08/05/2024 20:02
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José Manuel Bou. Nacido en Valencia, España, donde reside, el 2 de junio de 1977. Ha publicado artículos en La Emboscadura, el Correo de España, con Ñ de España, Razón española, Nihil Obstat, diario Valencia Hui, el palleter.com, revista Ilión, blog de Valentia Forum, entre otros medios. Autor de los libros: “Asociacionismo en la UVEG. Una mirada crítica.” “Crisis y Estafa”, “El sueño de España” y “La obsesión con Franco. Cómo defenderse de las leyes de memoria”. Ganador del V premio Pascual Tamburri de ensayo corto por “La memoria democrática, nueva Leyenda Negra”.

Licenciado en derecho, ha trabajado de profesor de derecho en academias de preparación de oposiciones, de técnico de gestión del SERVEF y de personal de administración y servicios en la Universidad de Valencia. Representante de la asociación de estudiantes Renovación Universitaria, miembro de la junta directiva de la Federacio Coordinadora de Entitats Culturals Valencianistes, del Cosell Foral de Coalición Valenciana y miembro fundador de la asociación Valentia Forum.

En esta ocasión analiza su libro La obsesión con Franco (SND).

¿Por qué un libro sobre la obsesión con Franco?

Antes que nada, saludarle a usted y a todos los lectores y agradecerle la entrevista. Me permitirá contarle una anécdota: En 2018, compareció en una Junta Municipal de distrito en Valencia el concejal responsable de la Empresa Municipal de Transportes, Giuseppe Grezzi, de Compromis, formación nacionalista de izquierdas, ante las quejas de unos jubilados por los cambios en el servicio de autobuses de la ciudad. Después de tratar de justificarse con otros argumentos, sin éxito, el concejal terminó espetando a la concurrencia: “¿Qué queréis, que vuelva Franco?”

Otra anécdota menos graciosa y más dramática tiene que ver con el llamativo titular de la Sexta al día siguiente del ataque islamista del 25 de enero de 2023, en Algeciras, en el que murió un sacristán y hubo varios heridos: “Crímenes franquistas en nombre de Dios: así mataba la dictadura justificándose con la religión cristiana.”

Como ve, el antifranquismo igual sirve para justificar el mal servicio de autobuses de Valencia en pleno siglo XXI que para blanquear al terrorismo islamista. Por eso es necesario un libro sobre la obsesión con Franco, porque no es solo un tema histórico, es algo que se cuela en nuestra vida, que afecta al presente y condiciona el futuro.

Es más, es una especie de manual para defenderse de las inicuas leyes de memoria democrática. ¿Por qué es necesario tener armas para defendernos?

Porque es muy fácil ceder ante argumentos falsarios, pero que se repiten con insistencia. La frase atribuida a Goebbels de que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad se demuestra a sí misma, porque en realidad fue pronunciada por Lenin. Y si, a fuerza de insistir en los medios de comunicación, las instituciones educativas y la industria cultural, pueden llegar a convencernos o, al menos, desmovilizarnos a hombres hechos y derechos de edad avanzada y convicciones firmes, imagine lo que podrán hacer con los jóvenes.

¿Considera que hay un hartazgo en muchos españoles por la demonización de quien hizo tanto bien por España?

Sin duda, el problema es que también existe un hartazgo en muchos sectores en todo lo que se refiera a un debate histórico, especialmente si tiene relación con la Guerra Civil y todo lo que trajo consigo, porque parece que es una discusión que nunca termina. El problema es que si la gente responsable y bienintencionada se inhibe del debate histórico este lo protagonizarán en exclusiva quienes pretenden falsearlo y utilizarlo para sus fines egoístas. No podemos permitir que la izquierda tenga el monopolio de la redacción de la historia con la complicidad de la derecha liberal, porque eso es una garantía de falsificación y manipulación. Si no escribimos nosotros nuestra historia nos la escribirá el enemigo.

¿Cuáles son las principales armas para defenderse de las leyes de memoria?

Con cierto sentido del humor le diría que sobre todo este libro. Ya hablando en serio, por supuesto, la lectura de las obras de historiadores veraces o, ante la duda, de historiadores de todas las tendencias para sacar cada uno sus propias conclusiones, es un arma poderosa. El problema es que mucha gente joven no tiene tiempo ni probablemente ganas de bucear en biografías de Franco, monografías de la Guerra Civil o estudios sobre el franquismo de cientos o incluso miles de páginas. En ese sentido, este libro puede ayudar a los padres que vean como su hijo llega un día a casa diciendo que en el colegio (o en el instituto o en la universidad o en un telediario o en una película) le han contado que Franco comía niños crudos y quiera explicarle la realidad con un texto práctico, de poco más de doscientas páginas, pero que responde a todos los infundios habituales de las leyes de memoria y explica los motivos últimos de la falsificación.

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Por lo demás, también el sentido común, escuchar a nuestros mayores, mientras todavía los tengamos con nosotros y el valor para tener sentido crítico y oponerse a las ideologías hegemónicas son armas imprescindibles. No hay que tener miedo a decir y defender la verdad, pese a las amenazas de las leyes de memoria y a la marginación social. La verdad nunca es enemiga de una causa noble.

¿Por qué el antifranquismo es mucho más fuerte ahora que en vida de Franco?

