18/05/2024 07:14
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En el celebérrimo Waka, marcándose un waka. Y es que cuando uno se droga hasta tal punto de no recordar lo que hizo durante la noche, sucede lo que sucede: perdiendo el control, ciertos y arracimados clásicos. La muchacha, razonablemente feliz, intuyo: sola y borracha chupando pollas hasta las tantas en el Waka.

Gloria

Y lo bautizaron como «agresión sexual». Juas. Y dizque, en su momento, que le pusieron droga en el colacao de marras. Enga ya. Y la encubridora madre, «mejorando» la vaina. Su querida hija “no se acuerda de nada”. Y ya saben, nada nuevo bajo el regio astro: plurales denuncias/calumnias para que nadie sepa a través del vídeo bellacamente difundido cómo abrillantas el glande del prójimo.

Las felatrices en ciertas discos, peccata minuta. Algo más discreto, pero harto frecuente. Glory Hole, top. Agujero glorioso: agujero en una pared o tabique, usualmente practicado en los retretes o en videocabinas, utilizado para observar a la persona que se encuentre al otro lado del tabique. Y para que te succionen el capullo, preferentemente. El término se emplea también para referirse a los agujeros existentes en una muñeca hinchable o algún juguete sexual similar, pero el primer uso referido es el más popular. También puede referirse, metafóricamente, al agujero del culo.

Eterna hipocresía de las almas bellas progres

La misma basura hipocritona que pide talego para un tío al que se la chuparon libérrimamente en una discoteca es la misma y farisaica purria que defiende que esta cría (o cualesquiera otra) puede abortar sin pedir permiso a nadie. Hacer orgías con personas y animales de cualquier edad. Y, tutelada/secuestrada en «centros de menores», ser violada o prostituida. O prostituirse voluntariamente, a cambio de unos porros. O unas bambas…

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…Y todo tan pichi. Promoviéndose más bien. En fin.

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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