09/11/2024 02:29
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Marcos López Herrador. Nacido en Úbeda, es Licenciado en Derecho por la Universidad de Granada, estudios que simultaneó con los de Graduado Social; es diplomado por el CUNEF (Madrid) en estudios financieros y empresariales, y diplomado en Marketing Financiero por la Universidad de Alcalá de Henares. Es además Agente de la Propiedad Inmobiliaria, Administrador de Fincas y Agente y Corredor de Seguros. Ha desarrollado toda su actividad profesional en el mundo de la Banca en la que ha sido directivo durante treinta y cinco años, y profesor. Fue Vocal de la Asociación de Estudios Melillenses, y Vicepresidente de la Cámara de Comercio Industria y Navegación de Motril (Granada). Es miembro de la Asociación de Escritores con la Historia.

Apasionado por la Historia, especialmente la de Roma antigua, ha publicado treinta libros, la mayor parte de ellos de divulgación histórica. En los últimos tres años ha publicado los siguientes: las novelas históricas “ROMA ETERNA (La Caída de Roma I)”, “JAQUE AL IMPERIO (La Caída de Roma II), y “EL FINAL DE LOS DÍAS (La Caída de Roma III)”, con la que culmina la trilogía editada por Sekotia de Almuzara Libros; además del ensayo “LA CAÍDA DE ROMA, LA ERA GERMANA”, editado por EAS. Es autor de ensayos como «IMPERIO ESPAÑOL SIN COMPLEJOS», “HISTORIA DE LAS IDEAS CONTEMPORÁNEAS”, “LOS PODEROSOS, LA REBELIÓN DE LAS ÉLITES MUNDIALES”. Presenta ahora HISTORIA DE LA BANCA Y EL DINERO, de Editorial Almuzara. Además de ocho poemarios y otros libros sobre diversas materias. Es colaborador regular en diversas publicaciones periódicas y participa en recitales poéticos.

¿Por qué decidió escribir un libro sobre la historia de la banca y el dinero?

Mi vida profesional se ha desarrollado como directivo de banca, me apasiona la Historia y, como escritor, mi vocación es la de divulgar, explicando asuntos y temas que en principio son extremadamente complejos y en general bastante confusos. Convertir estos conceptos en algo fácil de entender, mediante explicaciones sencillas y asequibles al lector no especializado, resulta para mí el mayor de los éxitos. He disfrutado mucho leyendo todo lo que tiene relación con la historia de la banca, sobre todo, siempre me han parecido fascinantes sus orígenes, cuando esta actividad aparece en Caldea, como función propia de los dioses, pues se inicia en los antiguos templos, siendo sus sacerdotes los primeros banqueros.

Por otro lado, me ha costado años llegar a entender qué es realmente el dinero y cómo opera en la realidad. Resulta sorprendente que, incluso un número no desdeñable de especialistas, a pesar de ser capaces de definir lo que es, se pierdan en el momento en el que el dinero toma contacto con la economía real y su funcionamiento. De hecho, aún hay economistas que defienden el patrón oro. Créanme, no se han enterado de nada. No han sabido captar cuál es la esencia del dinero. Así que, mi pasión por la Historia, mi vocación como divulgador, mi profesión y un enorme interés por explicar de manera que cualquiera pueda entenderlo qué es el dinero, me han movido a escribir este libro.

¿En qué medida la banca y el dinero han ido moldeando el mundo en el que vivimos?

Nuestro mundo es el resultado de una evolución complejísima que el hombre ha experimentado a lo largo de su historia. Son muchos los elementos que han evolucionado y que han contribuido a que la civilización avance, pero la base de ese proceso, se encuentra sin duda alguna en la capacidad para satisfacer nuestras necesidades, porque, en la medida en la que hemos sido cada vez más eficientes, hemos podido disponer de los medios que nos dotan de la capacidad para avanzar en toda una serie de áreas del conocimiento, de la técnica, de la cultura y el arte, que, a su vez han contribuido al progreso general. Pero, sin la Economía nada de eso habría sido posible, y la banca y el dinero son las columnas que sostienen toda la estructura.

¿Por qué su historia es fundamental para comprender nuestro presente y augurar nuestro futuro?

Como ya he dicho, ambos conceptos se encuentran en la base que sostiene todo el sistema. Por otra parte, no debemos olvidar que quien domina la economía tiene el poder, y ser conscientes de esto es fundamental como paso previo, si queremos alcanzar a comprender cuanto ocurre y por qué. Tener de ello una perspectiva histórica resulta fundamental, porque clarifica mucho la propia historia dando sentido a lo que ocurre y haciendo comprensible como hemos llegado a nuestra situación actual. Conocer la Historia es fundamental para entender lo que somos, y, desde ese punto, tener una perspectiva razonable de hacia dónde podemos ir.

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¿En qué momento de la historia aparece el dinero?

Bien, esta pregunta, que no puede aparentar ser más inocente, pone, sin embargo, el dedo en la llaga, porque afecta al propio concepto de lo que es el dinero y de cuál es su esencia real. Para responder correctamente habría que preguntarse sobre lo que cree, quien pregunta, qué es el dinero, porque la respuesta va a depender de si lo que se quiere saber es cuándo aparece su representación material, sea en forma de metal o cualquier otra representación tangible, o se pregunta de cuando aparece el dinero como tal, sea cual sea su representación material.

