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Coincidiendo con su aniversario histórico, Hostelería Madrid cumple 140 años, nace esta ruta llena de sabor matritense. Un singular recorrido gastro para festejar la vigencia de la asociación hostelera que aglutina a numerosos bares y restaurantes, no solo actuales, a lo largo y ancho de 21 distritos de la capital. Y que ha contado como madrina de ceremonia con la vicealcaldesa Begoña Villacis que invita, así, a todos a celebrar y apoyar a la hostelería capitolina.
Un acto que conto con la presencia también del presidente de la asociación de empresarios hosteleros, José Antonio Aparicio junto a otras personalidades del sector, para dar a conocer esta ruta, única, a través del sabor más castizo y moderno, donde se mezclan establecimientos clásicos y de vanguardia en pase, porque aquí caben todos los que quieran estar, que se extiende en el tiempo hasta el próximo 17de julio. Y en la que están inscritos más de 100 locales a través de sus tapas o platos más icónicos para hacer las delicias del público, como es el caso de la Taberna La Bola y su ya magistral cocido madrileño (dos turnos), con aroma que despierta el apetito, en tres vuelcos.
A través de esta iniciativa se pretende acercar al ciudadano y visitante la historia de algunos de los templos de comida más relevantes de la ciudad y, así, poder descubrir no solo su riqueza gastronómica sino también cultural a través de pequeños o grandes bocados. Y es que como señala la vicealcaldesa, “la Gastronomía siempre nos acompaña en los momentos felices de la vida. Celebremos que Madrid vuelve a ser Madrid. ¡Y vámonos de tapas¡”.
Los afamados callos y Manolinis (raviolis) de Manolo 1934, el crujiente cochinillo de Los Galayos, antigua Casa Rojo. Algo muy nuestro como una ración de bravas, las de Docamar o los regalitos de Toro del Anciano Rey de los Vinos. Y muchos más… KyCo., Sustair (en Las Tablas) y su sostenible green burger en pan de cristal, a pedir de boca, cuyas fechas de desarrollo pueden consultarse, todas, en la web, para no perder bocado di cardinale.
Si aún no tiene plan establecido, que lo dudo en una ciudad como esta, tomen nota y a pesar de las altas temperaturas que sufrimos, prepárense para zambullirse en una explosión de sabor, solo hay que dejarse llevar, el camino de solera ya lo deja escrito el saber hacer, durante años, de todos los que forman la sagrada hostelería de Madrid. ¡Felicidades!
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