23/11/2024 10:47

Prólogo

La tierra Jauja era un lugar donde todo era simulación y falsas promesas, fingimientos y engaños. Un lugar donde algunos Astutos prometían a todos Utopía: donde nunca, pero nunca nunca, se tendría que trabajar porque se viviría de las subvenciones. Claro que eso de no trabajar iba sólo para los Astutos. Todos los demás tendrían que partirse el espinazo trabajando de sol a sol, sin nunca obtener rendimientos suficientes para levantar la cerviz de la tierra. Y si los pobres engañados protestasen, ya se encargarían los Astutos de dirigir las culpabilidades hacia aquellos que más les conviniese en cada momento. Y por su puesto, los Astutos siempre dirían que solución a los problemas es “dinero y más dinero” para los agropecuarios. Aunque, en realidad, todo montante que cayese del Estado o d’Uropa se lo repartirían los Astutos.

Esta es exactamente la situación del sector agropecuario español. Y, al contrario que en la obra de Lope de Rueda, la cosa no acaba nada bien para los agropecuarios porque no aprenden la lección de haber creído en las fantasías que proclaman los Astutos.

Cuadro primero

Las Cámaras Agrarias comenzaron su andadura en 1890 y fueron reformadas en 1929. Pero bien podemos decir que las modernas Cámaras Agrarias comenzaron su andadura con nuestro invicto general -en 1947- fusionando las hermandades sindicales de labradores y ganaderos, las cajas rurales, las cooperativas y otras diversas organizaciones del sector. Así, las Cámaras recogieron todas las funciones relacionadas con el sector agropecuario dentro de la estructura de la organización vertical del invicto régimen del 18 de julio.

Los funcionarios de las cámaras trabajaban incluso a las 20h. De tal manera que el agricultor no tenía que perder todo un día de trabajo, y eso como mínimo, para ir a la Cámara ha realizar gestiones burocráticas. El Ministerio del ramo daba el dinero asignado directamente a las Cámaras y ellas hacían todas las gestiones propias de sus funciones. De tal modo, los agricultores y ganaderos realizaban los trámites gratis, sin pagar una peseta. Sí. Ha leído bien. A ver, repito: los agricultores y ganaderos realizaban los trámites gratis, sin pagar una peseta. Desde luego ¡qué malo era Franco!

Además las Cámaras compraban el gasóleo y los agricultores y ganaderos recibían el gasóleo gratis. Sí. Ha leído bien. A ver, repito: los agricultores y ganaderos recibían el gasóleo gratis. Desde luego ¡qué malo era Franco! Pero es que, además, si a los agricultores y ganaderos les sobraba gasóleo lo podían vender a los transportistas. Sí. Ha leído bien. A ver, repito: los agricultores y ganaderos podían vender gasóleo a los transportistas. Desde luego ¡qué malo era Franco!

Baste estos breves datos para no alargar este artículo.

Cuadro segundo

El soporte estatal -del malvado Régimen de Franco- iba directo al campo mediante unas Cámaras Agrarias que estaban para servir al agricultor y ganadero (y no chupar de él). Sobre este soporte estatal se levantaba la potencia del sector agropecuario español. Ello no significa que el sector agropecuario no tuviese problemas, pero para el sector supuso potencia realmente temida en toda la, entonces, Unión Económica Europea (CEE). Si España, algún día quería entran en la CEE, debería destruir su sector agropecuario. Y realmente así fue. Pero también ocurrió con otros sectores, como el industrial. España estaba entre las ocho potencias industriales del mundo (el 8G) y la segunda potencia pesquera (por detrás de Japón). Si España quería entrar en la CEE, todo su tejido productivo debería ser barrido. Y así fue. ¿Recuerdan las llamadas negociaciones políticas con la CEE sobre el sector agropecuario? Pues todos sabemos que de negociación nada: sumisión de los gobernantes españoles -muy democráticos- a las intenciones destructoras de la CEE. Y en aquel entonces ¿ dónde estaban los agricultores y ganaderos? Calladitos, frotándose las manos pensando en los milloncejos que vendrían d’Uropa. Pero lo mismo pasó con el sector pesquero. Y lo mismo ocurrió con el sector industrial en lo que esos políticos -muy democráticos- llamaron “reconversión industrial”. Y los sindicatos salieron a manifestarse y esos gobiernos regaron con milloncejos a los sindicatos y todos callaron.

