28/04/2024 10:33
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Seis meses después de volver a España julio de 1959 y cuatro después de casado vi anunciada una tanda de Ejercicios Espirituales ignacianos “para matrimonios” –o sea encerrados y en silencio absoluto—en los Jesuitas de Sarriá y nos inscribimos. En el coloquio de despedida, el P. Piulachs, director de la Obra de Ejercicios Espirituales que fundó el P. Vallet, después de oír mi intervención –obligatoria para todos los  ejercitantes—me llamó y me preguntó si estaría dispuesto a colaborar en las “Semanas Antimaterialistas”. Le respondí que contase siempre conmigo para lo que pudiera serle útil.

 Las “Semanas Antimaterialistas” eran una especie de “misiones parroquiales” predicadas en las parroquias de los pueblos de Barcelona por seglares. Dos de nosotros cada noche, de lunes a viernes,  hablábamos en esas iglesias sobre temas aparentemente ajenos a la religión pero que, en el fondo,  se abordaba el cumplimiento de nuestras obligaciones como  verdaderos católicos. Los títulos de las charlas eran atrayentes, Mi conferencia se anunciaba así  “Yo he vivido la Revolución Cubana”… eso, cuando apenas habían transcurrido dos años- atraía a los fieles. Por otra parte solía llevar de compañero a un marxista líder sindical,– temido por los empresarios del Maresme–, pero convertido a la Fe. El título de su conferencia era “Yo he sido marxista” Con lo cual llenábamos las iglesias. Y, hasta nos invitaban luego a los Centros culturales.

Cierto día, me llamo el querido y santo jesuita –hermano del conocido Doctor Piulachs—y me dijo. ¿Conoces al Sigfrido Gracia? –Por supuesto.

El futbolista internacional y del C.F. Barcelona vivía en Gavá y, además como era un hombre excepcional, después de los entrenamientos cuando tenía tiempo iba a trabajar en Compañía Roca Radiadores, donde yo era ejecutivo. Sigfrido  nunca dejó de ser “empleado de Roca”,  a pesar de carrera como futbolista internacional.

Quiero –me dijo—que sirvas de enlace de esos buenos futbolistas católicos del Barcelona (Gracia, Garay, Geniana, etc. y alguno del Español).  Teníamos una capilla en el estadio, que utilizaban los futbolistas… (Me hizo mucha gracia el asombro,  cuando no ha mucho, medio siglo después, “descubrieron” la existencia de esa capilla…)

 Un miembro de la Directiva del Barça me dio un “pase permanente, con asiento en Tribuna” que me permitía entrar y salir en el estadio siempre. Así podía moverme a mi gusto. Consecuentemente, yo era un “culé” más,  aunque mi club –desde los ocho años–, fue,  es y será siempre,   el Racing de Santander…

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Aparqué mi simpatía por el Barça cuando mentes descerebradas inventaron eso del “MESCUNCLU”… Capté rápidamente lo que pretendían  y no me equivoqué. Muchos ingenuos lo interpretaron como que era un “superclub” pero era evidente el error pues su objetivo estaba claro: hacer del Barça el “banderín del Independentismo”. Y procedí en consecuencia.

La introducción precedente tiene un fin, demostrar que fui un admirador de aquel Barcelona  de Herrera, Ramallets y Garay –con el que jugué bastantes partidos de frontón a pala–  y si ahora muestro mi repulsa a las políticas del club de los últimos cincuenta años fundiendo separatismos y barcelonismo,  no hay ningún otro motivo  que el triste cambio de rumbo,  por culpa –como siempre—de los “moderados”, de quienes  “siempre dejan hacer” y, o no se enteran de nada o son seres abúlicos. Yo he conocido un club de futbol y “español” que se ha convertido en esa cosa repelente mezcla de victimismo y odio a lo español que es hoy el Barça y lo tenían que haber impedido los innumerables socios de asiento en el Camp Nou y  que no son separatistas… Por eso, ahora,   lo quieran o no, han traicionado a su Patria.

Es sabido que dos que duermen en la misma cama acaban  pensando igual. Eso le ha pasado al Barça, piensa y actúa como los “hijos de Pujolet”. A lo largo de estos últimos años han dejado pruebas de su odio a España y de que lo inoculan a sus deportistas. Qué triste imagen y recuerdo el de aquellos niños que no aparecieron en la presentación internacional de un campeonato para no oír el himno de España… Esa imagen vale por todo un tratado de odio a tu Patria. Tristemente,  sin consecuencias  por estar gobernados por traidores y canallas.

Hay catalanes de buena fe que no digieren el hecho de que la mayor parte de los españoles que viven –o han vivido–  en el extranjero admiren al  Real Madrid; cuando tiene una explicación sencillísima. En los años en que el mundo de los aliados vencedores de la II Guerra Mundial despreciaban y atacaban a España, sentíamos una especie de alivio ante tanto menosprecio,  viendo al Real Madrid paseando triunfante el futbol español por el mundo. Era poca cosa frente a tanto odio, pero por eso mismo se valoraba más el disfrutar de los éxitos de un equipo español… Todos los españoles fuera de la Patria tomamos como propio el éxito de cualquiera empresa y de cualquier región de la piel de toro. La desunión,– en la Patria–  se transforma en unión fuera de ella. Recuerdo un ejecutivo de Roca,  muy pero que muy catalanista,  que cuando salía de España era más  rabiosamente español que la catedral de Burgos y el que reaccionaba más furiosamente ante cualquier  aparente “ofensa” a lo nuestro.

