21/11/2024 16:07
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Como cualquier otro niño de mi generación (1947) recuerdo vagamente las postrimerías de aquel periodo gris de nuestra patria, que conocemos como postguerra. Así me son familiares los coches de gasógeno, el tabaco de picadura envasado en tonos verdes con el escudo nacional, las lecheras con sus burros, el carro del hielo, la leche condensada La Mariposa, el papel higiénico marca El Elefante y ¡cómo no! las inefables cartillas de racionamiento en desuso, pero lo que más me impresionó, hasta el extremo de designarlo como elemento distintivo de la pasada época, fueron los niños del agro con parásitos intestinales, las conocidas lombrices. Su existencia era la causa de un espectáculo cotidiano: las mamás observando con ojo científico las deposiciones infantiles. También recuerdo la Tenia o Solitaria, pero eso son palabras mayores entre los especímenes afanados en mermar alimento a nuestros flacuchos y pálidos infantes. Y Uds. se preguntarán ¿a qué viene todo esto? Y yo les contestaré como gallego, si definimos las características de los llamados vermes, convendremos que eran unos parásitos intestinales dedicados a aprovecharse de la alimentación del parasitado, que vivían aislados en las simas profundas del aparato digestivo, con lo cual no tenían contacto con el mundo exterior, formando colonias que no contribuían en beneficio alguno para el bienestar social, al contrario de la humilde lombriz de tierra, que aireaba los terrenos cultivados facilitando la labor de siembra del agricultor. Esos seres repulsivos dejaban de tener su razón de ser una vez que el niño, entre los gritos de alegría de sus mayores y la curiosidad de sus hermanos, los expulsaba y nuestro héroe miraba a los suyos como lo haría un gladiador triunfante en las arenas del circo romano. La conclusión es que separados de su HABITAT, ya incapaces de causar mal, estaban abocados a su extinción. Cuando observé a nuestros mamarrachos universitarios tratando de imponer su radicalismo en esa casa de putas que conocemos como: La Complutense. En este caso, el punto de ignición fue nuestra querida Isabel Ayuso, y ante esto, yo encuentro cierta similitud entre las lombrices y estos borregos incapaces de ampliar su ángulo de visión ciñéndose a su entorno limitado por las estúpidas prerrogativas que genera la, mal llamada, LIBERTAD DE CÁTEDRA, que sirve para que estos zoquetes no solo no capten la barbarie de su fanatismo sino que actúen como matones de “TODO A CIEN”, ante unas fuerzas del orden vetadas por el rojerío o la cobardía de los rectores. Y siguiendo esta línea, un tanto escatológica, que he iniciado, me asalta la percepción de que nuestra querida España es una anciana inerte y agotada por su pasado turbulento, aquejada de grave obstrucción intestinal por haber desoído las normas más elementales de la higiene alimenticia y no recurrir a métodos radicales y efectivos para conseguir la correcta evacuación de su aparato intestinal, y es que ya llevamos demasiado tiempo deglutiendo gentuza procedente de Hispanoamérica, en particular Argentina, y demás delincuencia fanática del terrorismo salacista, ante la indiferencia cómplice de toda la progresía: Profesores, ONG’s, medios de comunicación y los infectos políticos populistas manejados por Moscú. De ahí los tristes acontecimientos vividos en estos días, donde es indiscutible el negar la concatenación de hechos, pese a lo que diga esa vedette decadente responsable de nuestra seguridad, y así poco a poco, vamos cumpliendo a destiempo nuestras obligaciones ciudadanas, como los malos estudiantes, pródigos en mentiras, que reparten disculpas a diestro y siniestro para así justificar su nociva pereza ¡Qué felices estaríamos en nuestro terruño si estuviésemos conducidos por un sistema enérgico personalizado!, como mal menor, en el estamento militar que resiste inagotable las ofensas y desprecios por parte de la chusma agresiva que los maniata esgrimiendo el “qué dirán”, amenaza que sufren nuestras instituciones, vendiendo al mundo una imagen de debilidad que invita a la injerencia por parte de la Rusia bolchevique y sus teloneros afines hasta habernos convertido en un patio de monipodio, donde se forma todo tipo de delincuencia en su vocación de acabar con el orden ciudadano. Resumiendo, que una vez descubierto el trampantojo, la mentirosa Margarita no ha tenido más remedio que disponer los LEOPARDOS o decir que hubo un error en el ministerio al remitir a Ucrania un contenedor de LEOTARDOS, para no ser menos en el conjunto de potencias respetables aunadas en su afán de respaldar a los héroes ucranianos, y a los no menos héroes polacos, en su sagrada misión de parar las ansias expansionistas de los malditos marxistas encabezados por esa momia satánica que los gobierna, y aplaudidos por ese anticristo que, como era previsible, sobrevivió al dulce y humilde emérito que no pudo resistir el aire viciado que se respiraba en ese nido de víboras que conocemos como Estado Vaticano.

Me duele tener que reconocer las maniobras sibilinas de los alemanes para mejor servir a su amo ideológico y la actitud rastrera de EE.UU. envalentonando al sátrapa indeseable que circula por París disfrazado de hortera maricón, cuando no tiene que embutirse en sus ropajes de jefe religioso de sus famélicos ignorantes.

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Y me despido con una pregunta para la falsa Margarita ¿Qué hacían los leopardos amontonados en Zaragoza cuando deberían estar cubriendo la frontera marroquí antes de que se le remitiese al tirano la cabeza del traidor poniendo fin al chantaje?

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REDACCIÓN
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La posguerra no fue un periodo gris.

Jose Garcia

No acabo de entender como se le quiere tanto a Ayuso.Mantiene duramente castigado a un profesor biologo por decir que hay dos sexos.Mantiene la maniulacion y el adoctrinamiento en los colegios.mantiene las leyes LGTBI.Mantiene como Nuñez Rajoyn la ley transexual cirujana, esta señora da miedo y esta claramente teledirigida.Su manager manda y ordena lo que tiene que hacer y decir.No digan «que bien que bien hoy comemos con Isabel» digan que «bien bien hoy comemos con ¿? Rodriguez».
Non mi piace niente la tal Isabel.Y asi la vi cuando acudia al toro y la dejaban largar.No me gustaba nada.
Ahora va Terol un jeta de aqui te espero, con vocacion de nacimiento: ser Alcalde.El es provida pero su partido no.Y entonces el en vez de abandonar la secta permanece no pareciendole asunto lo bastante relevante, la vida o la muerte mismo, el ser o no ser.
No entiendo como a la gente que rodea este digital le gusta esta clase de gente.

Jose Garcia

Completamente de acuerdo, la posguerra no fue un periodo gris.Lo gris lo estamos viviendo ahora que noe hemos vuelto locos.

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