a través de marchas y protestas pacíficas. Incluso al principio, cuando mucha gente se reunía realmente, les dijimos que estábamos de acuerdo con algunas de sus demandas. Entonces había gente en la calle que solo quería decir que no estaba de acuerdo con ciertas cosas y políticas, pero con el tiempo las cosas cambiaron mucho. A medida que las protestas avanzaban, fueron organizadas por personas que solo tenían un deseo: la caída de este gobierno y llegar al poder sin importar las víctimas indirectas, las económicas, etc. Ocurrieron cosas que disgustaron a la gente normal que acudía a la plaza, y así la protesta justa quedó completamente vaciada. Después de una serie de provocaciones y enfrentamientos organizados con la policía, los manifestantes pacíficos simplemente se retiraron. 

En cuanto al presidente Radev, tenemos una posición muy clara y precisa. Bulgaria y el pueblo deben ser lo principal para todos los políticos. Las batallas políticas en esta crisis mundial son completamente innecesarias y no hacen nada para enfrentar esta situación compleja. Por eso las guerras interinstitucionales deben terminar.

IMRO, en Patriotas Unidos, forma parte del gobierno de coalición con el centro derecha. ¿Qué ha aportado el patriotismo al gobierno de Bulgaria?

Gracias a la participación de los patriotas en el poder se han logrado muchas cosas. Uno de los grandes logros es el aumento de la pensión mínima. Gracias a nosotros, la presión migratoria también se detuvo. Hemos hecho un paquete de medidas relacionadas con el parasitismo social de ciertos grupos marginales. Impedimos la firma del Convenio de Estambul, el Pacto de Migración, detuvimos una serie de textos provocativos y escandalosos de las comunidades LGBTI +, la promoción de la ideología de género en las guarderías y las escuelas, etc. La política hacia los Balcanes Occidentales es de nuevo gracias a nuestra participación en el gobierno. Estamos constantemente luchando y aplicando diversas políticas para apoyar a la diáspora búlgara fuera de Bulgaria.

No obstante, quiero destacar algo muy importante de lo que ya hemos hablado. La política del gobierno con respecto a la adhesión de Macedonia del Norte a la UE. Su postura firme es también el resultado de la política y el trabajo a largo plazo de IMRO en relación con nuestros hermanos en el extranjero. Quiero enfatizar de nuevo que queremos que Macedonia forme parte de la UE, pero no mientras los políticos de allí sigan una política anti-búlgara.

En 2017 Bulgaria tenía un grave problema demográfico, perdiendo una media de 50.000 habitantes al año. ¿Ha logrado el gobierno búlgaro cambiar esta tendencia en los últimos años? 

Seguimos trabajando en medidas para superar la crisis demográfica. Por primera vez, el estado está haciendo un paquete de medidas dirigidas a cada familia, a cada niño. A partir del próximo año, el 50% de los fondos que se asignarán a los municipios para financiar las guarderías se destinará a eximir de tasas a los niños de familias necesitadas, y el resto del dinero se destinará a reducir las tasas restantes. Este es el primer paso hacia los jardines de infancia gratuitos solicitados para todos los niños. La política demográfica es una de las principales prioridades del programa de IMRO y durante los 4 años que llevamos en el poder hemos tomado muchas medidas para promover una tasa de natalidad razonable.

Las medidas económicas ya son un hecho en los municipios donde IMRO tiene una fuerte representación en los consejos municipales (son una especie de parlamentos locales), para apoyar a las familias jóvenes con niños. Y ahora, gracias a una iniciativa legislativa de nuestros diputados, todos los niños recibirán beneficios como desgravación fiscal para los padres en el Presupuesto para 2021.

El Parlamento también aprobó otra de nuestras propuestas y los niños sin plaza en los jardines de infancia tendrán el apoyo financiero del Estado. Gracias a los patriotas, ya no hay solo asistencia social en la Asamblea Nacional, sino apoyo a un grupo diferente de personas que nunca han recibido apoyo del Estado. También garantizamos a través de los fondos del presupuesto estatal la construcción de guarderías y jardines de infancia. Este es un paquete serio para estimular la tasa de natalidad. La actual Asamblea Nacional, de la que formamos parte, puede estar orgullosa de ello.

Autor

Álvaro Peñas