10/05/2024 00:54

Luis Losada

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En aplicación de la autonomía de la voluntad, propietario e inquilino pactaron una renta por el uso de un bien y la actualizació de dicha renta conforme al IPC. Pero ocurre que a mitad de partido el gobierno aprueba una ley que impide cumplir con esa voluntad pactada y limita la revalorización de la renta. ¿Dónde queda la seguridad jurídica?

El gobierno argumentará que se trata de proteger al débil en una relación contractual desigual. Señala también que es una decisión «excepcional» ante una situación excepcional. Bla, bla, bla.

Lo que está detrás de esta medida es una desconfianza en la voluntad de las partes y una confianza ciega en la capacidad pública de regular la convivencia. Y eso a pesar de que la realidad es tozuda y que cada vez que se interviene se estropea. Da igual. La ideología pesa más que la realidad.

Todos los ejemplos internacionales de países de nuestro entorno y comparables como Alemania ponen en evidencia la realidad de que regular el mercado de alquiler no ayuda al inquilino a acceder de manera más fácil y barata a la vivienda sino que genera bolsas de fraude, mercado negro y retirada de producto del mercado.

Pero es que tenemos el ejemplo en casa y cercano en el tiempo. El gobierno decidió topar la revalorización de los alquileres por la pandemia. ¿Y qué ocurrió? Que los alquileres se dispararon incluso por encima del IPC. ¿Conclusión? Si quieres facilitar el acceso a la vivienda la evidencia te enseña que la regulación no es el camino eficaz.

¿Cuál es el camino adecuado? La seguridad jurídica. Garantiza los derechos del propietario y se verá incentivado a sacar su producto al mercado. Y si las viviendas vacías salieran al mercado, el precio bajaría por la sencilla ley de la oferta y la demanda. ¿Verdad que era fácil? Pues nada. Seguimos protegiendo al inquiokupa con la excusa de proteger al vulnerable. Seguimos condenando al propietario que cierra el agua y la luz del okupa por supuesto delito de coacciones…

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Sin derecho de propiedad no hay progreso posible. El buenismo está muy bien cuando se practica sobre los derechos de otros. Proteger al vulnerable es estupendo. Pero no se entiende por qué razón lo debe de hacer el pequeño propietario que se esforzó para comprarse una vivienda que complementara sus rentas.

Si al buenismo le sumamos esos axiomas ideológicos como que la okupación no existe y tenemos el ‘combo’ perfecto del desastre. Y si la ‘solución’ es más intervención, mejoramos la perfección del caos. ¿Cuándo aprenderán que gobernar sobre la realidad es más fácil y eficaz?

El anzuelo del pescador

  • Sánchez pide perdón. El presidente pide perdón a las víctimas por los «efectos indeseados» de la ley de sólo sí es sí. ¿Y ya está?, ¿no piensa dimitir nadie?, ¿pelillos a la mar?

  • Iglesias mendiga «unidad». Denuncia «ninguneos» pero reclama unidad. Es decir, siquiera la «caseta del perro» antes de quedarse fuera. ¡Quien le ha visto y quién le ve! La ‘fashionaria’ pisa fuerte

  • Doñana. El PSOE lleva décadas autorizando riegos en Doñana pero se rasga las vestiduras ahora que los autoriza PP y Vox. Su escándalo verde -con prolongación en Bruselas- no es nada creíble.

Autor

Luis Losada Pescador
Luis Losada Pescador
Luis Losada es economista de formación y periodista de vocación. Fue director del Telediario de Intereconomía y subdirector de la Gaceta. Actualmente dirige su agencia de comunicación y es editor de campañas de CitizenGO en América Latina. Se define como hijo de Dios, amante de la libertad y escéptico del poder.
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Hakenkreuz

Precisamente porque saben todo eso, destruyen el derecho de propiedad y generan inseguridad jurídica total. ¿Por qué habrían de dejar que el precio de las viviendas fluctuase libremente en los mercados inmobiliarios si eso no les daría votos frente a regalar casas ajenas con okupación impune o «viviendas sociales» para los votantes?

Lo que hay que comprender ya de una vez es que la política es el mal, sea del signo que sea. No persigue el «bien común», sino el bien de los políticos y los a ellos prostituidos.

No hay un problema de vivienda en España. Hay millones de viviendas vacías y baratísimas de norte a sur y de este a oeste, lo que ocurre es que la inmensa mayoría quiere vivir en Madrid, Barcelona y en grandes ciudades, no en provincias cada vez más deshabitadas y con población cada vez más envejecida, pero donde incluso hay mucho más espacio, naturaleza y aire limpio. Además, ahora se puede teletrabajar.

