29/04/2024 01:15
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El siglo XIX en España es el gran desconocido del pueblo español; no es que el pueblo español conozca su historia, que no la conoce, pero en lo tocante al siglo XIX el desconocimiento alcanza límites que superan la alarma, siendo que, la influencia del mismo es hoy tan determinante que hay quién afirma que el siglo XIX tiene la particularidad de contar no cien años, que es lo normal, sino doscientos veintitrés… hasta el momento.

El sustantivo “absolutismo” proviene del adjetivo “absoluto”, que la Real Academia define como “ilimitado, que excluye cualquier relación”, y dicho de un rey, “que ejerce el poder sin ninguna limitación”. Se hace necesario señalar que esa situación no se ha producido jamás en España, merced a que las restricciones al poder real existentes a lo largo de los tiempos han sido considerables.

Los gobiernos absolutistas se significan por la inexistencia de poderes públicos que sirviesen de conexión entre el pueblo y el rey. El absolutismo pleno lo encontramos en la Francia del siglo XVII, bajo el reinado de Luis XIV, que ha pasado a la Historia por su célebre frase “El Estado soy yo”. Pero esta situación no solo la vemos en Francia, siendo que varios estados europeos como Rusia, Prusia, Suecia o Inglaterra aplicaron la fórmula absolutista. El desarrollo del absolutismo se lleva a cabo como evolución del sistema feudal, que en España podemos afirmar que no existió, salvo en los condados pirenaicos sometidos al poder franco.

La evolución de la Reconquista representó una evolución de la legislación que daba a las poblaciones unas libertades y unos derechos propios que se plasmaron en la concesión de fueros, unos pactos entre las ciudades y el rey, que obligaban a ambas partes y que hacían que situaciones de servidumbre fuesen sustituidas por las de servicio a la corona, que obligaba a los súbditos a atender al rey en su lucha contra el invasor árabe, y que crearon figuras que tuvieron importante significación en la Reconquista, como fue el caso, de los caballeros villanos.

Los pueblos pactaban con la corona unos fueros que debían ser jurados por el rey cuando ascendía al trono, y de ellos se hacía uso con fruición, siendo que, cuando el rey necesitaba un apoyo específico concreto debía negociarlo con quienes debían prestárselo. Así, nos encontramos a Carlos I peregrinando por los distintos reinos en demanda de dinero para coronarse rey del Sacro Imperio… y en esta ocasión, por motivos que ahora no es el caso detallar, se provocó una guerra, la de las Comunidades de Castilla, cuyo final significó que Carlos dejara de ser ”de Gante” para ser auténticamente Carlos I de España. Reafirmó su autoridad reconociendo derechos que anteriormente había conculcado.

Sería en 1700 cuando, tras la muerte de Carlos II, y contraviniendo el derecho al no haberse convocado cortes que eligiesen nuevo rey, subió al trono la dinastía Borbón en la persona de Felipe V, nieto del rey Sol, Luis XIV, el adalid del absolutismo, que alargaría su mandato sobre España. Es en este momento cuando España es abocada a un régimen de absolutismo al estilo francés, apuntando a la eliminación de las Cortes y de los consejos reales y a la creación de ministerios cuyo desarrollo natural nos lleva a los decretos de Nueva Planta, para cuya aplicación se basó en los derechos de conquista, siendo que el decreto de 29 de Junio de 1707 señala: tocándome el dominio absoluto de los referidos reinos de Aragón y Valencia, pues a la circunstancia de ser comprendidos en los demás que tan legítimamente poseo en esta monarquía, se añade la del justo derecho de la conquista que de ellos han hecho últimamente mis armas con el motivo de su rebelión.

Fueron implantados los decretos de Nueva Planta con los que quedaron alterados los instrumentos de la administración territorial, que en gran medida fueron adaptados a las costumbres de Castilla, y que fueron impuestos en Valencia, Aragón, Cataluña y Baleares, derogando todos los fueros. Acto seguido, la Ilustración hizo acto de presencia en España, desarrollándose durante los reinados de Carlos III y Carlos IV con el adjetivo añadido de “Ilustrado”.