Para entender bien de lo que hablamos, tenemos que situarnos en el momento en el que el intercambio de bienes se realizaba mediante trueque, es decir, se cambiaban unos bienes por otros, cuidando de que tuviesen un valor equivalente. Pero no siempre lo que sobraba a unos era lo que necesitaban aquellos con los que se pretendía hacer un intercambio, por lo que, para facilitar las transacciones acabaron por aparecer bienes a los que podemos llamar “comodín”. Uno de los primeros bienes de esa clase fueron las cabezas de ganado, porque para todos tenían valor, se podían intercambiar fácilmente por otros productos, se transportaban sin problemas, porque se movían sobre sus extremidades, eran en sí mismos un depósito de valor que todos reconocían y se convertían en unidad de cuenta, porque los bienes importantes se podían referenciar en cabezas de ganado. De modo que, todo aquello que tuviese la característica de estar generalmente aceptado para ser utilizado en los intercambios comerciales, ser depósito de valor, es decir, conservar el valor por el que se había adquirido, y además funcionar como unidad de cuenta, era utilizado como dinero. No olvidemos que es dinero lo que hace la función de dinero. Al ganado en latín se le denomina “pecus”, de donde viene pecunio, y se contaba por cabeza, “caput” en latín, de donde viene la palabra capital.

El uso del ganado tiene el inconveniente de que es poco fraccionable, por lo que pronto se impuso la utilización de metales preciosos en los intercambios comerciales.

Para abreviar, las primeras monedas acuñadas, como valor garantizado por el rey que acuña, aparecen alrededor del siglo VII a. C. de forma casi simultánea en China, India y en Lidia. Roma empieza a acuñar moneda en el 264 a. C., estableciendo su primera ceca en el templo de Jano Moneta, de donde viene el nombre de moneda, y siendo la moneda de referencia el denario, que da nombre al dinero.

Ahora bien, no debemos confundir la representación material del dinero con lo que es esencialmente el dinero. Éste no es otra cosa que crédito. El dinero nace cuando en un trueque una de las partes no puede entregar inmediatamente lo que la otra desea, pero puede hacerlo más adelante. Toma el bien adquirido y se compromete a entregar el suyo en un plazo. El que entrega el bien materialmente, se fía, tiene fe (fiducia) de que quien ahora debe entregar el bien comprometido cumplirá en el plazo de tiempo fijado, es decir, cree (crédito) que así ocurrirá. Es muy posible que, para garantizar el cumplimiento, el que queda deudor entregue al que espera que se le pague una pepita de oro, que, caso de impago actuará como unidad de cuenta, depósito de valor y valor generalmente aceptado. Aparece el dinero y queda materializado.

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El dinero verdaderamente es la medida del derecho de cobro del acreedor y la pepita de oro la representación material de ese derecho de cobro. Y llegado a este punto no me queda otra opción que invitar al amable lector a leer el libro, porque me temo que no va a ser posible reproducirlo en esta entrevista.

¿Se podría decir que la Italia renacentista es la cuna de la banca moderna?

Sin duda ninguna. Durante la Edad Media, el comercio se realizaba en los mercados de las distintas ciudades a los que acudían todo tipo de comerciantes, también los banqueros. El transporte de dinero en metálico era terriblemente peligroso por la inseguridad de los caminos y el riesgo cierto de resultar asaltado por todo tipo de bandidos. Los banqueros tuvieron un papel fundamental en solucionar este problema y muchos otros derivados del tráfico mercantil al documentar los derechos de cobro y pago generados en esos mercados locales, de tal forma que el mercader ya no transportaba dinero metálico sino documentos que no tenían ninguna utilidad para los bandidos. Fue así como se generalizó el uso de los pagarés o las letras de cambio, así como los mismo recibos expedidos por los banqueros a sus depositantes, y otros instrumentos que facilitaron el tráfico comercial y el desarrollo de la banca moderna.

¿Por qué se puede afirmar que Estados Unidos tiene la hegemonía financiera en la actualidad?

De manera muy resumida, diré que efectivamente los Estados Unidos disfrutan de una hegemonía financiera mundial porque su moneda, el dólar, es la moneda utilizada en el comercio internacional como moneda de pago, además de haberse convertido en moneda reserva del resto de países y en moneda refugio en la mayoría de los casos. El sistema mundial necesita continuamente una mayor cantidad de dinero disponible para sus transacciones y Estados Unidos lo aporta en forma de dólares. Analizar este asunto y sus implicaciones nos llevaría otro libro.

¿Cuáles son los desafíos actuales de la economía global?

Sobrevivir al propio éxito de toda una serie de políticas desarrolladas desde planteamientos de un materialismo radical y una codicia sin límites, a través de la implantación del neoliberalismo en el mundo, el globalismo (que no la globalización), que está llevando a la desindustrialización de Occidente, a la suplantación de su población, al final del Estado del Bienestar, al empobrecimiento progresivo de su población, la pérdida de la identidad personal y comunitaria, mediante la imposición de la cultura Woke, la Agenda 2030, que pretenden conducirnos al Gran reseteo, mientras contemplamos cómo nuestra cultura se diluye en una dirección que parece haber pasado el punto de no retorno.

¿Hay riesgo de que desaparezca el dinero físico?

Los avances tecnológicos y el interés de las élites, que todo lo dominan, acabarán por imponerse y el dinero físico terminará por desaparecer.

Autor

Javier Navascués
Javier Navascués
Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.

Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.

Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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