11/05/2024 14:44
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Una gran madre coraje como Toñi Santiago se puso en contacto conmigo para expresarme su confianza y otorgar  sus declaraciones en este día de Memoria por su hija Silvia Martínez Santiago, 21 años después de su asesinato , junto a Cecilio Gallego, en el salvaje atentado de ETA contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil en Santa Pola, Alicante.

Silvia Martínez Santiago, asesinada por ETA con seis años en el 2002.
IN MEMORIAM

Sin embargo, la zozobra que a duras penas contiene, la ha sumido en un agotamiento emocional sabiendo próximo el excarcelamiento de los asesinos, obligada además a viajar al País Vasco por esos inhumanos e interminables asuntos y trámites judiciales que con frialdad aberrante no consideran el dolor de las víctimas. Una Justicia ajena a la solidaridad con los más débiles, pareciera con empeños de especulación política que cumplen los designios que irrumpen escandalosamente en negociaciones de un calado moral insoportable para los sufridores que perdieron, como Toñi Santiago, a sus seres más queridos. Comprendemos el abatimiento y dicha entrevista se pospone hasta que ella pueda expresarse tras el trago de hiel que la política le obliga a  tragar reivindicando Justicia.

Sangre en tiempos de paz, ETA fue la pauta de la violencia en pos de las efímeras ambiciones cuyos destinos están escritos en la extinción de las glorias humanas. Cuánto más innecesarias cuando se mata por un pedazo de vanidad y tierra. La Historia de España se escribe con sangre y fuego, rubrica la raigambre del disenso en el libro de las tragedias que escribe cada capítulo entre guerra y desolación hacia nuestros días, asolados por la inquietud y el desarraigo de una libertad que derramó lágrimas para saber el verdadero coste de alcanzarla. Ni siquiera hubo tregua cuando llegó una Transición.  Mataron justificados, ciegos de ira y miseria del alma. Los verdugos hoy se disfrazan de hombres de paz cuando empujaron las armas contra la democracia, siendo triste paradoja que viven a costa de las muertes provocadas en una lucha de un solo bando contra la indefensión ciudadana. Nada más indefenso que un niño, nada, queda la memoria de un mal que no se olvida, el asesinato de la infancia incluso en tiempos de paz: Silvia. Grandes logros de lo cobarde que se justifican por un ideal extraviado del que todos habrán de responder en el insondable secreto de vida que espera al criminal después de la muerte. Tal vez comprueben espeluznados que nada acaba y toda obra se paga. Como asesinar a Silvia Martínez Santiago en el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Santa Pola, Alicante. Desde entonces su madre coraje, Toñi Santiago, se convirtió en doliente participante de esa Historia escrita con sangre, defendiendo contra el olvido la Memoria de su hija y ochocientos asesinados por la barbarie de la sinrazón. Su palabra es una experiencia de dolor vivificado, escuece el espíritu siendo consciente de su misión para concienciar una España presa de la indiferencia y el relativismo moral. De cuánta vergüenza deberán dar cuenta quienes han vendido el al alma al Diablo de la codicia, la insensibilidad y las efímeras, ínfimas, con fecha de caducidad, glorias humanas.

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Muchas gracias y toda Fuerza contigo Toñi Santiago, por tu arrojo en defensa de quienes no se pueden expresar. Este medio es una puerta abierta para cuantas manifestaciones puedan despertar la conciencia de una España que no ha de olvidar los mártires de nuestra democracia- como nuestra niña eterna Silvia- sinónimo de libertad que otros cercenaron sin merecerla. Son ignorantes de que pagarán la siembra de cizaña sobre la tierra.

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