Con el despotismo ilustrado se produjo una serie de circunstancias que acarrearían la desislustración del pueblo. Obsesionados con la educación, expulsaron a los Jesuítas, y con ellos la mayor parte de educadores.

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En1874, estudios realizados en 1985 señalan que la alfabetización en España alcanzaba en España el 20 % de la población, siendo que ya la constitución de 1812 atendía la universalización de la educación, y que en 1856 ese porcentaje era todavía menor. Algo tendría que ver el plan Moyano de 1857.

En esas fechas, Cuba contaba también con un analfabetismo profundo, siendo no obstante diez puntos menor que el de la Península, que era del 80% y se aproximaba a los mismos valores que se habían tenido a mediados del siglo XVI. Pero es que a principios del siglo XVII tenía porcentajes cercanos al 50%, y finales del siglo XVIII, la tasa global de alfabetización era del 44,03%; todo muy alejado del 20% de dos siglos después. ¿Qué había pasado por medio?… Muchas cosas; entre ellas, la Ilustración, aliada en esos momentos del absolutismo. Pero curiosamente, en el siglo XIX serán los herederos del despotismo ilustrado quienes acuñarán el término absolutista dirigido  contra el movimiento tradicionalista.

Cuando tres meses después del Tratado de Valençay entró Fernando VII en España (marzo de 1814), y para evitar tener que someterse a las cortes, inició un periplo que lo llevó a Valencia, en el curso del cual recibió el apoyo incondicional del pueblo y de la nobleza, así como los consejos del Embajador inglés en España, Henry Wellesley, hermano del Duque de Wellington. Tanto sus consejeros, los generales Eguía y Elío, como el Embajador se mostraron favorables a derogar la Constitución de Cádiz. El deseo del propio Wellington era la implantación en España de una Monarquía constitucional al estilo de la inglesa… pero Wellesley acabaría conformándose con la propiedad de importantes bienes embargados a Godoy. El pueblo lo recibió con gran alborozo, ya que en la vuelta del rey veía la vuelta de la libertad. Con este ambiente, el populacho desenganchó los caballos del carruaje y lo llevaron en brazos hasta palacio; la gente cruzaba los brazos y decía «Vivan las cadenas» en alusión a la vuelta del absolutismo y al genocidio que era la Ilustración.

Ante esa situación, Fernando VII adoptó las formas que le eran propias, asumiendo aquellos asuntos que se denunciaban y rechazando las ideas que para resolver los problemas se proponían, con lo que se dio lugar a lo que acabaría siendo el Sexenio absolutista (1814-1820), que destacaría por las arbitrariedades y las torpezas que acabarían con todo el crédito que se le había dado en 1814. El desprestigio de la corona acabó siendo tan absoluto que el pueblo no supo reaccionar ante lo que se avecinaba, que no era otra cosa que la hecatombe final de España.

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Y es que en el periodo 1814-1820 se cometió todo tipo de excesos. La nueva situación, superadora del absolutismo, vendría a redoblarlos. Parece como si la restauración del absolutismo llevada a cabo por Fernando VII hubiese estado meditada para perpetuar el absolutismo, en este caso ya no monárquico, sino estrictamente liberal. El cúmulo de despropósitos parece que estaba encaminado, no a acabar con un régimen absolutista que en todo perjudicaba el ser y la esencia de España, sino a su mutación por algo que implosionase España. Y ese algo tiene nombre y apellidos: Rafael de Riego.

Los hechos iniciados en Cabezas de San Juan de 1820 darían pie al periodo conocido como trienio liberal, que finalizó en 1823 con la irrupción de un cuerpo expedicionario francés conocido como los Cien Mil Hijos de San Luis, dirigidos por el masón duque de Angulema, que venía acompañado por el general Guillerminot, Venerable de la Logia de los Filadelfos, que el 1 de Octubre de 1823 posibilitaba que Fernando VII tuviese nuevamente el poder absoluto, dando comienzo la Década Ominosa.

