23/11/2024 14:14
Getting your Trinity Audio player ready...

Vuelven los últimos sondeos a demostrar que, aunque no lo quiera decir nadie por aquello de que «el cliente siempre tiene la razón», el verdadero mal de las democracias son los pueblos. Hay cientos de ejemplos que demuestran que esto es verdad, y no es ocioso comenzar ese listado con la condena a muerte de Jesús de Nazaret, Dios hecho hombre, condenado por una turba de discapacitados mentales, delincuentes o malvados que representaban muy fielmente a la sociedad.

La democracia está montada (como recordaba muy oportunamente Juan Manuel de Prada en otra de sus impagables columnas de ABC) sobre la falsa creencia de que las mayorías determinan la verdad de lo que las cosas son. Lo más tremendo es que las mayorías se lo creen, y piensan que cuando la mayoría de los ciudadanos vota a un partido político es porque ese partido tiene más razón que el resto, está más capacitado para gobernar, o va a poder sacar adelante, con más acierto, a su nación. Craso y burdo error.

El último sondeo de El Español (uno de tantos periódicos digitales enfrentados con la verdad, precisamente para poder sostener las mentiras del consenso progre), dice que la mayoría de los españoles cree que Feijoo ganará las próximas elecciones generales, pero «si sólo compitieran los dos, prefiere a Sánchez: 57% a 42%«. Me imagino a mis lectores con la misma cara de interrogación que he puesto yo al ver esta «noticia». Suponiendo que a esta cosa, indefinible, la pudiésemos llamar noticia.

 
Dando por bueno el resultado de dicho sondeo (que es mucho dar por bueno), resulta realmente espeluznante comprobar que la mayoría de los españoles sigue prefiriendo que Pedro Sánchez siga en el poder. Y no lo decimos, obviamente, porque Núñez Feijoo nos parezca una alternativa demasiado halagüeña; ya hemos dejado claro lo que nos parece el actual mandatario del PP. Pero la aceptación mayoritaria del actual inquilino de La Moncloa es la «prueba del 9» de que el pueblo español está gravemente enfermo.
 
En realidad, lleva enfermo varias décadas. Porque, desde 1975, la mayoría de los españoles no ha hecho otra cosa que equivocarse, unas veces más y otras menos, pero cagándola siempre. Sin embargo, en Sánchez se dan unas características inéditas hasta ahora en un presidente del Gobierno: es un obseso de las profanaciones de tumbas, es un narcisista redomado, cursi como un repollo con un lazo rosa, y por si fuese poco, evidencia un pasotismo, una desgana y una irresponsabilidad que ponen los pelos de punta.
 
Que este presidente ilegítimo, que engañó a sus propios votantes con tal de encaramarse al poder, siga teniendo el beneplácito de la mayoría, es realmente significativo. Demuestra que, en el fondo, da igual cuál sea el candidato que un partido presente a unas elecciones, porque finalmente hay cientos de miles de ciudadanos que votan «contra el otro» (en este caso, «contra el fascismo, el franquismo y el nazismo»), sin que se planteen la verdadera conveniencia de apoyar a ese candidato (en este caso, Pedro I El Profanador).
 
Dicho de otro modo: la mayoría, hoy, volvería a condenar a muerte a Jesús de Nazaret, y salvaría a Barrabás. Porque, en el fondo, lo que la mayoría democrática no quiere reconocer es que se pirra por que le manden los malos.

Autor

Rafael Nieto
Rafael Nieto


Nació en Madrid en 1975. Es Doctor en Periodismo por la Universidad San Pablo CEU. Ha dedicado casi toda su vida profesional a la radio, primero en Radio España y desde 2001 en Radio Inter, donde dirige y presenta distintos programas e informativos, entre ellos "Micrófono Abierto", los Domingos a las 8,30 horas. Ha dirigido la versión digital del Diario Ya y es columnista habitual de ÑTV en Internet. Ha publicado los libros "España no se vota" y "Defender la Verdad", "Sin miedo a nada ni a nadie", "Autopsia al periodismo". Esta casado y tiene un hijo.