21/11/2024 14:59

Es bien sabido que si algo caracteriza al socialismo es su afán por controlar la vida de los ciudadanos, regulando hasta el último detalle de su existencia y justificando dicho intervencionismo “por un buen propósito”. Aunque, como acredita la Historia, tal intromisión responda a una vocación totalitaria que también se manifiesta en la propensión a confundir el Partido con el Estado. Porque el socialismo es enemigo de la libertad y de la propiedad ajenas, y, por lo tanto, del individuo; y el Partido no concibe ciudadanos libres sino siervos obedientes y adictos por la vía de la dependencia o la intimidación.

Decía Solzhenitsin que el sistema socialista se asentaba en la mentira y la violencia: La violencia sólo puede cubrirse con la mentira, y la mentira sólo puede mantenerse con violencia 1. Como confirma el PSOE y su extenso historial golpista: 1909, 1917, 1934… hasta hoy.

Por lo tanto, no debería sorprendernos que el socialismo blanquee y despenalice los delitos de sus socios separatistas, ni que justifique sus pactos con ellos mediante la chusquísima fórmula de distinguir entre “terrorismo bueno” y “terrorismo malo”2.

Ahora bien, detrás de las siglas de ese Partido, manchadas hasta arriba de sangre y heces, se hallan las personas concretas que lo integran y ejecutan su política, y aquéllas que lo obedecen y respaldan. Personas que deben ser señaladas por su responsabilidad directa en los crímenes y delitos del PSOE y aquéllos que de una u otra forma los disculpan. Pues todos y cada uno somos responsables de nuestros actos, y las excusas, ya sea apelando a la vieja coartada de la “obediencia debida”, o a la siempre socorrida ignorancia, no eximen del cumplimiento de las leyes.

Porque algunos recordamos el delito de colaboración con banda armada del ministro del Interior Antonio Camacho bajo las órdenes del líder del Partido entonces, Alfredo Pérez Rubalcaba, para malograr una operación de la Guardia Civil contra ETA3; pero también las palabras de Etienne de la Boétie respecto a la servidumbre voluntaria de tantos: “el tirano no tiene más poder que el que los hombres le dan, sólo puede perjudicarles porque ellos lo aguantan y no podrá hacerles ningún mal si no prefiriesen sufrirle a contradecirle”4.

Por lo tanto, de la naturaleza criminal del PSOE hablan no sólo sus actos, sino, sobre todo, el personal que lo integra y lo aplaude. Y es que la “filosofía” que guía la selección de sus recursos humanos secunda la tesis estalinista de considerar a los delincuentes como “socialmente afines”. Desde los cargos más insignificantes, como por ejemplo, Luc André Diouf, de origen senegalés, condenado a año y medio de cárcel en 2008 por propinar una brutal paliza a otro ciudadano en Las Palmas; a los presidentes Gabriel Urralburu5, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, condenados por delitos continuados de cohecho, prevaricación y malversación de caudales públicos respectivamente. Además, no cabe olvidar a quienes, aunque nominalmente no pertenezcan al Partido, conforman su corte de palmeros y agitadores. Es decir, aquéllos que trabajan directa o indirectamente al servicio del PSOE, pisoteando a diario el código deontológico del periodismo y olvidando los principios morales más elementales.

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Por último, está esa masa aparentemente informe que en última instancia soporta con su número al Partido. Personas que justifican cualquier tropelía en nombre del “progreso”, la “libertad” o la “democracia”, aparcando la razón y ajustando la realidad a los dictados del Partido.

Por supuesto, del proceso de envilecimiento masivo producido por el socialismo en Occidente tampoco escapan quienes hoy dicen encabezar la oposición al socialismo, dando la razón a Friedrich Hayek cuando prevenía contra los socialistas de todos los partidos6, como bien ilustra el Partido Popular español y el europeo. El pasado 16 de enero, Ursula von der Leyen –perteneciente al Grupo Popular Europeo– pidió literalmente en Davos aunar esfuerzos “contra amenazas como el cambio climático y la desinformación”7, revelando una vez más la vocación liberticida y censora de la Comisión Europea. En sintonía, a su vez, con el socialismo estadounidense, que, en el mismo foro, por boca de la historiadora de la Ciencia Naomi Oreskes, mostraba así su oposición a Trump: “La gente común está recibiendo desinformación en redes sociales, parte de la cual procede de intereses privados, pero se amplifica, se vuelve a publicar y se reenvía […] creo que la comunidad empresarial tiene un papel que desempeñar […] Un problema que tenemos en los EEUU es que un pequeño sector –lo que yo llamaría agentes malos del sector privado–, y ya sabemos quiénes son, son los responsables de la gran mayoría de la desinformación”.

En los años 70 del siglo pasado, animado por el propósito de alejar la amenaza nuclear, Andréi Sájarov pretendía una “convergencia”8 del capitalismo y del régimen socialista soviético. Hoy vemos aquel deseo hecho realidad bajo la forma de un Globalismo que te anuncia que “no tendrás nada y serás feliz”, aunque previamente sea “necesario” un Ministerio de la Verdad9.

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La disyuntiva ante la que nos enfrentamos los europeos el próximo 9 de junio en las elecciones para el Parlamento Europeo y los estadounidenses en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre en los Estados Unidos es la misma: Pensamiento Único bajo la Agenda 2030… o Libertad.

1 “¡Rechacemos la mentira!”, 18 de febrero de 1974, en Alerta a Occidente, Ediciones Acervo, Barcelona, 1978, p. 45.

2 Félix Bolaños,  ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, el 24 de enero de 2024: “Dijimos que el terrorismo se quedaba fuera de la Ley de Amnistía y fuera se queda cuando supone violaciones graves de derechos humanos”.

3 El llamado “caso Faisán” se refiere al chivatazo dado el 4 de mayo de 2006 al dueño del bar “Faisán” para desbaratar una redada contra el aparato de extorsión de ETA en el mencionado local.

4 Discurso de la servidumbre voluntaria, Unión Editorial, Madrid, 2022, p. 14.

5 Presidente socialista de Navarra entre 1984 y 1991.

6 Camino de servidumbre, 1944.

7 World Economic Forum, Davos annual meeting 2024. 16 de enero de 2024:(1h 12 minutos)

54 edición, 2800 participantes de 120 países, incluidos los líderes de las empresas más importantes.

Plantea presuntos problemas y proponen o aportan soluciones muy productivas económicamente para los mismos y perjudican a los demás. No es capitalismo sino colectivismo.

8 “Posdata al Memorándum”, junio de 1972, en Habla Sajarov, Editorial Noguer, Barcelona, 1975, p.141.

9 Un ministerio que, tomando como guía la distopía de Orwell, establezca la realidad. Como dijo Sánchez el pasado 14 de enero: “la verdad es la realidad”… que determine el Partido o la Comisión Europea en cada momento.

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Aliena

Sí, muy bien, pero no sobraría que de vez en cuando aclarasen algo acerca de Orwell, esa joyita que tan a gusto estaba en un país que no era el suyo, trabajando por imponer la dictadura socialista, y viendo tan ricamente cómo se asesinaba a «fascistas». Y que después, a salvo en su Inglaterra, seguía rebuznando que era mejor Stalin que Franco. Estoy harta de ese miserable sinvergüenza, señorito inglés con ínfulas que jugaba a proletario destruyendo otros países.

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