Porque en vida de Franco la falsificación antifranquista era un arma propagandística burda, mientras que ahora es más sinuosa y, por lo tanto, mucho más eficaz. En vida de Franco se podía comprobar in situ que los lugares comunes del antifranquismo eran básicamente mentiras. Cuanto más lejana sea la memoria real del franquismo más fácil será sustituirla por una memoria impostada y extemporánea, una memoria inventada.

También ahora esa falsificación antifranquista responde a objetivos que van mucho más allá de la vida de Franco relacionados con la sumisión de España a intereses extranjeros, la criminalización de los disidentes con la agenda globalista, excusar los fracasos del Régimen del 78 o a la izquierda por haber abandonado a los trabajadores y otros fenómenos que explico con profundidad en el libro.

¿Por qué muchos españoles, especialmente de izquierdas, están tan obsesionados con Franco?

En realidad, no son tanto los españoles de a pie como sus clases dirigentes, tanto políticas, como económicas, como mediáticas, como intelectuales o pseudointelectuales. Ocurre un poco igual que cuando la leyenda negra empezó a entrar en España en el siglo XIX y, especialmente, con el desastre del 98. Si la culpa de aquella derrota era de don Pelayo, del Cid y de Isabel la Católica no era de las clases dirigentes de aquellos momentos. El que el problema de España fuera histórico les exculpaba a ellos. De igual modo, ahora echarle la culpa de todo a Franco excusa a nuestras clases dirigentes en sus evidentes fracasos.

¿Por qué el antifranquismo es el gran pecado original del régimen del 78?

Porque la democracia fue una evolución legal del franquismo. Esto no impide que, como amenazaba Alfonso Guerra, tras unos años del nuevo sistema a España no la reconociera ni la madre que la parió. Lo que sí es cierto es que nuestro régimen actual trae causa jurídica de reformas legales aplicadas al franquismo. Querer presentarlo como una evolución moral de la 2ª República, crea una disfunción irresoluble. El único resultado posible de esa contradicción es una crisis de legitimidad.

Deslegitimada quedaría entonces la monarquía, restaurada por Franco, la constitución, aprobada por unas cortes nacidas del suicidio de las cortes franquistas, el Partido Popular, evolución de la Alianza Popular fundada por 7 ministros de Franco, la histórica UCD, liderada por el secretario general del Movimiento franquista, Suarez, incluso la bandera de España, existente siglos antes del nacimiento de Franco, pero restaurada por este, a enseña oficial, después del uso de la bandera con franja morada durante la 2ª República.

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La satanización del franquismo produce, por tanto, dadas las circunstancias y peculiaridades de la historia reciente de España, la deslegitimación, a medio plazo, de la democracia española. Llevado a su extremo, representa también la deslegitimación de la propia unidad nacional, defendida por el régimen, de su bandera y de sus símbolos, por mucho que estos existieran mucho antes del franquismo, porque fueron rescatados por este, tras el paréntesis republicano. El antifranquismo resulta ser, por tanto, un auténtico cáncer disolvente para España y su democracia.

¿Por qué en la transición muchos franquistas consintieron que se fuese denigrando su figura?

En algunos casos por lealtad al Rey Juan Carlos, designado como sucesor por el mismo Franco, en otros por no quedarse fuera del nuevo sistema. La derrota del Eje en la Segunda Guerra Mundial y el Concilio Vaticano II dejaron al régimen de Franco sin otra justificación doctrinal que la meramente personalista, de modo que en virtud de la doctrina de la excepcionalidad histórica sus principios se liquidaron de un modo inmisericorde inmediatamente tras su muerte.

Además, la transición estuvo en gran medida dirigida desde fuera de nuestras fronteras, como demuestran algunos hechos, entre ellos la sospechosa proximidad de la embajada estadounidense al lugar en el que fue asesinado Carrero Blanco. Todo junto llevó a que el antifranquismo se erigiera como la ideología oficial del Régimen del 78 en lugar de la de la reconciliación.

¿Cuál es la razón última por la que buscan falsificar la historia e imponer esa falsificación por ley?

Eso es lo que trata de explicar este libro. Uno tiene que escribir los libros que le gustaría leer y todavía no están escritos. Existe una abundante literatura sobre este periodo de la historia, pero nadie se había parado a reflexionar sobre los motivos últimos de la falsificación. Se daba por sentado que era por mero revanchismo, por el rencor de quienes se identifican con los derrotados en el 39 y por ventajismo político, para dar una sobre legitimación electoralista a la izquierda y a los separatistas. Pero, aunque también es esto, hay mucho más.

La grotesca falsificación antifranquista se inserta en una tradición de destrucción de la historia de España que aparece en el siglo XVI con las primeras muestras de la leyenda negra y se utiliza para someter a España a intereses extranjeros y a las oligarquías financieras nacionales e internacionales. Es la ficción que sobre legitima a una clase política traidora y fracasada que ha vendido nuestra identidad, nuestras raíces y nuestro bienestar al mejor postor en una siniestra subasta en la que, lo que está en juego, no es ninguna batallita de abuelo cebolleta sobre un pasado más o menos olvidado, sino el futuro de nuestros hijos.

Autor

Javier Navascués
Javier Navascués
Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.

Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.

Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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Geppetto

La unidad nacional fue deslegitimada el dia en que se puso en practica la Constitucion de 78
Se ataca a Franco porque es el unico que dio de patadas en el culo al socialismo en sus diversas versiones, cosa que los guarros no perdonan

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