08/05/2024 13:50
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La muerte de Marat ha sido objeto de muchas opiniones y sobre todo de la obra pictórica de Jacques Louis David de 1793, un cuadro artístico magnífico.

A Marat se le ha presentado como ‘El santo mártir de la Revolución Francesa’, pero desde luego no se explica casi nunca su realidad y el entorno de su muerte a manos de Charlotte Corday.

Vamos a exponer los temas esenciales sobre este asunto:

1- Jean Paul Marat en sí mismo: Durante tiempo Marat fue una persona honesta y hasta cierto punto admirable, aunque luego se convirtiera en un asesino de masas.

Nacido en Suiza, de padre de Cerdeña, estudió medicina y física, y logró cierto renombre en estos temas. Pero era de familia pobre, comprendió la miseria de la gente y como la nobleza y la monarquía ignoraban los sufrimientos del pueblo.

Ya antes de la revolución publicó en Inglaterra “Las cadenas de la esclavitud” en 1774. En 1889 al estallar la revolución dirige un periódico en París, “El amigo del pueblo”.

Su idea era correcta, no servía de nada acabar con la monarquía si el poder iba a quedar en manos de financieros y usureros.

El problema es que tomó el camino de reclamar la muerte de miles, ciento de miles de personas opuestas a la idea radical revolucionaria. No fueron solo unos pocos miles de nobles sino cientos de miles de campesinos y gentes del pueblo, masacres brutales en toda Francia. Fue un adelanto de las matanzas de Stalin o Lenin.

2- Chalotte Corday se la suele presentar como una fanática reaccionaria, cosa totalmente falsa. Era una mujer ‘revolucionaria’ de 24 años, con un novio, todo de familias de clase media. Por apoyar el cambio revolucionario contra la monarquía absolutista fue apartada de la familia. Pero entonces llegó la brutalidad de la ‘Montagne’, de los radicales. Su novio y su hermano fueron guillotinados, su padre y su tío, solo por ser sacerdote, tuvieron que exilarse.

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Ella vivía en Caen, donde llegaron muchos revolucionarios moderados perseguidos por Robespierre, Marat, y demás.

Charlotte fue a París asqueada de las matanzas, con la intención de matar a Marat si seguía predicando las matanzas.

 

3- Marat estaba enfermo, no podía acudir a la Convención, tenía graves erupciones en la piel, que le daban gran picor, solo aliviado al bañarse con agua. Sufría de fiebres y por eso llevaba la cabeza con paños mojados. Pero mantenía sus órdenes de matanzas.

Charlotte pidió ser recibida, le costó un poco serlo, pero, al venir de Caén, Marat pensó que traía noticias de los moderados allí refugiados.

Charlotte le preguntó que pensaba sobre esos refugiados, que también eran revolucionarios, aunque moderados, al contestar Marat “Los haré guillotinar a todos en París” fue cuando decidió matar a Marat con un puñal.

 

4- La actitud de Charlotte tras ello fue heroica, detenida inmediatamente (no trató de huir), se comportó valientemente ante el tribunal 4 días después, no quiso vendarse los ojos y ella misma puso su cabeza en la guillotina.

 

5- El cuadro de David.

David era un radical, había sido diputado y votado las matanzas y guillotinas. Lo habían nombrado organizador de las fiestas republicanas con Robespierre. Se ocupó de los funerales de Marat en una iglesia requisada y des consagrada.

Este cuadro fue encargado por la Convención como tema de propaganda, que se colgó en la sala de sesiones y promulgó una ley prohibiendo que se descolgara. David, cuando Robespierre fue detenido un año más tarde, prometió morir con él, pero… se recluyó en su casa, no volvió a predicar revoluciones, y acabó glorificando a Napoleón y ¡pintando un enorme cuadro con su coronación como Emperador! que está en el Louvre. Al final se llevó el cuadro de Marat (que había sido descolgado) a Bélgica, su hija fue una gran monárquica y el cuadro acabó en el Museo del Rey belga.

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Museo Real de Bellas Artes de Bélgica

Curioso está en un Museo monárquico en un país con Rey.