20/05/2024 22:57
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Uno de los elementos corruptores promovidos por la Agenda Globalista del llamado Nuevo Orden Mundial (así como por sus agentes sociales, políticos e institucionales) de las identidades nacionales de los pueblos europeos o Cristiandad es la Ideología de Género- LGTBI, es decir, lo que hasta hace escasas décadas era la desviación patológica (así aparecía en los Manuales de Psiquiatría) o corrupción moral conocida como Sodomía. 
 
En la trilogía que iniciamos hoy en El Correo de España, víspera de las apariciones en Lourdes de la Inmaculada Concepción (Patrona de Hispania y de nuestra Infantería o Ejércitos) vamos a tratar lo que implica esta corrupción identitaria, esta perversión nacional o social y este pecado personal que cada uno de nosotros (hijos de Santiago, Soldados de Jesucristo y Milicia Inmaculada) tenemos que soportar a nuestro alrededor como algo habitual en incluso recomendable. 
 
Veamos hoy lo que siempre ha enseñado la Tradición Apostólica Hispánica y el Magisterio de la Iglesia:
– » La sodomía no debe ser considerada como un vicio o perversión ordinaria pues ultrapasa en gravedad todos los demás pecados. Mata el cuerpo y lanza el alma al abismo, ensucia la carne y apaga la luz de la razón, expulsa al Espíritu Santo del Templo del alma y azuza todos los demás pecados de la lujuria ». 
 
Observemos detenidamente cómo San Pedro Damián destaca la gravedad particular de este pecado contranatura al ponerlo muy por encima de la fornicación con una persona del sexo contrario o complementario, que siendo grave, no es contra el Templo del Espíritu y no instiga otras perversiones sexuales como la pedofilia, zoofilia, etc.
 
San Bernardino de Siena dice:
» Ningún pecado tiene mayor poder sobre el alma que la maldita sodomía, que fue siempre odiada por los que viven según Dios… 
 
El que vivió los vicios de la sodomía sufrirá más dolores que cualquier otro, porque este es el peor pecado que existe junto a la Usura y la Idolatría ».
 
Claras son sus palabras y de ellas se destaca cómo el pecado de fornicación o adulterio es condenado, pero comprendido dada la naturaleza caída de la carne; la sodomía es maldita y odiada.
Por último, como conclusión de esta primera parte, el Papa San Gregorio Magno, en su libro » Moral según Job » nos dice:
» Por estar dominados por deseos perversos de una carne fétida, los sodomitas merecerán morir por el fuego, para que por este justo y santo castigo les sea enseñada la gravedad de su injusto deseo y perversión ».
Estos tres puntos, no sólo del Magisterio Eclesial sino de nuestra Tradición Hispánica y Cultura Europea, nos muestran con claridad la gravedad de esta perversión y lo que hay implicado tras ella.
En el futuro trataremos otros aspectos implicados en este punto de la Agenda 2030 del llamado Nuevo Orden Mundial o Nueva Normalidad.

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Daniel Ponce Alegre
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