http://www.cesareojarabo.es/

Autor

Cesareo Jarabo
Cesareo Jarabo
30 de Diciembre de 1953 en Gascueña, Cuenca (España peninsular).
Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación. Estudios cursados en la Universidad de Barcelona.
Autor de numerosas y acreditadas investigaciones históricas:
* Los Campamentos del Frente de Juventudes.
* El Aprendiz de Quijote. Ensayo sobre Don Quijote de la Mancha.
* El Primero de los Insurgentes. Historia novelada de Omar Ben Hafsun.
* El arrianismo a través de los tiempos.
* Los Cátaros
* Priscilianismo
* Inquisición
* Genocidio (Estudio sobre el Tribunal de la Inquisición y exposición de los principales genocidios cometidos en el mundo).
* Nada en Común. Un repaso novelado a la Historia de España desde 1953 (año de mi nacimiento) con un poco de futuro ficción hasta 2016.
* La piratería en el Pacífico y su relación con el Tribunal de la Santa Inquisición de Lima (en colaboración con el Dr. D. Sebastián I. Donoso Bustamante.
* Movimientos centrífugos en España:
• Sertorio
• Paulo
• La Revuelta Comunera
• Antonio Pérez
• La Crisis del siglo XVII
• Guerra de Sucesión
• La conquista británica de España: sobre los Procesos Secesionistas en América
• El Cantonalismo
• 1898. Un hito en la gran traición
* La esclavitud en el mundo
* El terrorismo en fechas
* La Monarquía Hispánica y la integración de los indios.
* España bajo el poder árabe.
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Geppetto

Hay parrafos en este escrito en los que la historia real se asemeja a la contada y parrafos en los que, sencillamente, se apaña la historia para hacerla coincidir con que hoy se interpreta como real y valido.
Alas Cortes de Cadiz fueron ilegales, se convocaron irregularmente y sus propuestas no estaban ajustada a ninguna de las leyes vigentes , en nombre del Rey se cercenaron los poderes reales mientras se intento obligar por la fuera a SM a que asumiera dicha Constitucion, la Pepa, a su vuelta del exilio, cosa a la que naturalmente el rey se nego.
Las Cortesde Cadiz y la Constitucion de 1812 fueron, asi como suena, un golpe de estado perpetrado por el naciente liberalismo contra un pueblo, el español, que peleaba a tiros por su Rey, su Libertad y su religion contra el frances
Los españoles no estuvieron a favor del liberalismo y en contra de su rey ni cuando esos bestezuelas sargentos obligaron a punta de pistola a Isabel II a aceptar el liberalismo, que no era mas que la masoneria con distinto ropaje.
El rey se encontro que en su ausencia los Virreinatos, apoyados por la masoneria instalada en Cadiz que habia formado la Constitucion habian ido a la secesion apoyados en que si le poder del reino les decia que la soberania era del pueblo y que como ellos eran sus representantes de dicho pueblo podian tomar el futuro en sus manos…y es lo que hicieron.
El rey de España, fuera Borbon o fuera Austria jamas fue absolutista, reinaba por medio de los tres estamentos que conformaban el poder de forma tradicional y nunca fueron por libre.
Lo de desenganchar el tiro del carruaje y llevar la carroza real a viva fuerza era una tradicion española que se habia hecho y se volveria a hacer en numerosas ocasiones, achacarle a ese gesto de noble entusiasmo consideraciones estupidas como esa de «Viva las cadenas» es intentar hacer colar lo que en absoluto es que el pueblo españoles de la epoca era una manada de borregos deseosos de ser pisoteados, cuando, precisamente, ese mismo pueblo acababa de echar a tiros a Napoleon y sus aberradas tropas.
El sexenio Liberal destrozo España ya que el poder, en manos de la Masoneria que se hizo de nuevo con el poder tras el golpe de Estado del traidor Riego y sus secuaces estos se dedicaron a destruir la España tradicional para crear la» nueva y racional sociedad» que amparaban las logias expulsando de inmediato a los Jesuiitas.
Interpretar la historia es definitivamente falsificarla a mayor gloria de la ideologia que manda y que dese aquella lejana epoca nop ha dejado de destruir España sin construir mas que piramides de cadaveres