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Pero la cosa no acaba aquí, más bien empieza aquí. Por lo menos en Cataluña, los sindicatos agrarios -copia de los sindicatos generalistas de carácter ideológico- protestaron contra el malvado franquismo. Ahí estuvieron sindicatos como Unió de Pagesos pero también JJAA y UFAD, creadas por UCD. ¿Y cuáles eran las reivindicaciones de estos sindicatos? Pues no era la defensa del sector agropecuario sino la destrucción de toda la red de protección del sector que levantó el régimen de Franco y que protegió al agricultor y ganadero durante cuarenta años, tal como he descrito líneas arriba. Destruyeron las Cámaras Agrarias Locales pero conservaron las Cámaras Agrarias Provinciales porque eran las que tenían patrimonio propio. Estos sindicatos ocuparon “al asalto” dichas Cámaras provinciales. Podemos imaginar qué pasó con aquel patrimonio. A partir de ese momento -1976 en adelante- todas las gestiones de los agricultores y ganaderos tendrían que pasar por los sindicatos y asociaciones agrarias y, además, ¡pagando! Y por supuesto, los horarios de atención pasaron a ser funcionariales, por lo tanto nada ir a las 20h ha hacer gestiones. Todos los beneficios y protecciones de que gozaba el sector agropecuario gracias al -malvado régimen franquista- fueron destruidos de raíz.

Veamos las primeras manifestaciones de estos Astutos. Desde 1977 se suceden las huelgas en el sector agropecuario dirigidas por los Astutos contra toda la red de protección agropecuaria que hasta entonces estaba vigente. Por ejemplo, entre 1978-1980, en Cataluña, la Unió de Pagesos iba de huelga en huelga bajo el lema “no volem viure de l’agricultura subvencionada”. ¡Toma geroma pastillas de goma, que son pa la tos que me entra al ver qué reclaman hoy!: “queremos más y más subvención”, “Pa los sindi, por su puesto”. Actualmente los sindicatos agrarios se nutren casi exclusivamente de las “subven”. Estos sindicatos como Unió de Pagesos, hacían sus huelgas contra el gasóleo subvencionado. Resultado, ahora los agricultores y ganaderos pagan el gasóleo a 180 el litro.

Algunas relaciones sindico-políticas: Unió de Pagesos, ligado a ERC y CUP, indepes. JARC, ligado a Junts (Convergencia) indepes. COAG, ligado a PSOE. ASAJA, ligado a PP. Con estos mimbres ¿van a defender los problemas reales del sector agropecuario? ¿Se manifiestan contra la Unión Europea y sus políticas contra la producción, que si el CO2, que si las vacas se tiran pedos y contaminan, o contra toda la agenda climática, Agenda 2030, contra la destrucción de las presas y la suelta de agua cuando desde los gobiernos dicen que hay sequía? Estos agricultores y ganaderos ¿se manifiestan y bloquean las sedes de las instituciones y de los partidos y sindicatos? ¿Tiran las heces y pichumbres en esas sedes? ¡No, qué va! Lo derraman todo por las calles ¿pa joe al ciudadano? ¿Acaso bloquean las viviendas de los políticos? No, que va! Pretenden bloquear los supermercados y que los ciudadanos no encontremos alimentos y ni siquiera podamos acceder al “super”. Y los políticos y sindicatos generalistas, callados, porque los Astutos se reparten las funciones: ahora les toca a esas asociaciones política-ideológicas agropecuarias, así que el resto de sindicatos y partidos callados y haciendo ver que van contra ellos.

