15/05/2024 14:29

El cartel de la Semana Santa de Sevilla de este año, si es que a “eso” se le puede llamar cartel, es un atentado contra la ética, contra la estética, contra el buen gusto, contra la decencia, contra la educación, contra los usos y costumbres, contra la tradición, contra la historia, contra Sevilla, contra Andalucía, contra España, contra Europa, contra la civilización occidental, contra la Semana Santa, contra la Iglesia, contra la fe católica y contra Dios.

No me explico cómo el Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla, ha consentido que se la metan “doblada”, literalmente. Una Semana Santa, la de Sevilla, que se considera, porque sí, faro y guía de las otras Semanas Santas que por aquí son, pues, como de todos es sabido, el modelo semanasantero de la capital hispalense, ha sido exportado a otras ciudades de España, y bien que lo estoy sufriendo esto yo en mis propias carnes, pues aquí en Jaén, mi tierra, nuestra Semana Santa se ha “sevillanizado” de tal modo, que este servidor de ustedes, cofrade viejo (porque soy las dos cosas, es decir, que además pertenecer a una cofradía, tengo muchos años), está ya hasta las mismísimas narices de palios, bambalinas, varales, “levantás”, “revirás”, “chicotás”, capataces, contraguías, fiscales de tramo y la madre que los parió a todos.

Ya puestos a copiar, estoy temblando, pues lo mismo la Agrupación de Cofradías de mi tierra de mi alma, el año próximo le encarga el cartel de nuestra Semana Santa al ¿artista? que ha perpetrado lo de Sevilla este año, un ¿artista? de cuyo nombre, por cierto, no quiero acordarme, y el buen señor nos presenta aquí, en Jaén, a modo de cartel, una llave inglesa colgada en un crucifijo, y en la presentación del cartel puede decirnos, perfectamente, que la llave es un símil de Jesús, pues así como las llaves sirven para abrir muchas cosas, también Cristo nos abre las puertas del Cielo, y que si en este caso la llave que ha puesto en el cartel no es de las normales, sino inglesa, es por eso del bilingüismo, que ahora está muy de moda en los colegios. Y nos lo tenemos que tragar, como en Sevilla se han tragado lo suyo, que tiene tela, la cosa.

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En tal caso, espero, al menos, que por aquí en mi tierra se aseguren bien de la correcta ejecución del cartel, pues según me cuenta un amigo mío cofrade de Sevilla (del Cachorro, para más señas), el de la capital hispalense ha salido un poco grasiento, y tiene problemas para fijarse en casi todas las superficies, ya sean de madera, de cristal o paredes con pintura al gotelé, da lo mismo, se escurre en todas; según mi amigo, ello puede deberse al tipo de papel elegido para la impresión, o, también puede ser, a algún otro problema de tipo técnico que él desconoce, y yo, como es obvio, también, porque no soy de Sevilla.

Y lo que a mí más me duele de todo esto, hasta herirme el alma, es que “eso” que aparece en el ¿cartel? de la Semana Santa de Sevilla, está tapado, en su parte inferior, con el paño de pureza de mi Cachorro. Es decir, que lo único que a mí me gustaba de la Semana Santa de Sevilla, que era mi Cachorro, me lo han secuestrado. Y ahora, ¿a quién le voy a rezar yo?

Autor

Blas Ruiz Carmona
Blas Ruiz Carmona
Blas Ruiz Carmona es de Jaén. Maestro de Educación Primaria y licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación. Tras haber ejercido la docencia durante casi cuarenta años, en diferentes niveles educativos, actualmente está jubilado. Es aficionado a la investigación histórica. Ha ejercido también el periodismo (sobre todo, el de opinión) en diversos medios.
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