18/12/2024 17:02

En 1994 al cumplirse diecinueve años de la muerte del que había sido nuestro Jefe del Estado, Francisco Franco, Antena 3 emitió un reportaje muy interesante. Se llamaba “Así murió Franco” y en el mismo, los médicos que atendieron al Caudillo en la fase final de su enfermedad hablaban, por primera vez, sobre los detalles de la lenta agonía de Franco.

Cuando yo vi el reportaje, me gustó tanto que lo grabé con los medios que había entonces; hoy no hace falta tenerlo grabado, basta acceder a YouTube para verlo. Se trata de un reportaje cuya visualización recomiendo vivamente, pues en él queda patente la categoría, tanto humana como profesional, de los médicos, así como el profundo amor a España y el espíritu de servicio de los que Franco hizo gala… hasta el final.

Sólo voy a relatar aquí una anécdota para ilustrar lo dicho anteriormente. Cuando los médicos recomiendan al Caudillo que no presida un Consejo de Ministros porque su vida corre peligro, Franco responde: “¿Qué importa que yo me muera? Lo importante es que tengo que cumplir con mis obligaciones”. Este testimonio fue recogido por el cardiólogo Isidoro Mínguez. Lo que vino después, ya lo sabemos todos: una cruel agonía y, luego el fallecimiento del Jefe del Estado.

Ahora, cuando se van a cumplir cincuenta años de la muerte de Franco, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado a bombo y platillo que se van a celebrar diversos actos en España para conmemorar precisamente eso, que va a hacer cinco décadas que el que había sido Caudillo de España nos dejó.

Hay que ser muy miserable moralmente, y Pedro Sánchez lo es, como para celebrar la muerte de cualquier persona, pero es que, en este caso, se trata de alguien que fue el Jefe del Estado y que, con sus luces y con sus sombras, como en cualquier obra humana que se precie, estuvo al frente de la nación durante casi cuarenta años, dándose la circunstancia de que siendo un anciano de casi ochenta y tres años, enfermo de párkinson y con un infarto de miocardio, seguía pensando en el cumplimiento de su deber, aunque corriera peligro su vida porque para él España estaba por encima de todo.

Cuando yo comparo la actitud de este hombre, Franco, con la de los políticos actuales, sean del signo que sean, que sólo piensan en lucrarse con su oficio, hasta el punto de haber convertido la política española en un lodazal, me da una pena muy grande, pues me duele España porque es mi patria. Hoy nadie reivindica a Francisco Franco, ni unos ni otros. Yo sí lo hago, siempre que puedo, sin pasión, porque no es necesario, pero sí con sinceridad. Estoy agradecido a un régimen político que les ayudó a mis padres a hacerse una casa, que es en la que yo vivo ahora; un régimen que me ayudó a mí en mis estudios, con sus becas; y un régimen que nos dio la Seguridad Social, un poco tarde, es verdad, pero que fue algo que en mi familia supuso una gran alegría, pues hasta entonces mis pobres padres para tener asistencia sanitaria ellos, mi hermana y yo, tenían que pagar la “iguala” al médico del pueblo.

Para concluir, voy a contar una anécdota personal. Cuando yo terminé mis estudios de Magisterio no hice las oposiciones pues entonces existía lo que se llamaba el Acceso Directo, que consistía en que los mejores expedientes académicos de cada promoción, obtenían plaza de funcionarios en el Cuerpo de Maestros sin necesidad de opositar. Yo fui uno de ellos.

Lo primero que hicieron los socialistas al llegar al poder fue quitar el Acceso Directo porque a ellos no les interesa la excelencia, sino la mediocridad, porque saben (en esto son unos maestros) que cuanto más analfabeta sea la gente, más manipulable es. La jugada les ha salido perfecta y, para comprobarlo, sólo hay que darse una vuelta por las calles.

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Por eso Pedro Sánchez ha tenido la falta de respeto de decir que va a celebrar que hace cincuenta años que murió un hombre que gobernó la nación, como él, pero que, a diferencia suya, hasta justo antes de morir estaba pensando en el bien de España. Pedro Sánchez, sin embargo, y siguiendo con el tema de la muerte, lo que hace es dejar que sean los españoles los que se mueran, por covid, por una dana, o por lo que se tercie en cada momento. Sabe, porque lo sabe, que nadie le va a hacer frente en su despropósito y en su desvergüenza.

Él y los suyos han tenido el tiempo suficiente (cincuenta años, los mismos que hace que se murió Franco), como para preparar una sociedad inculta y alienada, que se lo traga todo. Para comprobarlo, sólo tienen que darse ustedes una vuelta por las calles.

Autor

Blas Ruiz Carmona
Blas Ruiz Carmona
Blas Ruiz Carmona es de Jaén. Maestro de Educación Primaria y licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación. Tras haber ejercido la docencia durante casi cuarenta años, en diferentes niveles educativos, actualmente está jubilado. Es aficionado a la investigación histórica. Ha ejercido también el periodismo (sobre todo, el de opinión) en diversos medios.
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Miguel Sánchez Asenjo

Buenos días compañero articulista Don Blas Ruiz Carmona:
 
Sobre el presente artículo, te comento lo siguiente:
 
1º).- La foto de portada me parece de un mal gusto absoluto, totalmente inadecuado, viendo como un canalla criminal besa a su Excelencia Don Francisco Franco. Da la sensación de ver a un tirano riéndose besando a un pelele. Máxime tratándose de una persona como tú, que es simpatizante de El Caudillo.
 
2º) – Sobre el título, me chirria un poco lo de poner muerto, en lugar de fallecido, que no es lo mismo, pues es más educado de cara al finado que se trata.
 
3º).- Respecto al texto, me parece muy acertado, aunque me duela la foto de portada.
 
4º).- Dices que:
 
“…se trata de alguien que fue el Jefe del Estado y que, con sus luces y con sus sombras, como en cualquier obra humana que se precie, estuvo al frente de la nación durante casi cuarenta años,..”

a).- con sus luces y con sus sombras; Creo que en la excelsa figura de El Caudillo, todo fueron luces y si acaso la sombra, la triste sombra que cometió en toda su vida, fue el nombramiento a título de rey, del mayor canalla de la maldita Dinastía gabacha.

b).-  durante casi cuarenta años; Exactamente 36 (1939-1975). Y en solo esos pocos años convirtió a España en una total ruina de analfabetos, en la 8ª Potencia mundial

5º).- Me alegro mucho que hables bien de la excelsa figura del Generalísimo, porque al hacerlo, no inventas nada, sino que dices la pura verdad.

6º).- Ahora bien, comparar el buen hacer de un buen católico, buena persona, magnífico militar y estadista, con la maldad de un tirano, comunista, ateo, criminal y despreciable SánchETA, ni se tenía que nombrar esa enorme distancia, entre ellos, pues de todos los mortales normales es bien conocida

Por último, gracias por tu cariño hacia tan excelsa figura, pero mezclar churras con merinas, no creo que venga a cuento.

Recibe un cordial saludo,

Miguel Sánchez

Caballero Legionario

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