17/05/2024 03:20
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Yo no puedo decir lo que pienso de María del Monte, porque si lo dijera, me podría buscar una ruina. Esa es la democracia que tenemos en España, una democracia peculiar cuyas normas ha fijado la izquierda, y que la derecha ha aceptado sin rechistar. Según dichas normas, “libertad de pensamiento” es pensar lo que ellos quieren que pienses; y “libertad de expresión” significa que tienes que decir lo que ellos quieren que digas. Y cuando aquí digo “ellos”, me refiero a los que mandan, es decir, a quienes manejan los resortes del poder.

Cuando alguien se aparta del discurso oficial establecido, caen sobre él los consabidos calificativos que son tan del gusto de la izquierda, pues entonces al que discrepa le dicen facha, carca, retrógrado y todas esas etiquetas que ustedes conocen bien.

He hecho la anterior introducción, porque María del Monte sí puede ser lo que es, es decir, eso que están pensando ustedes ahora mismo (y bien que nos lo ha restregado a todos con el bailecito de marras), pero los demás no pueden ser como son. Para ilustrar lo dicho anteriormente, voy a contar una anécdota real, que sucedió hace unos años y que yo tengo grabada en vídeo. Resulta que aquí, en Andalucía, en Canal Sur, por las tardes, emiten un programa de televisión que se llama “La tarde aquí y ahora”, que consiste, básicamente, en que un señor cuyo nombre no hace al caso, se está haciendo de oro a costa de la desgracia ajena, pues al programa acuden personas que viven solas con la sana intención de buscar pareja, y acabar así con el drama que les aflige.

Pues bien, hubo un tiempo en el que, cuando el presentador del programa se iba de vacaciones, le sustituía María del Monte, coincidiendo con el mes de agosto. Un día apareció por el programa un hombre viudo con la intención de buscar compañera, y cuando María del Monte le preguntó al señor por las características de la mujer que buscaba, el pobre hombre, sin duda con ánimo de hacerse el gracioso y deslumbrado por las cámaras, dijo: “que no sea ni coja ni jorobá”. Entonces María del Monte soltó una carcajada estentórea, hortera, zafia, cutre, barriobajera, desagradable… y otros calificativos más, algunos de los cuales se le pueden aplicar a ella misma, desde luego. Y así terminó aquél programa, que fue patético.

En la dirección de Canal Sur se dieron cuenta del despropósito y, al día siguiente, María del Monte se vio obligada a pedir perdón, por si había herido la sensibilidad de alguna persona, que podía haberse sentido ofendida por padecer alguna deficiencia física. Pero ya era tarde, pues el daño estaba hecho. Según María del Monte, ella sí podía ser lo que es, es decir, eso que están pensando ustedes ahora mismo, pero las mujeres cojas o jorobás, no tenían ningún derecho a rehacer su vida, las pobres.

Como es obvio, aquella tarde de infausto recuerdo, para interesarse por el señor que estaba en el plató de televisión, no llamó ninguna mujer que padeciera defecto físico alguno. Y podría seguir contando más anécdotas de este tipo, pues María del Monte, durante mucho tiempo, fue una paniaguada de Canal Sur, donde tuvo muchos programas, todos ellos de un nivel cutre y hortera. Así fue Canal Sur durante mucho tiempo, y aún lo sigue siendo, en cierta medida.

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Y ya termino. Si se dan ustedes cuenta, yo no me he reído de María del Monte en ningún momento. Pero ella sí se ha reído de mí muchas veces, pues, como andaluz que soy, durante muchos años, con mis impuestos, he pagado el sostenimiento económico de Canal Sur, donde había programas zafios hechos a la medida de María del Monte, que es eso, sí, lo que están pensando ustedes ahora mismo. Pero los demás no pueden ser como son, aunque se trate de tener un defecto físico.

Autor

Blas Ruiz Carmona
Blas Ruiz Carmona
Blas Ruiz Carmona es de Jaén. Maestro de Educación Primaria y licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación. Tras haber ejercido la docencia durante casi cuarenta años, en diferentes niveles educativos, actualmente está jubilado. Es aficionado a la investigación histórica. Ha ejercido también el periodismo (sobre todo, el de opinión) en diversos medios.
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