Por poner algún ejemplo. Ahí tenemos a políticos como Joaquim Paladella participando de las “manifas tractoradas”. Este señor, alcalde de Batea, miembro principal de Unió de Pagesos y diputado del PSC en el Parlamento de Cataluña, prácticamente toda su vida en el “machito”. Es sólo un ejemplo, pero lo mismo se puede decir de otros muchos. Y ahí tenemos todos estos sindicatos de en Cataluña participando activamente en el golpe de Estado del 1 de Octubre de 2017 y muy activos con el pacto nacional por el referéndum indepe. ¿Acaso ya nadie recuerda las tractoradas de aquellas fechas y cómo bloqueaban las carreteras y calles y ondeaban sus trapos indepes? Pues lo mismo hacen ahora, con los mismos trapos.

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Y resulta que ahí van los Astutos y proponen una manifa tractorada para el 13 y 21 de febrero de 2024 ¿Estas manifas serán contra Uropa y su agenda destructora 2030? ¡No, qué va! PAC, PAC y más PAC, para los Astutos, gasóleo subvencionado para los Astutos -¡pero si os lo cargásteis vosotros!-, y por la protección ecológica y los ecoregímenes. Vamos, Agenda 2030, ¡sí, por favor, sí!

Todo lo señalado hasta aquí es sólo la punta del iceberg en que está inundado el sector agropecuario

¿Cuál es la solución? Vox, seguro, fijo que es Vox. Ah, lector. Vox tiene un discurso público contra la Agenda 2030. Cierto. Pero en la praxis política diaria están aliados con PP, que es Agenda 2030, globalismo, fórum económico del “no tendrás nada y serás feliz”. Agenda que PP aplica íntegramente y con mucho entusiasmo. Luego ¿de qué sirve votar a Vox?

Los Agricultores y ganaderos tienen muchos problemas y también justas reivindicaciones, pero todo esto de ahora es un show montado por los sindicatos agrarios que buscan dinero y más dinero, y fortalecerse. Muestran “músculo” ante los gobiernos central y autonómicos. Un ejemplo: el día 7 por la tarde estaba escuchando una emisora de radio catalana. La emisora cómo los tractores entraban en Barcelona. En la emisora se repetía una y otra vez que la principal reivindicación de los agricultores era acabar con la burocracia. Entrevistaban a algunos agricultores que insistían en que la burocracia los consumía. ¿El gran problema del campo es la burocracia? Seguidamente salían diciendo que Pere Aragonés (presidente de la Gene) había prometido que se iba a crear una ventanilla única. Y salían testimonios de agricultores diciendo que: “si no se hace volveremos”. es decir, que ya estaban dispuestos a volverse a casa ¡y ni siquiera se habían entrevistado con el presidente de la Gene! Y es que, resulta, que ese mismo día, por la mañana “pedrosanchez” ya estaba prometiendo millones y más millones. Eso sí, paralelamente pone 30 millones en fondos para Marruecos y 160.000 millones para el empoderamiento climático. Y esos mismos manifestantes -tractor en mano- diciendo: “sí, Bwana”.

Autor

Antonio R. Peña
Antonio R. Peña
Antonio Ramón Peña es católico y español. Además es doctor en Historia Moderna y Contemporánea y archivero. Colaborador en diversos medios de comunicación como Infocatolica, Infovaticana, Somatemps. Ha colaborado con la Real Academia de la Historia en el Diccionario Biográfico Español. A parte de sus artículos científicos y de opinión, algunos de sus libros publicados son De Roma a Gotia: los orígenes de España, De Austrias a Borbones, Japón a la luz de la evangelización. Actualmente trabaja como profesor de instituto.

 
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aliena

Muy buen artículo, en el que habla de lo que normalmente se oculta; pero debería usted ser más específico con fechas y nombres, pues si no habla de los años 80 y de Felipe González, más de uno, de ocho y de ochenta creerá que seguíamos siendo la octava potencia mundial hasta el momento en que Sánchez presentó su moción de censura, o que fue éste el responsable de la «reconversión industrial» ( eufemismo de «destrucción industrial ), y no.

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