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La tranquilidad del municipio de Sevilla La Nueva (Madrid) se ha visto perturbada por el polémico megaproyecto de macrocomplejo urbanístico que quiere construir la asociación ultracatólica Los Heraldos del Evangelio. En Idealista, pusieron en venta por siete millones de euros la finca “ Los Alcores” de 200.000 metros cuadrados comprada en 2018. Se han enfrentado los vecinos con el Ayuntamiento a causa de la aprobación de la primera fase del proyecto en una zona de especial protección para las aves (ZEPA), lo que limita la altura de las casas a un máximo de siete metros. Muchos creen que la venta es una cortina de humo.

El Obispo de Getafe, Ginés García Beltrán colocó en 2019, la primera piedra de la Catedral neogótica con dos torres de 70 metros que allí planean construir, además de un monasterio de 5.000 metros cuadrados y un parking para la hospedería de 500 plazas. “Se quieren ir a otro sitio más cercano a Madrid” afirmó el abogado de los Heraldos, José Antonio Millán.

Los Heraldos del Evangelio son la primera Asociación Internacional de Fieles de Derecho Pontificio del Tercer milenio, erigida por Juan Pablo II el 22 de febrero de 2001. Fundados por Mons. João Scognamiglio Clá Dias, los Arautos do Evangelho, presentes en 78 países, están formados principalmente por jóvenes. Pero ¿quién es este león rampante que repta en esta asociación (inspirada por el laico brasileño Plinio Corrêa de Oliveira), así como en la Sociedad Virgo Flos Carmeli y la Sociedad de Vida Apostólica Femenina Regina Virginum?

El “profeta inmortal” Plinio fue el fundador del movimiento ultraderechista Tradición, Familia y Propiedad (TFP) en 1960. Ofreciendo un contrapeso calculado al Concilio Vaticano Segundo, fue reinstitucionalizando, alentado por la nobleza negra (Casa de Saboya/ Casa de Orléans-Braganza), a los caballeros medievales cual fieles descendientes templarios vestidos con trajes (con capucha) que llevan bordada, en tamaño gigante, la cruz de Santiago. Con botas altas, una cadena, un rosario a la cintura, escapularios y medallas de la virgen de Fátima, llevan una parafernalia digna del tiempo de las cruzadas. Las túnicas recuerdan los tres colores de la alquimia (rubedo, nigredo y albedo). “Doctor Plinio” falleció en 1995 y tomó el poder su mejor esclavo y confidente, João Clá (Plinio Fernando), él cual fundó los Heraldos en septiembre de 1999 y, para ser aceptados por el Vaticano, le brindó al papa Juan Pablo II una jugosa ayuda económica. En un tiempo récord, pasó de laico a sacerdote (2005) gracias al apoyo de Benedicto XVI.

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Plinio calificaba la propiedad privada como un “derecho divino” y se oponía a cualquier intento de reforma agraria en Brasil. Los terratenientes brasileños, la nobleza negra brasileña (Luis de Orleans-Braganza) le brindaron un apoyo incondicional, dándole muchísimo dinero. Para más inri, los fieles de la organización le entregaban todos sus bienes materiales. Plinio, sólo en Sao Paulo, tenía más de cien departamentos de lujo. Por esta razón, los Heraldos realizan hoy su proselitismo entre jóvenes de las clases pudientes ya que luego redactan testamentos para sostener la secta. En su lucha contra el comunismo, los seguidores fueron fervientes defensores de las peores dictaduras militares, desde la brasileña hasta la de Pinochet en Chile y la de Videla en Argentina.