Y esa mayoría no solo quieren vivir en grandes ciudades, sino que muchos aspiran a «casa gratis», que en eso consiste la «okupación», en el Paseo de la Castellana o inmediaciones y pagada por los poderes públicos, es decir, con impuestos robados a los pobres, porque el okupa ni siquiera figura en listados como los asnef y de morosos, lo cual sería imprescindible para garantizar la seguridad jurídica de la que el autor del texto señala, haciendo pagar al okupa su crimen contra tanta gente honrada y haciéndoselo pensar muy bien antes de okupar al que todavía no ha entrado en este delincuencial y criminal negocio.

Y se creen con el derecho de invadir violentamente inmuebles, llenarlos de mierda, droga, delincuencia, inseguridad, ruidos a todas horas, mafias y malestar para todo el vecindario hasta que les logran expulsar tras años y dejando tras de sí un rastro de destrucción o tierra quemada que al propietario nadie le restituye cuando por fin recupera su inmueble. Porque el okupa tiene solo derechos, y los demás ni a vivir tranquilos. Y la impunidad es total, porque quizá así, los fondos buitre consigan que muchos vecinos, hartos con la compañía indeseable, les vendan mucho más baratos los devaluados inmuebles aledaños a los okupados, por la imposibilidad de convivencia con esos delincuentes de casas. Y los fondos buitre mandan mucho en los políticos, como por ejemplo en la esposa de cierto ex presidente liberal conservador. La okupación es ideal para los fondos buitre como la recalificación de terrenos es la macro-corrupción secular en España que ha apelotonado del modo más insensato a la población en escasas ciudades unos encima de otros, como en colmenas, con un diseño urbanístico propio de corruptos caciques del suelo.

Desde luego que hay seguridad jurídica en la España de hoy, seguridad jurídica plena de que el okupa no puede ser desahuciado, ni privado de luz y agua, ni molestado, ni acosado, bajo encarcelamiento del propietario si pretende recuperar su inmueble con la misma fuerza con la que se le privó del mismo. Es la seguridad jurídica más completa del mundo en favor del delincuente bolchevique okupa y narco asesino, que no se le ocurrirá okupar un pueblo de la provincia de Zamora o de Teruel prácticamente deshabitado, no. Ni tampoco se le ocurrirá a tribunal alguno mandarles a ocupar un lugar de esos como Auschwitz, no. Eso por supuesto que no. Para okupar suelen tener un gusto muy pero que muy refinado, como el ladrón de joyas que descarta las baratijas. No se conforma con cualquier cosa. Eso sí, no okupa el chalet mansión más famoso de Galapagar, porque está bien custodiado por la guardia civil, ese no. Ese, ni verlo de lejos. Menudo privilegio para sus amos que los demás no tenemos ni en sueños. Privilegio propio de zares y zarinas. Privilegio real.

Hay seguridad jurídica para el inquilino moroso para siempre, convertido en «propietario» de facto hasta que pasen años para echarle, y, desde luego, sin incluirle en el asnef de viviendas e inmuebles que desgraciadamente no existe. Hay seguridad jurídica de que los jueces defienden al inquilino okupa. Hay seguridad jurídica para los narco pisos, para molestar a los vecinos incluso con amenazas, para delinquir, para hacer fiestas toda la noche sin dejar dormir al vecindario, para tirar la basura por cualquier lado, para agredir a la policía cuando llega el desahucio tan tardío, para no pagar ni un céntimo del daño hecho en tuberías, ventanas, puertas, sanitarios, suelos, paredes, techos, goteras, etc. Hay seguridad jurídica plena para llenar de vómitos, orines, excrementos, cristales y basura calles, portales, escaleras, zonas comunes, etc. Hay seguridad jurídica para degradar edificios, vecindades, calles y barrios enteros, para convertir zonas amplias de las ciudades en estercoleros infrahumanos, con protección animalista de ratas incluida. Aquí de gestapo y SS nada de nada, oigan. Lo que no hay es dinamiteros propietarios desesperados que no los hagan volar por los aires con un cabreo descomunal y desquiciado ante tanta injusticia. O propietarios escopeta de caza mayor en mano dispuestos a replicar las matanzas periódicas de USA sobre los delincuentes okupas en una cacería masiva en cuanto a piezas. Esto todavía no. Pero puede que a los primeros que se atrevan a hacerlo se les responda con una migración masiva de ratas okupa acojonadas como la que provocó el flautista del cuento. Así que, como esto siga así, no lo descartemos.

Surreal

No lo hacen por los votos. Soros viene dando pucherazos aquí desde 2004 y el del 23 de junio pasado ha sido descomunal Los de elecciones Transparentes tienen sobrada documentación que lo atestigua en sus sitios de Internet (Telegram, Twich, eleccionestransparentes.org,….). destruir la propiedad privada solo es una de las múltiples estrategias de dominio mundial que confiesan los Illuminati en los Protocolos de los sabios de Sión

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