09/05/2024 09:48
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Y dicen que Maura le dijo al Rey:

«Majestad, esto sólo lo puede

arreglar ya el Rey con el

Ejército a sus espaldas»

Y así fue como llegó el general Primo de Rivera al Poder y se frenó la caída de la Monarquía y la ruptura de España.

Ante lo que estamos viendo del Presidente Sánchez con los independentistas catalanes, vascos, gallegos y los comunistas me place reproducir el relato que se publica en Internet (para evitar manipulaciones personales) sobre la situación que vivía España aquel año de 1923 (o sea, hace 100 años justos), incluidas unas elecciones de pacotilla y un Gobierno imposible.

Pero, es mejor que lean.

ELECCIONES GENERALES EN ESPAÑA 1923

29 de abril de 1923

Las Elecciones generales de España de 1923 fueron convocadas para el 29 de abril de 1923 y celebradas bajo el sufragio universal masculino. Fueron las últimas elecciones a Cortes Generales convocadas en la Restauración borbónica y, por lo tanto, dentro del sistema de turnos de partidos dinásticos implantado con la Constitución española de 1876, carta magna que sería suspendida en septiembre de ese mismo año por el golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera. Como ocurrió en todas las elecciones celebradas durante la Restauración borbónica en España el gobierno que las convocó —en este caso presidido por el liberal Manuel García Prieto— fue el que las ganó. El resultado estuvo determinado de antemano («encasillado») gracias al sistemático fraude electoral realizado mediante la red caciquil extendida por todo el territorio. En el régimen político de la Restauración los gobiernos cambiaban antes de las elecciones y no después como sucedía en los regímenes parlamentarios (no fraudulentos).

Convocatoria y desarrollo: el fraude electoral

Como desde diciembre de 1922 las Cortes estaban suspendidas, el gobierno de Manuel García Prieto, obtuvo del rey los decretos de disolución y de convocatoria de elecciones para el día 29 de abril. El día 6 de ese mes la Conjunción liberal presentó su programa electoral en el que el punto fundamental era la democratización del sistema político, mediante la reorganización del Senado, la regulación de la suspensión de las garantías constitucionales, el mantenimiento de las sesiones de las Cortes al menos cuatro meses al año, etc.

Sin embargo, el gobierno no se arriesgó a perder las elecciones y recurrió a la vieja política para conseguir una mayoría amplia en las Cortes. Entonces se desató la lucha en el seno de la Conjunción Liberal entre las seis facciones que la integraban, buscando cada una la mayor cantidad de puestos en el encasillado para aumentar su peso político en la coalición y satisfacer las expectativas de las respectivas clientelas (los «amigos políticos»). Como el ministerio de la Gobernación estaba ocupado por un garcíaprietista y albistas, romanonistas y reformistas tenían bases territoriales sólidas, los grandes sacrificados fueron los zamoristas y los gassetistas».

Las esperanzas depositadas en el nuevo gobierno de que llevaría a cabo una democratización real del sistema se vieron frustradas. El día 22 de abril se proclamaron las candidaturas que habían resultado elegidas en virtud del artículo 29 de la ley electoral al haberse presentado un único candidato en la circunscripción, y que fueron nada menos que 146 (86 liberales y 50 conservadores), por lo que más de un tercio del electorado fue privado de su derecho al voto (hubo provincias completas, como la de Córdoba, en la que no se votó porque en los diez distritos que la integraban solo se presentó un candidato). En los distritos que sí hubo elecciones intervino el sistema caciquil para que salieran elegidos los diputados que habían sido designados en el encasillado, con lo que las elecciones solo fueron auténticas en las grandes ciudades, como Madrid, donde sorprendentemente ganaron los socialistas. Así fue como la Concentración Liberal logró la esperada mayoría absoluta: 220 diputados frente 121 conservadores, 11 republicanos, 7 socialistas, 6 carlistas y 22 pertenecientes a diferentes grupos regionalistas. De los 220 diputados liberales 96 fueron garcíaprietistas, 48 romanonistas, 40 albistas, 20 reformistas, 8 gassetistas y otros 8 zamoristas.

LEER MÁS:  Hoy toca hablar de lo que ha pasado en Perú: Tipos de golpe de Estado. Por Julio Merino

Tras las elecciones Melquíades Álvarez fue nombrado presidente del Congreso de los Diputados y Álvaro Figueroa y Torres, conde de Romanones, presidente del Senado. Ambas cámaras fueron disueltas por la Dictadura de Primo de Rivera cinco meses después, tras el triunfo el golpe de Estado en España de 1923.

Resultados

Composición del Congreso de los Diputados tras las elecciones

ELECCIONES GENERALES EN ESPAÑA 2023

Y así quedaron las elecciones de julio de 2023:

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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Geppetto

Primo de Rivera llego al poder porque un estupido incidente en el Senado con el general Aguilera impidio que este, que era el que habia organizado el golpe de timon, pudiera hacerlo
Y lo hizo contra la voluntad del Rey, que finalmente tuvo que tragar

Hakenkreuz

La ruptura de España viene impidiéndola Dios mismo desde hace siglos. Concretamente, la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús por parte de Alfonso XIII en 1919, contribuyó de modo decisivo a evitar los planes de los masones antiespañoles por dividirla y destruirla, aunque es comprensible que un ateo conservador como usted, enemigo de Adolf Hitler, el dueño de la Legión Cóndor y jefe de la División Azul, piense de modo pelagiano, atribuyendo méritos que solo corresponden a Dios Nuestro Señor, a cualquiera según su conveniencia, como Churchill.

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