No es tiempo para melindres o manifestar una ambigua tibieza que no se sabe si pretende moderar los tiempos políticos y marcar un ritmo pausado para no levantar polvaredas críticas, o son una connivencia con un partido socialista que ha traspasado todas las líneas rojas para vulnerar a propósito el Estado de Derecho. Esta vez, Feijóo parece que ha despertado de su insoportable prudencia para pasar a la acción.
Poco quedará del discurso de Núñez Feijóo hoy para exigir la detención de Pedro Sánchez a posteriori, cuando ha convocado una rueda de prensa para repasar el día de ayer y realizar un balance sobre los hechos delictivos del gobierno, al menos los sospechados o conocidos pero encubiertos, y dudar sobre que no haya encubrimiento acerca de los tratos verdaderos pactos con los enemigos de España.
Un punto límite que se convierte en advertencia después de la última trapacería del sátrapa de La Moncloa, cuando cierta avería en el sistema de voto permitió al PSOE saber con tres horas de antelación el resultado de las votaciones de los reales decretos. Estafas continuadas del sucio malhechor monclovita que cuanto más pasa por el estrecho embudo de los planes oscurantistas al descubierto, más es evidente que España está secuestrada por un miserable. El emponzoñamiento de instituciones y organizaciones supone una complicidad golpista que ninguna puede ocultar por mucho que pretendan camuflarlo con supuestos de orden constitucional. Las cesiones a los independentistas le han obligado a quitarse el disfraz de la democracia para mostrar el repugnante desnudo de una condición inmoral nauseabunda.
Hoy, jueves 11 de enero de 2024, Feijóo ha comparecido de urgencia para clarificar el verdadero papel de oposición que debería haber asumido junto a VOX desde hace años. Un discurso sin tibiezas y en la línea severa de Santiago Abascal que debería obligarle a reflexionar sobre la importancia de la alianza vital y la localización del verdadero enemigo contra los ciudadanos que ocupa 172 escaños del Congreso de los Diputados.
En la solemne alocución el jefe de la oposición ha ejercido verdadera resistencia frente a las argucias delictivas del sanchismo, cuando ha anunciado con aparente determinación el emprendimiento de medidas taxativas incluida una ofensiva judicial. El más repulsivo sanchismo está al descubierto y Sánchez no tiene lugar donde esconderse salvo detrás de una barredura inacabable de mentiras que acabarán enterrándole. Abascal lo tiene claro sobre juzgar al traidor y Feijóo va camino de secundarlo. Es tanto el daño causado contra España que millones de españoles no se conformarán ni con una dimisión. Sánchez atufa y está enterrado, el muy muerto viviente.
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Feijó es un fantasmón. (Sin mas comentarios)
A ver si hay suerte y los encierran a los dos. Si he de elegir, prefiero a Sánchez que a Feijoó, al menos el primero es más coherente: sabemos que es un indecente y se comporta como tal, pero la lechuza Feijoó…
En cualquier caso, aquí tengo la foto de los dos saludándose a lo masón.