09/05/2024 07:05
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Fueron los Reyes Católicos los que devolvieron al territorio nacional la normalidad cristiana con la culminación de la gloriosa Reconquista con la toma de Granada el 2 de enero de 1492 y la consiguiente primera fase de la  expulsión, después de ocho siglos de invasión, de los terribles musulmanes. La normalización y la total salida de estos de nuestra patria tuvo que emplear un tiempo y fue escalonada hasta que la Santa Cruz volviera a dar luz a esas Mezquitas que eran el insulto y la herida abierta de nuestra España.
Ha pasado mucho tiempo de esa enorme  primera gesta de Isabel y Fernando y luego de las políticas sobre este asunto del rey Felipe III, pero no hemos aprendido nada. Ellos no olvidan y además llevan en su genética y en la masa de su sangre, el odio a muerte a los infieles. A todo aquel que no crea y admita el islam en su propia vida e idiosincrasia de pueblo. Pero ese odio y esa intolerancia se convierten en fanatismo cuando se trata de los cristianos. Franco los conocía bien y por eso durante su mandato no se veía a ningún hijo de Alá haciendo de las suyas y creando guetos fundamentalistas. Esto también fue porque son gentes muy cobardes y rastreras que se cagaban si se les nombraba a nuestro Caudillo.
El fundamentalismo no explosionó a partir del atentado de las torres gemelas, aquel terrible 11S. El fundamentalismo está presente en el Corán, porque, no nos equivoquemos, el islam no es una religión como las demás. El islam es una política religiosa que impregna todo lo que toca con odio y sometimiento a todas las gentes que no practican sus ritos y lo que es más grave, su filosofía de vida que es incompatible con Occidente. Esto no es de ahora. Países tan modernos y avanzados como, por ejemplo, Inglaterra y Francia, abrieron sus puertas y se llenaron de esta gentuza que les odia. Que nos odia y empezaron los problemas y los atentados yihadistas. Ahora tienen el problema descontrolado. Están invadiendo Occidente con lo que se conoce como «la guerra del vientre», esta táctica mezclada con el terror les está dando alas. Ya hay terroristas nacidos en nuestros países que los acogen para que nos destruyan. Aquí en este país de mierda llevamos dejando su invasión masiva sin poner ningún control. Ceuta y Melilla caerán a sus redes sin duda alguna más pronto que tarde. Con unos gobiernos, tanto del PSOE como del PP, lo tenemos todo perdido. Acabaremos gracias a la cobardía buenista de estos criminales que nos mandan en una colonia de Marruecos. Al tiempo.
Un tipo se pasea con un machete de grandes dimensiones y en chilaba cortando cuellos y matando inocentes en la ciudad de Algeciras y aquí no pasa nada, era un pobre desequilibrado que actuaba solo. Un lobo solitario…¿Un lobo qué?
El criminal de Marlasca tendría que dimitir y marcharse a su casa hasta que sea llamado por un tribunal para dar razones por su comportamiento general. Al canalla de Sánchez hay que explicarle la diferencia entre «fallecimiento» y «crimen». A Feijóo, que va a perder las elecciones, hay que obligarle a leer el Corán para que vea la diferencia entre religiones y el mensaje de sangre y terror de Mahoma. La Iglesia católica en boca del payaso presidente de La Conferencia Episcopal dice que no se puede generalizar por este último acto y es lógico. Sí, callaron cuando la profanación de la tumba de Franco, ahora no van a poner el grito en el cielo por un sacristán muerto y un sacerdote herido. Ya saben… La otra mejilla y sobre todo la X en las declaraciones de renta de «sus ovejas». Así nos va.

El morito terrorista ha dicho que se lo merecían. Llenos de «neurocirujanos» que entran en pateras a nuestro territorio, al final va a tener razón el cabrón del moro. Nos lo merecemos.

Autor

Alejandro Descalzo
Alejandro Descalzo
Nace en Madrid en 1958. Estudia en Los Escolapios de San Antón. Falangista. Ha publicado 4 libros de relatos. Apasionado del cine y la lectura. Colaborar en este medio lo considera un honor.
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José Luis Fernández

La invasión de Europa por los seguidores de Mahoma es la mayor amenaza para la supervivencia de la Civilización Occidental, de raíz cristiana. No hay ninguna justificación para que los Gobiernos de las naciones europeas, incluido el de España, sigan permitiendo la entrada diaria de inmigrantes ilegales (muchos de ellos musulmanes) en nuestros territorios porque si fuera por necesidad de mano de obra (que en España no hace falta porque hay millones de españoles sin un puesto de trabajo) se pueden contratar trabajadores en Hispanoamérica, con contratos de trabajo en origen, que son cristianos. En España los musulmanes son alrededor de 2 millones (si las estadísticas del Gobierno son correctas), de los cuales más de un millón son marroquíes, y eso constituye una espada de Damocles sobre nuestras cabezas. Es necesario que algún partido político se decida a poner en práctica una política de «inmigración ilegal cero» y terminar con las reunificaciones familiares.
Por otra parte, España debería dejar de ceder al chantaje de Marruecos que le cuesta a los españoles cientos de millones de euros cada año y que no sirve de nada porque Marruecos va a seguir chantajeando a España hasta que no pongamos pies en pared. Los acuerdos firmados en la última reunión entre los Gobiernos de España y de Marruecos son favorables al país magrebí y perjudiciales para España, y la gota que colma el vaso es que España está dispuesta a financiar un túnel submarino entre España y Marruecos que será utilizado por los marroquíes para invadirnos con más facilidad. Es una propuesta que sólo se le ocurriría a un imbécil.

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