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Editor
César Vea es un actor español que fue entrevistado ayer por Josué Cárdenas en su programa La Burbuja de Periodista Digital. Su brutal testimonio sobre la estafa que practicó Zapatero a través del PSOE es un reflejo fidedigno de la pandilla de apandadores y criminales que desgobierna España con antecedentes delictivos en toda su historia, desde la fundación por Pablo Iglesias. Con el expolio de Rumasa hasta el asalto a Forum y Afinsa o la estafa de la cooperativa de viviendas de UGT, más miles de causas abiertas por corrupción, la peste del PSOE se percibe hasta nuestros días con los tufos de traición e intenciones criminales permanentes que deja ahora Pedro Sánchez como rastro socialista; el incipiente rastro de pestilencia que obligó a media España a defenderse de la aniquilación hace ya 87 años. No en vano reivindican las canalladas frentepopulistas, incluso contra la República, siendo herederos de aquella caterva infernal.
El infame Zapatero pidió un gesto de patriotismo en el 2007 consistente en que se invirtiese en energías renovables. Así lo hicieron 65.000 familias allegadas al PSOE que se implicaron solícitamente en la petición del entonces presidente de Gobierno. Una imprudencia tratándose de Zapatero quien ya había dado muestras suficientes de ser un miserable de la peor calaña, pero que seguía siendo un gurú para sus incondicionales seguidores de la ceja. Dudo que nadie invirtiera un importante montante de dinero sin confiar en el demonio de las cejas enarcadas, pero es sintomático que el votante socialista sea incondicional pase lo que pase en la política nacional hasta que abre los ojos como víctima de un engaño socialista. Así sucedió con César Vea y su familia quienes se metieron en un cenagal de estafa impensable, porque al poco tiempo de la inversión el gobierno cambió las leyes con efecto retroactivo, abandonando a 65.000 inversores sin esperanza de recuperar lo perdido. Desde entonces el calvario del actor ha sido continuado perdiendo a una hermana por un cáncer y viviendo la ruina que supone haber confiado en Zapatero y Miguel Sebastián, los orquestadores del engaño que pidieron el dinero para después cambiar las leyes y exonerarse de responder por la inversión. Una de las acostumbradas estafas del PSOE que usa el poder para perpetrar crímenes de Estado que luego la Justicia se encarga de silenciar y archivar en caso de que exista algún litigante que busque defenderse de un atropello institucional.
Es inimaginable la tortura por indefensión de cada día cuando el actor español ha acudido a cuantos pensaba que podían ayudarle dada la flagrante estafa que han impuesto por ley y que en ningún momento el PSOE ha querido solventar con la muestra más carroñera de indiferencia, maldad y desprecio en caso de que las reiteradas protestas les molestaran sus ruines rutinas. Un conjunto de hijos de Satanás que nombra en la entrevista donde destaca como común actitud una demoníaca insensibilidad afín a todos los socialistas que llevan esa especie de carga genética, causa ingente de perjuicios a personas inocentes. Seres despreciables que un día se revolverán en la tumba cuando descubran que no hay obras sin consecuencias.
Es inevitable recordar la lucha de José María Ruiz-Mateos que fue la primera víctima de la estafa estatal que acostumbra a provocar el PSOE durante la democracia.
Por otro lado este socialismo ruin y universalmente criminal tiene suerte de que sus víctimas no se toman la justicia por su mano, porque con el infierno que propician no sería extraño que tuvieran que esconderse como ratas para no ser aplastadas. Pero el modus operandi de usar el poder para llevar a cabo estafas personales con sello de Estado, les libran de sufrir las consecuencias de sus actos. Del infierno, del terror una vez muertos, de ese acto de identificación como hijos de Satanás no se libran.
El desfile de alimañas impresentables contra las que ha chocado César Vea es una muestra real de la catadura de personajes como Teresa Ribera, Cristina Narbona, Pepiño Blanco y el propio Zapatero que interpelado por el actor sobre el engaño de las renovables, el muy canalla levantó una de sus repugnantes cejas y se marchó. Ni huelgas de hambre ni denuncias durante más de diez años han ablandado un ápice el corazón que late físicamente en alimañas que prescinden de cualquier rasgo de humanidad.
Ante la pregunta de Josué Cárdenas sobre por qué la gente sigue votando PSOE a pesar de las evidencias criminales, el actor justifica que no es cuestión de partidos sino de personas. Quizá cada cuál se traza su propio destino según sus creencias… Y cuando el periodista inquiere sobre alguna solución, César Vea, al que le reconocen una infame negligencia administrativa, contempla una que sería votar enmienda a la ley que les abismó en la ruina y que fuera aprobada por mayoría. En todo caso no cejará en su lucha por la Justicia enfrentado con auténticos demonios con apariencia bípeda.
Muy fácil y protegida es la mísera vida de estos engañadores sin escrúpulos que acumulan en el saco del alma la pesada miseria moral que los hundirá en los pozos del Infierno.
En el año 2008 mi familia y yo invertimos en lo que nos pidió el innombrable estafador José Luis Rodríguez Zapatero y el sicario Miguel Sebastián. Nos pidieron que fuéramos patriotas, que invirtiéramos en nuestro país y lo hiciéramos en energías renovables. Y lo hicimos, miles de familias. 65.000 familias y unos cientos de fondos extranjeros. Una vez que hicimos esta inversión, hubo una llamada de las eléctricas y estos mierdas, cuando llama alguien de arriba, se amedrentan y todos pasan por la puerta giratoria y decidieron cambiar las leyes con carácter retroactivo. Estas leyes y estos decretos se publicaron en el BOE y una vez publicados dijeron: «¡Esto es una broma!» Vamos a recortar, vamos a expulsar a familias del sistema de primas con carácter retroactivo. Esto se llama estafa de Estado. Así me lo definió el juez Garzón.
Ha habido estafadas miles de familias y fondos extranjeros. Arruinadas mi familia, conozco dos casos de suicidios por la presión de las deudas. Nosotros pedimos un préstamo en torno a un millón de euros. Ese dinero no lo teníamos, pero teníamos como socio al Estado. Eso no podía fallar y podías empezar a recuperar el dinero pasados los diez años. ¡Hay que ser muy idiota, muy ingenuo, para pensar que el que te va a estafar es tu socio, el Estado, es decir José Luis Rodríguez Zapatero! Si me escuchas, José Luis, estafador, nos jodiste la vida a mí y a mi familia. Mi vida cambia radicalmente porque dos sinvergüenzas me la jodieron.
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