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**Ayuso ganó las elecciones con una línea mucho más próxima a VOX que al PP. Es lógico que dentro de ese partido se entable ahora una lucha por ver quién manda, empezando por Madrid. Esto es políticamente muy positivo, pues Casado y su gente querían instrumentalizar un éxito que lo les corresponde, y lo están teniendo difícil. Cuanto más insistan, más se desacreditarán, y eso es bueno para España y la democracia.
**¿Bárcenas? ¿Pero qué coño tiene que ver Bárcenas y su condena con el PP? ¡No es el mismo partido, hombre, nada que ver, aunque se llamen lo mismo! ¡Pues claro, el PP de ahora es muchísimo mejor, mucho más culto, sin ir más lejos! Ahora es otra cosa, como que lo mando yo, que tengo un máster… ¿Tenía Rajoy un máster? No, que yo sepa. Es más, le diré que estoy pensando pillar un doctorado, como el del presidente del gobierno, para que se vea… ¡La cultura es importantísima, hombre! ¡Que hemos superado el páramo cultural del franquismo, aunque algunos no quieran enterarse! ¡Que hemos entrado en Europa, que estamos en otro mundo…!
**Para entender el odio de la izquierda y los separatistas al Valle de los Caídos es preciso recordar la destrucción y el saqueo del patrimonio histórico-artístico de España (bibliotecas, iglesias, obras de arte y centros de enseñanza) ya desde apenas inaugurada la república y con verdadero delirio durante la guerra. Por desgracia, siguen fieles a sus tradiciones. Y todos tenemos el deber de impedírselo.
**Parece inevitable que cualquier ideología importada se empobrezca y vuelva simplona en España. Así con el ateísmo francés, el liberalismo, el marxismo, el anarquismo, el fascismo, la ideología anglosajona o lo que caiga. Lo atribuyo a la flojera de la universidad, que desde la Escuela de Salamanca casi no ha producido nada que valga la pena.
**Para reducir a casi nada el mérito de España en el descubrimiento de América (y del mundo en conjunto) insisten muchos en afirmar que tal descubrimiento era obligado después de los avances técnicos (atribuidos a genoveses y otros) de la época en materia de navegación y construcción naval, y como alternativa al comercio de las especias. De ser así, el descubrimiento y posterior conquista y colonización, o la vuelta al mundo habrían podido corresponder a Francia, Inglaterra, Génova o cualquier otro país europeo, y solo una casualidad sin mayor interés hizo que fuera España. Pero durante casi un siglo ninguno de esos países pasó de algunas exploraciones y asentamientos rudimentarios y pasajeros por el norte de América, del tráfico de esclavos e intentos de parasitar el comercio hispano. Y también los chinos estaban en condiciones técnicas de descubrir América, pero no lo hicieron. Los descubrimientos se debieron a barcos españoles con tripulación y pilotos españoles, bajo el mando de españoles (a veces no de nacimiento pero sí de elección). Y aunque la búsqueda de las especias fue uno de sus objetivos iniciales, la empresa se amplió y transformó enseguida, lo que marca una diferencia con las exploraciones portuguesas y otras, que no pasaron del interés comercial.
Autor
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Nació en 1948, en Vigo. Participó en la oposición antifranquista dentro del PCE y el PCE(r)-Grapo. En 1977 fue expulsado de este último partido e inició un proceso de reflexión y crítica del marxismo. Ha escrito De un tiempo y de un país, sobre su experiencia como "revolucionario profesional" comunista.
En 1999 publicó Los orígenes de la guerra civil, que junto con Los personajes de la República vistos por ellos mismos y El derrumbe de la República y la guerra civil conforman una trilogía que ha cambiado radicalmente las perspectivas sobre el primer tercio del siglo XX español. Continuó su labor con Los mitos de la guerra civil, Una historia chocante (sobre los nacionalismos periféricos), Años de hierro (sobre la época de 1939 a 1945), Viaje por la Vía de la Plata, Franco para antifranquistas, La quiebra de la historia progresista y otros títulos. En la actualidad colabora en ÑTV, Libertad Digital, El Economista y Época.