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Me da pena ese Barça, víctima de su chulería, que se defiende de la compra de árbitros llamando al Real Madrid “equipo del Régimen” tontería tan estúpida que el Realísimo con un vídeo muy simple,  le ha demostrado lo contrario y lo ha dejado en ridículo. El equipo más beneficiado por el odiado Régimen franquista ha sido precisamente el que hoy preside Laporta, que, como la mayoría de los separatistas de relumbrón,  ha  renegado de los ideales de su familia, antes y durante nuestra Guerra de Liberación Nacional. Aprovecho para invitar a mis lectores a que no usen nunca ciertas palabras cuando existe la denominación precisa. Por ejemplo no utilicen jamás: Latinoamérica, latinoamericano, guerra civil, dictadura franquista…

 

Autor

Gil De la Pisa
Gil De la Pisa
GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.
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Hekenkreuz

Efectivamente, por eso, los que sois del Real Madrid, la selección española de fútbol, la que lleva el nombre de nuestra querida patria, España, no os importa en absoluto. Son innumerables los aficionados del Real Madrid que prefieren la15ª Champions para su club antes que el 2º mundial para España. Y así queda bien desenmascarada ese tipo de afición . Sois de vuestro club, como los jugadores de vuestro club, y además públicamente declarados, piensan en sus clubes y no en la selección, en la que no juegan, hacen pachanguitas veraniegas al trote cochinero pasándose el balón en rondo enervando a los pocos aficionados que aman aún a España y esperan en vano verles jugar como en sus clubes de origen, con menos intensidad de como entrenan, ojo, entrenan, que no juegan, en sus equipos respectivos. Ver «jugar» a la selección española de fútbol desde Vicente del Bosque en 2014 (también destrozó el Real Madrid que había heredado ganando solo por inercia) es ver un fraude y una estafa deportiva descomunal. Con esta selección antipatriótica, ni con el mejor Messi, ni con el mejor Maradona, ni con el mejor Pelé, ni con los mejores jugadores del mundo, se pasaría de hacer algo más que el gandul discotequero.

Y los futbolistas de Barsa y del Real Madrid son un escándalo sumo en la selección en comparación a cómo se dejan la piel en la Liga y la Champions en sus equipos. Rinden más y con mayor honradez los de otros equipos más modestos. Ya se vio con el mejor, con Luís Aragonés y con la selección de Fernando Torres, que entonces sí mostró hambre de victorias para la patria. Hoy, una puñetera estafa y vergüenza. Y da igual quien sea el entrenador, porque con Luís Enrique, el Barsa arrasaba. Para hacer lo que hacen en los mundiales y eurocopas estos jugadores que solo piensan en sus clubes, mejor era que ni existiese la Federación y que ni participasen, pues está claro que ni siquiera están dispuestos a sufrir la más mínima lesión en nombre del equipo de la patria que les vio nacer (salvo extranjeros, que esos ni siquiera conocen la nación para la que juegan. Una basura).

Pasáis de la selección, como en realidad pasáis de España, aunque vayáis por ahí con banderas de España tan ufanos como los sumos sacerdotes fariseos a son de trompeta o como políticos liberales y conservadores. Acusáis insensatísimamente al Barsa de «equipo de Franco», insultando al gran caudillo como si fuérais judíos fariseos viñadores homicidas sin el más mínimo aprecio por la verdad, utilizando al caudillo como arma arrojadiza. No entiendo como Eduardo García Serrano admite esto. Ya ni herejes tipo Navascués y sus luciferes de Trento al servicio de VOX, que no de Dios. Ahora también antifranquistas que acusan a Franco de «favorecer» al Barsa, todo para desacreditar al victorioso caudillo. Pasáis como sus futbolistas desde Di Stefano, Gento, Del Bosque, Juanito, Santillana, Raúl, Hierro, etc., que volaban en sus clubes y se arrastraban lamentablemente en la selección española porque les importaba un pimiento, y hoy Carvajal, Asensio, etc., hacen exactamente lo mismo, que pasan olímpicamente de esforzarse en que la selección gane mundiales y Eurocopas porque pasan olímpicamente de España, la pura realidad pese a quien pese y duela a quien duela. No van a esforzarse mucho por la selección y luego perderse la Champions con sus equipos… tal es su «patriotismo» altísimamente remunerado. Típico de mercaderes bufones del fútbol, para los que España está «pasada de moda».

Los del Barsa ya ni te cuento, como los del Atlético de Bilbao y otros. Los del Real Madrid identifican su club con España, como aquellos que afirman que España es su cortijo, su latifundio, sus fincas, su empresa o su multinacional, su patrimonio real o financiaro y sus intereses económicos y nada más. ¿Qué es la patria? El dinero y nada más. Eso es la patria para esos clubes, sus aficiones y sus jugadores. Por eso, ni Barsa ni Real Madrid son equipos patriotas verdaderos, ni lo han sido nunca, como tampoco son sus integristas aficionados. Ni en sus dirigentes, ni en sus jugadores son patriotas españoles verdaderos. Y así ha sido décadas, lamentablemente.

Hakenkreuz

Así es, eso digo yo. ¿Por qué tiene que mezclarse a Franco, ejemplo de católico y español, con un equipo que en democracia se volvió hostil a España y los españoles? Otra manipulación repugnante más estilo de ese término tan empleado por judíos circuncidados actuales que, cargados de odio, califican a las y los feministas de «feminazis», equiparando el odio al hombre, propio del marxismo, con un régimen alemán aliado de los católicos en la lucha contra los rojos y contra Stalin.
¿Se da ud. cuenta de lo taimados que son los demócratas, incluso los de derechas?

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