Se indica la práctica de una especie de culto secreto y extravagante a una trinidad compuesta por la madre de Plinio Corrêa (Donna Lucilia), el mismo Corrêa y monseñor Clá Dias. Una investigación en Brasil registró denuncias de maltrato psíquico y físico a los fieles, por lo que la Congregación trató inmediatamente de despistar a todos, con el fin de ser vista como víctima de una inexistente persecución hacia las ramas eclesiales más conservadoras. Dentro de la organización, existe una sociedad milenarista llamada la Siempreviva cuyos miembros se consagraban como esclavos del doctor Plinio. Los monjes guerreros afirmaban: “Mi señor Plinio puede disponer de mí como un mísero objeto sin voluntad propia”. Rezaban diariamente la oración de la Sagrada Esclavitud compuesta por “san Plinio”: “No soy yo quien vive, sino mi señor Plinio el que vive en mí”. “¡Ave Plinio Elías!, bendito tú entre todos los fieles y bendito el fruto de tu amor y de tu odio.». Decían que, milagrosamente, el corazón inmaculado de María latía en el pecho de Plinio. Entonces, él bendecía a sus esclavos y ponía su pie derecho sobre el rostro de cada uno. En la ceremonia de consagración, cada miembro escogía un nombre nuevo. Pero todos tenían que incluir el de Plinio. Plinio Batista estaba a cargo del psiquiátrico de Belo Horizonte donde iban a parar los esclavos que “necesitaban” tratamientos de electroshock. La pérdida de identidad y la separación con las familias biológicas son sistemáticas: “Se nos prepara mentalmente y físicamente para desapegarnos de nuestros padres porque podría costarnos la vocación. Matas a tus padres en tu interior. Eliminas la autoridad natural que ellos tienen en ti. Estás dispuesto a ignorar su solicitud de auxilio.» La finalidad última era buscar vocaciones de forma masiva, no evangelizar. Los Heraldos abrieron una rama femenina, las Fiducias que llamaban “papito” a monseñor Joao Clá, venerándolo y disputándose la confesión con él. Una disciplina marcial, de corte castrense, marcada por el Ordo de costumbres, manual que pauta el comportamiento de los miembros controlando desde el corte de uñas, el peinado, el tiempo en el cuarto de baño (15 minutos), el no mirar a las mujeres “fassuras” (la mayoría dicen practicar el celibato), el no mirarse al espejo, hasta los desplazamientos exteriores con un obligatorio acompañante. Entre sus costumbres medievales no faltan las flagelaciones y otros castigos corporales. Además, unos videos demuestran que sus sacerdotes llevan a cabo rituales exorcistas fabricados por ellos mismos, utilizando fórmulas que no cuentan con la aprobación eclesiástica. Como ejemplo, “¡Que la maldición de monseñor João caiga sobre tu cabeza!». En una ocasión, el demonio reveló que la Virgen (de Fátima) está operando para que los miembros del grupo renuncien a su voluntad para hacer la de Plinio Correa, el cual se encuentra sentado en un trono a la derecha de la Virgen. Según los Heraldos, desde el más allá, Plinio determina el clima, siendo el autor del cambio climático, además de operar para que muera cayendo dentro de poco el antipapa Francisco “El Vaticano es mío! El Papa hace todo lo que quiero”. Asimismo, apuestan para que fuera elegido próximo papa el purpurado esloveno Franc Rodé, cardenal amigo de los Heraldos.

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En España los Heraldos del anti-Evangelio impulsaron TFP-Covadonga y manifiestan su obediencia al cardenal brasileño Raymundo Damasceno Assis. En resumidas cuentas, forman una secta extravagante y peligrosa, que nada tiene que ver con el mensaje de Jesús de Nazaret. Señores Carlistas y señor Javier Mª PérezRoldán, ¿será que os faltó algún dato a la hora de apoyar esta asociación? Bien protegido en el confortable nido de la Tradición Viva, habéis preferido mirar hacia otro lado, más cómodo, donde nada se cuestiona y todo sigue su curso, aunque siempre contando con la Siempre viva Serpiente.

 

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Ramón

Una SECTA más, como el OPUS DEI, los LEGIONARIOS DE CRISTO, etc.
¡Gentuza que utiliza la religión católica para hacer dinero, al margen de la Iglesia, por supuesto!

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