Geppetto

CORREGIDO

Hay párrafos en este escrito en los que la historia real se asemeja a la contada y párrafos en los que, sencillamente, se apaña la historia para hacerla coincidir con que hoy se interpreta como real y valido.
Las Cortes de Cádiz fueron ilegales, se convocaron irregularmente y sus propuestas no estaban ajustadas a ninguna de las leyes vigente. En nombre del Rey se cercenaron los poderes reales mientras se intento obligar por la fuera a SM a que asumiera dicha Constitución, la Pepa, a su vuelta del exilio, cosa a la que naturalmente el rey se negó.
Las Cortes de Cadiz y la Constitución de 1812 fueron, así como suena, un golpe de estado perpetrado por el naciente liberalismo contra un pueblo, el español, que peleaba a tiros por su Rey, su Libertad y su religión contra el francés y que nada sabía de liberalismo ni de tejemanejes políticos
Los españoles no estuvieron a favor del liberalismo y en contra de su rey ni cuando esos bestezuelas de  sargentos obligaron a punta de pistola a Isabel II a aceptar el liberalismo, que no era más que la masonería con distinto ropaje.
El rey se encontró que en su ausencia los Virreinatos, apuntalados  por la masonería instalada en Cádiz que había organizado la Constitución, habían ido a la secesión apoyados en lo que el liberalismo promovía que no era más que que el  poder residía en la Constitución y que por tanto la soberanía era del pueblo. Con esta nueva forma de entender el poder  ellos, los Criollos, se apoderaron de dicha soberanía,  eran los representantes de dicho pueblo  y por tanto podían tomar el futuro en sus manos…y es lo que hicieron.
El rey de España, fuera Borbon o fuera Austria jamás fue absolutista, reinaba por medio de los tres estamentos que conformaban el poder de forma tradicional y nunca fueron por libre.
Lo de desenganchar el tiro del carruaje y llevar la carroza real a viva fuerza era una tradición española que se había hecho y se volvería a hacer en numerosas ocasiones, achacarle a ese gesto de noble entusiasmo consideraciones estúpidas como esa de «Viva las cadenas» es intentar hacer colar lo que en absoluto era, que el pueblo españoles de la época era una manada de borregos deseosos de ser pisoteados por un déspota coronado, cuando, precisamente, ese mismo pueblo acababa de echar a tiros a Napoleón y sus aberradas tropas.
El Trienio Liberal destrozo España ya que el poder, en manos de la Masonería que se hizo de nuevo con el poder tras el golpe de Estado del traidor Riego y sus secuaces estos se dedicaron a destruir la España tradicional para crear la» nueva y racional sociedad» que amparaban las logias expulsando de inmediato a los Jesuitas.
Si Fernando VII hubiera sido esa bestia sedienta de “noble sangre” liberal no hubiera dejado ni uno y no fue asi, los liberales se expatriaron a Francia e Inglaterra en espera de perpetrar un nuevo golpe de estado en cuanto pudieran.
Interpretar la historia es definitivamente falsificarla a mayor gloria de la ideología que manda y que dese aquella lejana época no ha dejado de destruir España sin construir mas que pirámides de cadáveres

Cesareo Jarabo

En conjunto, totalmente de acuerdo
En lo que no estoy de acuerdo es en salvar la piel de personajes incalificables como Fernando VII o Isabel II, engranajes necesarios de la destrucción de España.

Geppetto

Para debatir sobre Fernando VII y su tiempo hay que conocer la historia, no los refritos que desde la epoca de Isabel II nos encasquitan los liberales…esto es, la masoneria
Fernando VII fue un borbon mas, ni mejos ni peor que el resto, pero como persiguio a las sociedades del Mandillon la respuesta fue violenta y muy, muy falsa.
Eso de escribir rey felon en cuando se nombra a Fernando VII queda muy bien, pero nunca va acompañada de puebas reales de dichas felonias
Hasta llegan a decir que su reposición en el Trono por parte de los Generales Elio y Eguia fue un golpe de estado, que ya hay que tener cara para afirmar algo semejante.

Cesareo Jarabo

Fernando VII tiene la peculiaridad de haber sido traidor a todos, incluso a la masonería. Es un fenómeno… ¿existe alguien a quién no traicionase?

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